N-O

N

nom, NAALAL

tip, CIUD
sit, a1, 353, 317
vet,
= «pastos».
Ciudad de Zabulón (Jos. 19:15); esta tribu no arrojó a los cananeos (Jue. 1:30). La ciudad fue atribuida a los levitas descendientes de Merari (Jos. 21:35). Identificación prob.: el actual Tell en-Nahl, en la planicie al Sur de Acre.

nom, NAAMA

tip, BIOG LUGA MUJE MUAT
vet,
= «agradable».
(a) Hija de Lamec (Gn. 4:19-22).
(b) Esposa amonita de Salomón y madre de Roboam (1 R. 14:21, 31).
(c) Lugar en la llanura de Judá, quizás el moderno Nam, 10 Km. al sur de Lida (Jos. 15:41).
(d) Tierra natal de Zofar (Jb. 42:9), indudablemente al este del Jordán.

nom, NAAMÁN

tip, BIOG FUNC HOMB HOAT
vet,
= «agradable».
(a) Nieto de Benjamín e hijo de Bela; fundador de una familia (Gn. 46:21; Nm. 26:40).
(b) General del ejército de Ben-adad, rey de Damasco. Este general, que fue usado para liberar a los sirios, era leproso. A pesar de su repugnante carácter, la lepra no era causa de exclusión del enfermo en la sociedad siria, al revés de lo que sucedía en Israel. Una muchacha israelita, que había sido dada como esclava a la esposa de Naamán, sugirió que el general visitara al profeta Eliseo en Samaria, para que fuera sanado de su lepra. Fue. Para quebrantar el orgullo de Naamán y convencerle de que sólo debería su curación a Dios, Eliseo no fue al encuentro del general ni de su séquito. Envió a su criado a que le dijera que se bañara siete veces en el Jordán. Ofendido y encolerizado, Naamán volvió grupas, diciendo: «Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio?» Sus siervos lo calmaron, y le suplicaron que descendiera al Jordán. Se bañó siete veces en el Jordán, y fue sanado. Lleno de gratitud, el general quiso recompensar a Eliseo, que rehusó, a fin de hacerle comprender lo gratuito de las bendiciones divinas. Pero Giezi, siervo del profeta, ardiendo en codicia, actuó mentirosamente para conseguir dones. Naamán, transformado en adorador de Jehová, pidió permiso para llevarse dos cargas de mulas de tierra de Israel, indudablemente para elevar un altar al verdadero Dios. Viviendo en el seno del paganismo, no podría sustraerse por completo a sus costumbres. El rey de Siria rendía culto a Rimón. Naamán tenía el deber de sostener a su señor cuando él entrara en el santuario de este ídolo y se prosternara delante de él. Esta obligación preocupaba al general. Eliseo lo autorizó a que cumpliera con sus deberes seculares aún cuando ello implicara su presencia en un templo pagano (2 R. 5). El profeta sabía que el Señor acabaría la obra comenzada en el corazón de Naamán, y que lo llevaría a su tiempo a romper todo lazo con la idolatría.
En el NT el caso de Naamán es presentado como ejemplo de la acción soberana de Dios en gracia fuera de Israel, y frente a un Israel apóstata y rebelde (Lc. 4:27), intimando ya la obra de gracia que iba a ir al mundo por el endurecimiento de Israel (cfr. Ro. 11:12).

nom, NAARÁN

tip, CIUD
sit, a2, 423, 369
vet,
= «niña».
Ciudad en el límite oriental de Efraín y cerca de Jericó (Jos. 16:7).

nom, NAAS

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
vet,
= «serpiente».
(a) Tío de David (2 S.17:25 y 1 Cr. 2:16).
(b) Cruel y poderoso rey de los amonitas (1 S. 11:1-11). Este Naas o su hijo trató a David amistosamente (2 S. 10:2; 17:27).

nom, NAASÓN

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «hechicero».
Jefe de la tribu de Judá en el desierto (Nm. 2:3), cuñado de Aarón (Éx. 6:23) y abuelo de Booz, esposo de Rut (Rt. 4:20-22). Fue, por lo tanto, uno de los antepasados de Cristo (Mt. 1:4).

nom, NABAL

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «necio, insensato».
Rico propietario de ganado menor; vivía en la ciudad de Maón, pero sus rebaños pastaban por los alrededores de la ciudad del Carmelo, en las lindes del desierto de Judá. Su esposa se llamaba Abigail. David y sus hombres, durante la época en que Saúl los perseguía, permanecían en este lugar, y protegían los bienes de los habitantes contra las bandas de merodeadores. Cuando Nabal se dedicó al esquileo de sus ovejas, fueron diez jóvenes a pedirle, en nombre de David, una cantidad de alimento que él mismo quisiera darles de buena voluntad. El insensato rehusó la petición de una manera insolente y grosera. David, enfurecido, se puso en marcha contra él acompañado de 400 de los suyos. Abigail, inteligente y avisada del peligro, se apresuró a llevar los víveres a David y consiguió, con prudentes palabras, impedir que se hiciera la justicia por su mano. Al volver, Abigail encontró a Nabal totalmente ebrio tras un banquete. Al día siguiente por la mañana, cuando hubo dormido su borrachera, le reveló de qué peligro se había librado. Presa de un ataque al conocer estos hechos, murió diez días más tarde. David se casó con la viuda (1 S. 25:1-42).

nom, NABATEOS

tip, TRIB HIST
ver, ARETAS, NEBAIOT, SELA
sit, a9, 571, 409
vet,
Pueblo de origen árabe, y que hablaban y escribían también en arameo. Entre los siglos VI y IV a.C. se desplazaron hacia el norte, apoderándose de las plazas fuertes de Edom y de Moab. Al controlar las rutas de las caravanas del Oriente Medio, llegó a un notable grado de influencia y de civilización. Su apogeo se sitúa entre el año 200 a.C. y el 100 d.C. Llegó un momento en el que su poder se extendía al norte, hasta Damasco (2 Co. 11:32) y a la Coelosirua, al sur hasta Madã in Sãlih (al-Hijr), en el Hedjaz septentrional (1 Mac. 5:25; 9:35; Ant. 13:15, 2, y diversas inscripciones).
Los nabateos establecieron su capital en Petra, a 90 Km. al sur del mar Muerto; en el AT esta ciudad era conocida bajo el nombre de Sela (Is. 16:1).
Los nabateos tenían artistas, arquitectos, ingenieros y ceramistas notables. En la misma roca de Petra, de manera muy particular, tallaron casas, templos y tumbas. Más que nadie en aquella época, desarrollaron la agricultura hasta en el mismo desierto. Fueron maestros en el arte de excavar cisternas y depósitos, y de traer, de lejanas fuentes, mediante acueductos, el agua necesaria para la irrigación.
Petra, la ciudad rosa, permaneció desconocida en Occidente hasta el año 1812. Más adelante, en 1900, se descubrieron lugares altos establecidos al aire libre. Los nabateos adoraban al sol y a la luna. Con frecuencia, sus deidades evocaban un culto a la fertilidad; sus dioses principales eran Dusares (Dionisos, Baco) y la diosa Alat.
Hacia el año 312 a.C., Antígono, uno de los sucesores de Alejandro Magno, dirigió dos expediciones contra los nabateos, que resistieron con éxito. El rey Aretas III (entre el año 85 y el 60 a.C.) entró por primera vez en estrecho contacto con los romanos. En el año 47 a.C., Julio César exigió a Malco I que le diera jinetes. El país conoció la realidad de su poderío bajo Aretas IV (4 a.C. a 40 d.C.), cuyo etnarca intentó arrestar a Pablo en Damasco (2 Co. 11:32). En el año 105 de nuestra era, Trajano puso fin a la autonomía de los nabateos; al año siguiente, su territorio vino a ser una provincia romana bajo el nombre de Arabia Pétrea (la Arabia de Petra). Hay autores que sitúan el origen de esta nación en Nebaiot, hijo de Ismael (Gn. 25:13). (Véanse ARETAS, NEBAIOT, SELA.)

nom, NABÓNIDO. Véase BELSASAR.

nom, NABOT

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «frutos» o «eminencia».
Un israelita de Jezreel que rehusó vender la viña de sus antepasados a Acab, el rey idólatra de Israel (Lv. 25:23, 24), y fue, por ese motivo, asesinado haciéndosele el cargo falso de blasfemia, lo cual fue maquinado por Jezabel, la reina. Acab tomó la viña codiciada, tal vez por haber sido legalmente confiscada por el gobierno, considerándose la blasfemia como traición, o quizá porque los herederos, a causa de que sus hijos habían perecido con él, se abstuvieron de hacer valer sus derechos, por temor a los ardides poco escrupulosos de Jezabel. Elías, sin embargo, tuvo el valor de amenazar al rey y a la reina con la venganza de «Uno más alto que ellos» (1 R. 21:2; 2 R. 9:24-26, 36; Ec. 5:8).

nom, NABUCODONOSOR

tip, BIOG REYE HIST HOMB HOAT
ver, JOACIM, JOAQUÍN, SEDEQUÍAS
vet,
(ac. «Nabu-kudurri-usur»: «¡Que Nebo defienda las fronteras!»).
Otra posible transcripción es Nabucodorosor. Hijo de Nabopolasar y rey de Babilonia. Su padre dirigió, con éxito, una rebelión de los caldeos contra Asiria, y fundó (en el año 625 a.C.) el Nuevo Imperio Babilónico. Los Uman-mandá, aliados de Nabopolasar, se apoderaron de Nínive, la capital de Asiria, en el año 612. Los nuevos dominadores de los territorios asirios tuvieron en jaque, desde entonces, el poderío de Egipto. El faraón Necao II, entronizado en el año 609 a.C., invadió Palestina (2 R. 23:9; 2 Cr. 35:20), derrotando a Josías, rey de Judá, que se le quiso oponer, y dándole muerte en la batalla de Meguido (en el año 608). Necao volvió de Egipto poco después con un gran ejército, con el fin de extender sus dominios más allá del Éufrates. Nabopolasar envió a su hijo, Nabucodonosor, a enfrentarse con los egipcios, que fueron aplastados (en el año 605 a.C.) en la batalla de Carquemis. Nabucodonosor los rechazó hasta Egipto, y sometió a los países que fue atravesando (2 R. 24:7; Jer. 46:2), desde el Éufrates hasta el río de Egipto. Al enterarse de la muerte de su padre, dejó a sus generales para que terminaran la guerra en el oeste, y se apresuró a llegar a Babilonia, donde fue hecho rey en el año 605 a.C. (Contra Apión, 1:9).
Los escritores del AT, especialmente Jeremías y Ezequiel, contemporáneos suyos, mencionan a Nabucodonosor. El libro de Ezequiel da importantes enseñanzas acerca de su reinado. Las inscripciones en ladrillos, y los testimonios del historiador babilonio Beroso, sacerdote que vivió en el siglo III a.C., completan el cuadro documental. Después de haber estado pagando tributo a Nabucodonosor durante tres años, Judá se rebeló contra él (2 R. 24:1). El rey de Babilonia volvió a la tierra de Judá, aplastó la revuelta, hizo encadenar al rey Joacim, ordenó deportar a Babilonia a su hijo Joaquín, el príncipe heredero, y estableció como regente a Sedequías, hermano de Joacim (2 Cr. 36:6, 10). (Véanse JOACIM, JOAQUÍN, SEDEQUÍAS). Durante ocho años, Sedequías se mantuvo sumiso, pero en el año noveno, contando con la promesa de un ejército egipcio, se rebeló (Jer. 37:5). En el año 586, Nabucodonosor tomó Jerusalén, quemó el Templo, deportando a todos los notables del país (2 R. 24:25; 2 Cr. 36:5-21; Jer. 39; 52). En esta época (586-573 a C) el rey de Babilonia asedió Tiro (Ez. 29:18; Contra Apión 1:21; Ant. 10:11, 1). En el año veintitrés de su reinado (582) combatió contra Coleosiria, Moab y Amón, deportando a muchos centenares de judíos (Jer. 52:30; Ant. 10:9, 7). En el año trigesimoséptimo de su reinado (alrededor del año 567), Nabucodonosor invadió Egipto (cfr. Ez. 29:19).
Es probable que Nabucodonosor emprendiera más expediciones, pero no se conocen documentos acerca de ello. Su política consistía en deportar a los vencidos, dispersándolos por las diversas regiones de su imperio. Disponiendo así de una numerosa mano de obra, efectuó obras importantes. De las inscripciones del mismo Nabucodonosor se aprecia que él atribuía más importancia a sus construcciones que a sus victorias militares, que quedan relegadas a un segundo plano. En la inscripción de la Casa de la India se hallan las siguientes palabras de Nabucodonosor: «Desde el tiempo en que Merodac me creó para la soberanía, en que Nebo su verdadero hijo me confió sus súbditos, amo como a la vida misma la erección de su morada; y ninguna ciudad más gloriosa he hecho que Babilonia y Borsipa» (col. VII, líneas 26-32). Entre otras de estas numerosas obras se pueden mencionar la gran muralla de Babilonia y el magnífico palacio real; restauró el gran templo de Marduk en Babilonia, el de Nebo en Borsipa, y un gran número de otros santuarios. Se dice que hizo los jardines colgantes de Babilonia para la reina Amitis, su esposa procedente de Media, que tenía añoranza en la llanura de Babilonia por las montañas de su país (Contra Apión 1:9; Ant. 10:11,1). Se dice que él construyó, cerca de Sipara, para la irrigación, un inmenso lago artificial que medía más de 225 Km. de perímetro y 55 m. de profundidad. Hizo una red de canales que cubrían todo el país, construyendo muelles y espigones en el golfo Pérsico. Todo ello coadyuvó a que el orgullo le dominara, por lo que fue castigado, cayendo víctima de licantropía (desorden mental en el que el afectado se imagina que es un animal). Nabucodonosor estuvo «siete tiempos» privado de la razón, comiendo hierba como un buey (Dn. 4). Después recobró la razón; habiendo reinado más de 43 años, murió el año 562 a.C. Le sucedió su hijo Evil-merodac.
Nabucodonosor y la arqueología.
La Babilonia de Nabucodonosor ha sido objeto de sistemáticas excavaciones llevadas a cabo desde 1899 a 1917 por Robert Koldowey y la Deutsche Orientgesellschaft (cfr. Koldowey, «Das Wiedererstehende Babylon», 4ª ed., 1925). En estas excavaciones, que hasta la fecha han sido las únicas con una metodología verdaderamente científica, se descubrió la imponente puerta de Ishtar, que franqueaba el paso de la doble muralla; estaba adornada con ladrillos esmaltados que representaban toda una serie de toros y de dragones (cfr. R. Koldowey, «Das IschtarTor in Babylon», 1918). La sala del trono de Nabucodonosor estaba igualmente decorada con magníficas cenefas geométricas sobre ladrillos esmaltados. El mismo zigurat del rey se hallaba en el recinto del templo. Según Herodoto, tenía ocho pisos, pero sólo queda el primero. Así, la arqueología nos ilustra perfectamente la Babilonia descrita por la Palabra de Dios, y, junto con las inscripciones, nos documenta el carácter de aquel Nabucodonosor que dijo, en un arranque de soberbia; «¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?»

Bibliografía:
Boutflower, C.: «In and Around the Book of Daniel» (Kregel Pub., Grand Rapids, Michigan 1923/77);
Presedo, F.: «Babilonia», en Gran Enciclopedia Rialp;
Wilson, R. D.: «Studies in Ihe Book of Daniel» (Baker Book House, Grand Rapids 1917/1979).

nom, NACIMIENTO. Véase PARTO.

nom, NACIÓN

tip, TRIB ESCA
ver, PROSÉLITOS, DANIEL, ARMAGEDÓN
vet,
Término que se corresponde con el heb. «gõy» y con el gr. «ethnos», dos términos que significan «nación, pueblo» (2 R. 16:3; Hch. 22:21). Las «naciones» aparecen como división característica de la humanidad después de la dispersión de Babel. Israel es una «nación» separada, un pueblo santo (Dt. 4:34; 14:2). No es hasta más tarde que el término «gõy», «nación», toma un sentido peyorativo, designando a las naciones fuera de Israel y, por ello, a aquellas que no conocen a Jehová. Éx. 23:30 menciona la conducta abominable de las naciones; Esd. 6:21 su impureza. La ignorancia de la verdad, la oposición a la verdadera religión, los sacrilegios dirigidos contra ella y contra el pueblo de Dios, la cólera de Jehová a la que están expuestas, todas estas características de las naciones se hallan en los Sal. 79:1, 6, 10; Jer. 10:25; Lm. 1:3, 10; Ez. 34:28, 29; 36:6, 7, 15. El término «pagano» (de «paganus», morador de pueblos) designa a aquellos que todavía no han aceptado el mensaje del Evangelio. En efecto, los pueblos resistieron durante más tiempo que las ciudades ante el primer gran esfuerzo de la evangelización. Este término no tiene origen bíblico; no se puede traducir ni «gõy» ni «ethnos» (que no siempre tiene un sentido peyorativo en el NT), por cuanto no tiene ninguna connotación colectiva.
En realidad, Israel debía, por una parte, mantener una posición separada con respecto a las naciones para preservarse de la contaminación de la idolatría y de la inmoralidad (Lv. 20:23; Jos. 23:7, 12; 1 R. 11:2). Los judíos, especialmente después del exilio, se muestran extremadamente estrictos sobre las cuestiones de pureza ritual prescritas por Levítico y en la prohibición de los ídolos y de las imágenes. Se manifiestan dispuestos no sólo a morir, antes que tolerar una estatua de Calígula en el Templo (Ant. 18:3, 1), sino que se opusieron a que se colocaran trofeos en el teatro o que se pusiera el águila romana a la puerta del Templo. Unas reglas extremadamente minuciosas establecidas por los escribas y fariseos tenían por objeto impedir todo contacto impuro con los paganos. Un gentil, no observante de las leyes de la purificación, era considerado como impuro, junto con su casa y todo aquello que tocara (Jn. 18:28). Un israelita estrictamente legalista no debía nunca comer a la mesa de un pagano (Hch. 11:3; Gá. 2:12).
Sin embargo, Dios, ya desde el principio, había dado a conocer al pueblo elegido que había sido apartado para recibir la salvación, y transmitirla un día a todas las naciones. Dios dijo de Abraham que habrían «de ser benditas en él todas las naciones de la tierra» (Gn. 18:18; cfr. 22:18). Al Mesías le son prometidas «por herencia las naciones» (Sal. 2:8). Todas las naciones le servirán un día (Sal. 72:11). Jehová es el juez de toda la tierra, por cuanto todas las naciones le pertenecen (Sal. 82:8). Isaías insiste una y otra vez en la universalidad de la salvación. El Siervo de Jehová la llevará, no sólo a Israel, sino a todas las naciones (Is. 42:1, 6; 49:6; 51:4-5; 54:3; 55:5, etc.). Un día, las mismas naciones se convertirán al Señor, y la faz de la tierra será cambiada (Is. 2:2, 4; 11:10, 12). Los judíos mismos eran conscientes de ello, porque en ciertas condiciones admitían que los paganos se hicieran prosélitos de su comunidad (véase PROSÉLITOS).
(a) Los tiempos de las naciones (Lc. 21:24).
Mediante esta expresión, Jesús hizo alusión al papel de las naciones dentro del plan histórico de Dios. Desde la creación, el Señor ha deseado la bendición de toda la humanidad. Pero, después de los tres juicios de Edén, del Diluvio, y de Babel, deja provisionalmente a las naciones a un lado, confundiendo sus lenguajes y dispersándolas por toda la faz de la tierra. Eligiendo a Abraham, suscita al pueblo elegido por medio del cual será dado al mundo el conocimiento del verdadero Dios, la Revelación escrita y el Mesías prometido. Por ello, el Señor instituye una teocracia en Israel; pero pronto el pueblo rechaza esta teocracia y, bajo el caudillaje de sus reyes, se va volviendo más y más infiel. Ésta es la razón de que Dios les retira finalmente su presencia y pone fin a su independencia, permitiendo que Nabucodonosor destruya el Templo y la ciudad de Jerusalén (2 Cr. 36:15-21). En este momento la supremacía pasa a manos de los imperios paganos (véase DANIEL) y Palestina queda asolada y hollada como había sido anunciado en Is. 5:1-7. La destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. acrecentó esta desolación, pero Cristo dio a entender de una manera expresa que tendrá fin (Lc. 21:24). El tiempo de las naciones cesará cuando Jerusalén sea plenamente liberada y restaurada, según las palabras de los profetas.
(b) El juicio de las naciones.
Si bien hay un glorioso futuro para los miembros de las naciones que se conviertan a Dios, se reserva un juicio terrible para aquellos que persistan en su rebelión e incredulidad. Un día, el Señor reunirá a todas las naciones en Armagedón (véase ARMAGEDÓN) para que rindan cuentas (JI. 3:2, 12; Mi. 4:11-12; Zac. 12:2-3, 9; 14:2-3, etc.). Este día tenebroso será «día de castigo de las naciones» (Ez. 30:3).
Grande es la ventura de aquellos que, no habiendo tenido el privilegio de formar parte de Israel (Ef. 2:12), han venido por la gracia de Cristo a formar parte de la nación santa, del pueblo adquirido del Nuevo Pacto (1 P. 2:9, 10). Ellos forman parte de una innumerable multitud venida de todas las naciones que en el cielo adorará al Cordero que fue inmolado (Ap. 5:9; 7:9).

nom, NACOR

tip, BIOG ARQU HOMB HOAT
vet,
= «que jadea, que resopla».
(a) Hijo de Serug y abuelo de Abraham (Gn. 11:24, 25).
(b) Hijo de Taré y hermano de Abraham (Gn. 11:27). Se casó con Milca, su sobrina, hija de Harán (Gn. 11:29). No es mencionado entre los que abandonaron Ur de los caldeos con Taré, Abraham y Lot, pero se le encuentra más tarde en Harán, en Mesopotamia (Gn. 24:10; 27:43). Tuvo ocho hijos de Milca, que vinieron a ser los progenitores de las tribus arameas. Su concubina le dio cuatro hijos, de los que también surgieron otros pueblos (Gn. 22:21-24). Betuel, hijo de Nacor y de Milca, vino a ser el padre de Rebeca y de Labán (Gn. 24:15, 29).
Las tabletas de Mari, y los documentos más recientes en asirio medio, nombran con frecuencia la ciudad de Nacor (Gn. 24:10), llamada Nakhur (Najur). Estaba situada aproximadamente más al sur de Harán, en el valle de Balikh. En el siglo XIV a.C. era gobernada por príncipes amorreos (cfr. Courville, «The Exodus Problem and its Ramifications», vol. II, pág. 233 ss.).

nom, NADAB

tip, BIOG SACE REYE HOMB HOAT
vet,
= «generoso»
(a) Primogénito de los cuatro hijos de Aarón (Éx. 6:23; Nm. 3:2; 26:60; 1 Cr. 6:3; 24:1). Nadab y Abiú tuvieron el privilegio de allegarse a Jehová sobre el Sinaí (Éx. 24:1); más tarde fueron consagrados al sacerdocio (Éx. 28:1). Sin embargo el Señor les dio muerte por ofrecer un fuego «extraño» ante Él que no había sido ordenado (Lv. 10:1-7; Nm. 26:61). Inmediatamente después de esta tragedia, Jehová dio a Aarón una ley que debía tener vigencia perpetua para todos los sacerdotes: la prohibición de beber vino, o cualquier otra bebida fermentada, antes de entrar en el santuario. Esta prohibición permite la deducción de que Nadab y Abiú estaban bajo la influencia del alcohol en el momento en que cometieron la profanación que les costó la vida (Lv. 10:9); los dos culpables no tenían hijos (Nm. 3:4; 1 Cr. 24:2).
(b) Varón de Judá, de la familia de Hezrón y de la casa de Jerameel (1 Cr. 2:25-28).
(c) Benjamita, hijo de Gabaón y de Maaca (1 Cr. 8:30; 9:36).
(d) Hijo de Jeroboam I y su sucesor en el trono de Israel. Nadab comenzó a reinar alrededor del año 910 a.C. y, al igual que su padre, practicó el culto al becerro de oro. Durante el asedio que Nadab hizo a Gibetón, Baasa le dio muerte, apoderándose después de la corona, y haciendo dar muerte a toda la descendencia de Jeroboam. Baasa fue el instrumento de juicio que Jehová había pasado sobre Jeroboam y su casa. El reinado de Nadab no llegó a durar dos años enteros (1 R. 14:10, 11, 20; 15:25, 30).

nom, NAFTUHIM

tip, TRIB
vet,
Tribu egipcia mencionada entre los libios del Bajo Egipto y los Patrusim del Alto Egipto. Se les ha identificado como habitantes del Delta del Nilo (Gn. 10:16).

nom, NAHALIEL

tip, RIOS
sit, a3, 500, 155
vet,
Río que desemboca en la ribera oriental del Mar Muerto.

nom, NAHUM

tip, BIOG PROF HOMB HOAT
vet,
= «compasivo».
(a) Profeta nacido en Elcos, indudablemente un pueblo de Canaán. Nahum no se dirige a las diez tribus deportadas, sino a Judá (Nah. 1:15). Se halla entre los profetas menores, en séptima posición, después de Miqueas y antes de Habacuc y Sofonías, lo que constituye indicación de que este libro debe haber sido redactado entre el inicio del reinado de Ezequías y el final del de Josías (Mt. 1:1; Sof. 1:1). Nahum cita la destrucción de No-amón (Tebas) en Egipto (Nah. 3:8-10), destruida por los asirios en el año 663 a.C. Predijo la caída de Nínive (Nah. 3:7), que tuvo lugar en el año 612 a.C. Así, el libro tiene que ser situado entre estos dos acontecimientos. Kuenen sugiere que el sitio de Cyaxares ante Nínive, en el año 623, fue la ocasión de la emisión de la profecía. En esta época, los moradores de Judá se sentían desalentados a causa de las insistentes incursiones de los asirios.
(b) Antecesor de Cristo; nació algo menos de tres siglos antes que Él.

nom, NAHUM (Libro)

tip, LIBR LIAT
vet,
(a) Tema de la profecía; el destino de Nínive (Nah. 1:1).
El profeta declara con vigor que Jehová es un Dios celoso, vengador, pero también un refugio para aquellos que se confían en Él (Nah. 1:2-8). Exhorta al pueblo a apartarse de los detractores de Jehová, que preconizan el abandono de su culto (Nah. 1:9-11). El profeta proclama el inmutable objetivo de Dios: la liberación de su pueblo (Nah. 1:12-14). Apremia a Israel a que permanezca fiel a Jehová y a que practique su culto (Nah. 1:15), y describe a continuación la ruina del imperio opresor. Nahum representa de manera gráfica el asedio de Nínive (Nah. 2:1-10), morada de leones (Nah. 1:11-13); afirma que el juicio cae sobre ella a causa de su desenfreno (Nah. 3:1-4). La ciudad recibirá castigo como lo recibiría una prostituta (Nah. 3:5-7); no vale más que No-amón (Tebas), que fue deportada (Nah. 3:8-10), y sufrirá la misma suerte que ella (Nah. 3:11-19).
Esta profecía tiene como preludio una especie de poema alfabético (Nah. 1:2-15). No se trata, empero, de un salmo acróstico ordinario (como, p. ej., el Sal. 119) en el que cada estrofa comienza con una letra distinta siguiendo el orden alfabético. Nahum se sirve de una secuencia fonética para introducir los temas en lugar de estrofas. Los sonidos se van sucediendo, separadamente, o en grupos, y añaden a la majestad del discurso. En heb., el oído se hace consciente, placenteramente, de esta sonoridad. Dice Smith de Nahum: «El lenguaje es intenso y brillante; el ritmo, vigoroso y oscilante, centelleante como los carros y los jinetes que describe. »
(b) División.
El libro se divide en dos secciones: el capítulo 1 describe la majestad de Dios; los capítulos 2 y 3 contienen el juicio sobre Nínive.
(A) El profeta hace unas afirmaciones doctrinales acerca de Jehová. La primera verdad fundamental es que Dios, si bien es lento para la ira, lanza sin embargo la venganza sobre los adversarios (Nah. 1:2-3). El profeta expone a continuación el majestuoso poder de Dios en la naturaleza: está presente en medio del torbellino, en la tempestad; las nubes son el polvo de Sus pies (Nah. 1:3). A Su amenaza se seca el mar, la vegetación se agosta (Nah. 1:4); montes y collados se derriten ante Su presencia (Nah. 1:5); nadie sabría cómo resistir Su cólera (Nah. 1:6). La bondad de Jehová es grande hacia Su pueblo, al que Él conoce bien (Nah. 1:7); pero Él sabrá destruir a Sus enemigos (Nah. 1:8).
(B) El profeta basa su predicción sobre las verdades que acaba de exponer. Repite que es en vano intentar resistir a Jehová. Ya lo ha dicho al principio bajo forma de pregunta (Nah. 1:9), y a continuación repite la conclusión del versículo 8. Nahum predice acto seguido la liberación del pueblo de Dios (Nah. 1:14). Por fin, y dentro de la línea precedente, el profeta exhorta a Judá a proseguir la celebración del culto de Jehová (Nah. 1:15). Este versículo 15 sirve de transición entre las dos secciones.
El ardiente verbo de Nahum no contempla a Jerusalén, sino a Nínive. El profeta reconoce, en la inminente aniquilación de Asiria, la mano del Dios que dirige el curso de la historia. Durante dilatados siglos, Asiria había oprimido a todos los pueblos de Asia occidental. Los sufrimientos y la desesperanza que vinieron a los hebreos, como a sus vecinos, les fueron de ayuda para comprender algo de la solidaridad humana. Amós y Oseas habían dicho a sus oyentes que serían asediados y deportados. En sus mismas inscripciones, los asirios se gloriaban de sus hazañas guerreras, de sus conquistas y de sus crueldades. Nahum profetizó cómo llegaría el castigo y el fin de Nínive.

Bibliografía:
Darby, J. N.: «Nahum», en Synopsis of the Books of the Bible, vol. II, págs. 524-527 (Bibles and Publications, Montreal, 1970);
Feinberg, C. L.: «Nahum», en Comentario Moody del Antiguo Testamento (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, en preparación; hay edición inglesa: Wycliffe Bible Commentary, Moody Press, Chicago, 1962);
Fraser, A.: «Nahum», en Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1977);
Freeman, H. E.: «Nahum, Sofonías, Habacuc, profetas menores del siglo VII» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1980);
Kelly, W.: «The Minor Prophets» (C. A. Hammond, Londres, 1874, reimpr. s/f).

nom, NAÍN

tip, CIUD
sit, a2, 380, 55
vet,
Ciudad donde Cristo resucitó al hijo único de una viuda (Lc. 7:11-17). Esta localidad sigue existiendo con el nombre de Nein; se halla en el ángulo noroccidental del Jebel ed-Duhy, colina llamada también Pequeño Hermón, a 3 Km. al oeste-suroeste de Endor, y a 8 Km. al sur-sureste de Nazaret. Nein es en la actualidad una aldea con algunas ruinas, y con algunas grutas que habían servido de sepulcros en el pasado.

nom, NAIOT

tip, LUGA
ver, PROFETAS
vet,
Barrio de Ramá, donde habitan en comunidad los profetas que se unieron para trabajar bajo la dirección de Samuel (1 S. 19:18-20:1). Este término, cuyo sentido preciso se nos escapa, figura sólo en este pasaje. En ciertos textos aparece «nãyõth», en otros, «nãweyath». La LXX y los Codex Vaticanus y el de Luciano prefieren la segunda transcripción. Posiblemente este término esté relacionado con el heb. «nãweh» (pasto, albergue de pastores, de nómadas, de donde se derivaba el sentido general de habitación). En base al árabe, se le da a «nãweyath» el sentido de lugar donde se estudia (colegio, escuela), aunque es dudoso que este término, en una época tan anterior, tuviera esta acepción. Por ello, es preferible asumir la interpretación de que se trata de una habitación o morada (véase PROFETAS [ESCUELAS DE LOS]).

nom, NARCISO

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
(Nombre lat. de origen gr.).
Un creyente romano. El apóstol Pablo hace saludar a los cristianos de su casa (Ro. 16:11).

nom, NARDO

tip, FLOR MDIC PERF
vet,
Planta aromática, en heb. «nerd» (Cnt. 4:13, 14); se hacía un ungüento, llamado en gr. «nardos» (Mr. 14:3). El nardo es, sin duda, el «Nardostachys jatamansi», de la familia de las valerianáceas, planta que crece en el Himalaya entre los 3.300 y 5.100 metros de altura.
Este vegetal vino a ser muy pronto un artículo de comercio, por cuanto los hindús lo usaban en medicina y perfumería desde la más remota antigüedad. Lo lejano del origen del nardo justificaba su elevado precio.
El perfume de nardo puro que una mujer derramó sobre la cabeza del Señor Jesús valía más de 300 denarios (Mr. 14:3, 5). En Mr. 14:3 y Jn. 12:3, el término nardo va seguido del adjetivo gr. «pistikos», variante plausible de «pistos», puro; es poco probable que derive de «pistos», líquido. Ciertos exegetas piensan que este adjetivo indica el lugar del que provenía esta variedad de nardo.

nom, NARIZ (Joyeles de la)

tip, COSM
vet,
Ornamento que llevaban especialmente las mujeres; las fijaban a la aleta de la nariz, o atravesando el tabique nasal (Is. 3:21; Gn. 24:47; Ez. 16:12).

nom, NATALICIO

tip, COST
vet,
El nacimiento de un niño, sobre todo de un hijo varón, era un acontecimiento feliz, frecuentemente festejado (Jer. 20:15; Ant. 12:4, 7).
Los egipcios y persas conmemoraban el aniversario del nacimiento (Gn. 40:20; Herodoto 1:133).
Herodes el tetrarca celebró el aniversario de su nacimiento, o el de su llegada al poder; hay discusión acerca de qué aniversario se trataba (Mt. 14:6).
No hay, sin embargo, evidencias de que los hebreos festejaran los cumpleaños.

nom, NATÁN

tip, BIOG PROF HOMB HOAT
ver, IGAL
vet,
= «él (Dios) ha dado».
(a) Hijo de Atai y padre de Zabad, de la casa de Jerameel, de la familia de Hezrón, de la tribu de Judá (1 Cr. 2:36).
(b) Notable profeta que vivió en la época de David y de Salomón. David sometió a Natán el proyecto de construcción del Templo. El profeta dio su conformidad, pero Dios le ordenó que le hiciera saber al rey que no sería él quien tuviera el honor de erigir el edificio sagrado (2 S. 7:1-17; 1 Cr. 17:1-15). Más tarde Natán tuvo la misión de reprochar a David su adulterio y el asesinato de Urías heteo. Para convencer de pecado al rey, el profeta se sirvió de la parábola de la corderita (2 S. 12:1-15; cfr. Sal. 51:1, 2).
Siendo profeta, Natán dio a Salomón el nombre de Jedidías («bienamado de Jehová») (2 S. 12:25). Asistido por Natán y Gad, David organizó el servicio musical del santuario (2 Cr. 29:25). Adonías, deseoso de usurpar el trono, destinado a Salomón, no informó al profeta, dándose cuenta de que Natán era sumamente fiel a la voluntad de David (1 R. 1:8-10). El hombre de Dios aconsejó a Betsabé que diera inmediato aviso al rey, prometiéndole su ayuda. David dio entonces orden al sacerdote Sadoc, a Natán profeta y a Benaías, jefe de la guardia personal, que proclamaran rey a Salomón (1 R. 1:11-45). Natán escribió la historia del reino de David y consignó una parte de los actos de Salomón (1 Cr. 29:29; 2 Cr. 9:29). Su libro no nos ha llegado.
(c) Padre de uno de los valientes de David y hermano de otro héroe de este rey (2 S. 23:36; 1 Cr. 11:38). (Véase IGAL.)
(d) El tercero de los hijos de David que nacieron en Jerusalén (2 S. 5:14). Él, o quizás el profeta, fue padre de Azarías y de Zabud, funcionario de Salomón (1 R. 4:5). Su familia es mencionada en Zac. 12:12. Figura en la línea directa de David a Jesús (Lc. 3:31), en tanto que José, el esposo de María, desciende de David a través de Salomón (Mt. 1:6).
(e) Uno de los príncipes que Esdras convocó cerca del río Ahava (Esd. 8:16).
(f) Hijo de Bani; Esdras lo persuadió para que despidiera a su mujer extranjera (Esd. 10:39).

nom, NATANAEL

tip, BIOG APOS SACE HOMB HONT HOAT
vet,
= «Dios ha dado».
(a) Discípulo originario de Caná en Galilea. Jesús declaró que era un israelita sin engaño. Felipe le informó que Jesús era el Mesías anunciado por los profetas; le costó creer esto, por cuanto Nazaret no figuraba en las profecías del AT, y era además una ciudad de mala reputación. Pero sus dudas desaparecieron cuando constató el don de conocimiento sobrenatural que tenía Jesús (Jn. 1:45-51).
Natanael estaba en la barca con Simón Pedro durante la última pesca milagrosa (Jn. 21:2). Las listas de apóstoles de los Evangelios Sinópticos no contienen el nombre de Natanael, que era posiblemente Bartolomé.
(b) En el AT se mencionan once personas con este nombre, De ellos se pueden mencionar:
un príncipe de la tribu de Isacar durante la peregrinación en el desierto, Natanael hijo de Zuar (Nm. 1:8, etc.);
el hijo de Isaí y hermano de David (1 Cr. 2:14); y
un sacerdote en tiempos de Nehemías (Neh. 12:36).

nom, NATURALEZA

vet,
Las cualidades inherentes de un ser que se manifiestan en las varias características que marcan y exhiben su existencia; la suma de estas características es lo que recibe el nombre de su naturaleza, y de esta manera se distingue a un ser de otro (cfr. Gn. 1:12).
Los hombres son por naturaleza hijos de ira (Ef. 2:3); por otra parte el cristiano se hace moralmente participante de la naturaleza divina (2 P. 1:4), cuya característica es el amor: es hecho participante de la santidad de Dios (He. 12:10). Así halla expresión en el cristiano la obra de Dios que forma su naturaleza. El Creador puede designar y predicar la naturaleza de una cosa antes de que tenga existencia de hecho; pero nosotros, como criaturas, podemos discernir la naturaleza sólo en base al ser existente, y por ello sólo podemos hablar de la naturaleza en tanto que característica del ser.
«Naturaleza» es también un término descriptivo del vasto sistema de cosas creadas que nos rodea; no sólo el Creador ha dado origen a cada una de sus partes, sino a su uso, su orden, su aumento, su decadencia, cosas éstas que con frecuencia reciben el nombre de «leyes de la naturaleza», las leyes que rigen a cada uno de sus componentes y que constituyen sus propiedades.

nom, NAVE

tip, CONS
ver, ESTAÑO
vet,
Ya en tiempos muy antiguos se navegaba por el Nilo y el Éufrates. Había pequeñas barcas de forma circular que iban desde el alto Éufrates a Babilonia (Herodoto 1:194). Las naves fluviales de mayor tamaño podían transportar hasta cinco mil talentos. Para bogar por el Nilo, los egipcios se servían de naves de madera de acacia (Herodoto 2:96).
El AT no menciona las naves del lago de Genesaret que sin duda ya existían. Durante el período romano había numerosas barcas de pesca de poco tamaño que recorrían el lago (Lc. 5:2; Jn. 6:22, 23; Guerras 2:21, 8; 3:10, 9; Vida 33). Se trataba de barcas de remos; algunas de ellas tenían además velas (cfr. Mr. 4:38 y Lc. 8:23. Josefo menciona el ancla y el piloto (Vida 33).
Ya antes del éxodo los egipcios, e indudablemente los fenicios, eran notables en el arte de la construcción de naves. Israel no se interesó en esta actividad, a pesar de la fuerte influencia marítima a su alrededor, durante toda su historia nacional, con las flotas que surcaban el Mediterráneo. Fue Salomón el único que dirigió empresas comerciales marítimas. Josafat trató de imitarle, pero fracasó. Esta actividad marítima dependía sin embargo de la participación de marinos fenicios. Los tirios llevaban la madera de cedro y ciprés para la construcción del templo de Salomón en forma de balsas al puerto de Jope (1 R. 5:9; 2 Cr. 2:16). De la misma manera llegó a Jope la madera para la construcción del segundo templo (Esd. 3:7). La tripulación de la nave en la que se embarcó Jonás estaba formada por personas de diversas nacionalidades (Jon. 1:5). Durante el período de dominación romana había piratas judíos (Ant. 14:3, 2; Guerras 3:9, 2 y 3).
Las naves mercantes y los buques de guerra atravesaban el Mediterráneo (Nm. 24:24; Dn. 11:30; Jon. 1:3; 1 Mac. 11:1). En tiempos de guerra, las naves servían como transportes de tropas (1 Mac. 15:3, 4; 2 Mac. 14:1). Se daban batallas navales (1 Mac. 8:23, 32; Ant. 9:14, 12; cfr. Guerras 3:10, 1). La proa de algunos tipos de nave estaba dotada de un espolón de hierro, destinado a hendir el casco de las naves enemigas. Las naves se propulsaban mediante la vela, a la que en ocasiones se añadían los remos. Las hermosas naves mercantes de Tiro, de maderas calafateadas (Ez. 27:5, 9) tenían mástiles de cedro, velas de lino fino (Ez. 27:7; Is. 33:23), bancos de pino, remos de encina (Ez. 27:6). La nave iba tripulada por remeros y un piloto (Ez. 27:8, 27). Las embarcaciones de lujo tenían velas bordadas y ricos cortinajes (Ez. 27:7). Naves de este tipo iban a Tarsis (Jon. 1:3, 5, 6, 13) y navegaban incluso por el Atlántico, de España a Inglaterra (véase ESTAÑO).
La nave alejandrina que llevó al apóstol Pablo de Mira a Malta llevaba su propia tripulación y 276 pasajeros, aparte de un cargamento de trigo (Hch. 27:37, 38). Josefo sufrió un naufragio en una nave en la que iban 600 personas (Vida 3). Luciano describe una nave alejandrina de dimensiones famosas, lanzada por una tormenta en el puerto de Atenas llevando un cargamento de trigo a bordo. Esta nave medía unos 55 m. de longitud (sin duda se refiere de la extremidad de la proa a la de la popa) y con una anchura de 13 a 14 m. Su capacidad debía ser de 1.000 a 1.100 toneladas de registro bruto. Según Ateneas, la gigantesca galera de Ptolomeo Filopator tenía alrededor de 128 m. de longitud y 17 de anchura. Durante un viaje de Pablo, el comandante de la nave y su armador se encontraron sobre el puente donde se hallaba la tripulación (Hch. 27:11, 30). Esta nave, de madera (Hch. 27:44), poseía una vela de mesana que se podía izar o arriar (Hch. 27:40). Tenía el mástil de mesana y el gran mástil, e indudablemente dos gobernalles (v. 40); tenía cuatro anclas en la popa, y otras en la proa (Hch. 27:29, 30). La nave llevaba una chalupa a remolque, que se podía izar hasta el puente mediante los cordajes (Hch. 27:16, 17, 30, 32). Se llevaban sondas (Hch. 27:28). Por lo general la nave llevaba ojos pintados a cada lado de la proa. La nave de Pablo no pudo resistir los embates del viento, y quedó a la deriva (Hch. 27:15).
Una pintura de Pompeya, que representa una nave de la época de Pablo, muestra el mástil de mesana inclinado como un bauprés para sostener una vela cuadrada. Se señala un gran mástil cuya vela cuadrada está adaptada a una larga verga. La parte central de la verga se apoya contra el mástil. La popa y la proa eran frecuentemente levantadas y retorcidas, terminando en forma de cabeza de ave acuática. La enseña iba pintada o grabada a cada lado de la proa (Hch. 28:11). La embarcación era dirigida mediante dos remos grandes que salían de cada lado de la popa. Las anclas eran análogas a las modernas. Con cables o cadenas, centraban el navío durante las tempestades, previniendo su desencuadernamiento (Hch. 27:17).

nom, NAZARENO

ver, NAZARET
vet,
= «de Nazaret».
(a) Nacido en Nazaret o residente allí (Mt. 2:23; 26:71; Mr. 16:6). En Is. 11:1 el Mesías recibe el nombre de «nêser», vara del tronco de Isaí. Es un retoño de la familia real, que ha quedado privada de su gloria y reducida a la humildad de su primer origen. Las versiones castellanas tienen asimismo «renuevo» (Jer. 23:5; 33:15; Zac. 3:8; 6:12). El evangelista vio el cumplimiento de la profecía de Isaías en la intervención providencial que indicaba a los padres de Jesús que debían de instalarse en Nazaret (Mt. 2:23). Si Nazaret significa «protectora» o «guardiana», Mateo ve indudablemente el cumplimiento de la profecía en la analogía de sonido y en la poca reputación que tenía la ciudad y sus habitantes. Pero si el nombre deriva de la misma raíz que «nêser» (véase NAZARET), el cumplimiento de la profecía se encuentra en el sentido común de las dos expresiones (Mt. 26:71, gr. «Nazõraios», de Nazaret, o nazareno; cfr. Mr. 16:6).
(b) Adepto al cristianismo; término de menosprecio (Hch. 24:5).

nom, NAZAREO

tip, LEYE
ver, JONADAB
vet,
= «separado, consagrado (a Dios)».
Hombre o mujer que era puesto aparte para Dios. El nazareato, institución hebrea probablemente muy antigua, fue reglamentado por la ley de Moisés (Nm. 6). El nazareo se consagraba a Dios por un período determinado, pero no se apartaba de la vida social. Su vida no era necesariamente ascética. La Ley prohibía al nazareo, durante la duración de su voto, consumir vino, bebidas fermentadas, y cualquier producto de la vid. Desde la época de los patriarcas nómadas, la vid simbolizaba la existencia sedentaria, la cultura, a las que uno podía entregarse, pero que alejaban de la simplicidad primitiva (véase JONADAB). En tanto que durara su consagración, el nazareo no debía cortarse el cabello: ello daba testimonio de que había consagrado su cuerpo y sus fuerzas al Dios que se lo había dado. Los cabellos largos eran un símbolo de poder y de abundante vitalidad (cfr. 2 S. 14:25-26). Cortarse la cabellera era una señal de duelo y de desolación (Jer. 7:29; Is. 22:12; Mi. 1:16). Finalmente, estaba prohibido que el nazareo se contaminara tocando ningún cadáver, incluso si se trataba de un pariente próximo. Al final de su voto, el que lo había hecho se presentaba al sacerdote, ofrecía los sacrificios prescritos, se cortaba la cabellera y la quemaba. Desde entonces podía beber vino (Nm. 6:1-21).
Ciertos nazareos fueron consagrados desde su nacimiento o incluso antes y para su vida entera. Por ejemplo, Sansón (Jue. 13:4, 5), Samuel (1 S. 1:11, 28). Sansón infringió no sólo las normas del nazareato sino también otras. En la época de Amós había gentes perversas que inducían a los nazareos a que violaran su voto y a que bebieran vino (Am. 2:11-12). Después del retorno del exilio aumentó el número de nazareos (1 Mac. 3:49; Guerras 2:15, 1). Juan el Bautista fue, desde su nacimiento, consagrado al nazareato (Lc. 1:15). Es probable que la profetisa Ana hubiera hecho este voto (Lc. 2:36, 37). Los amigos de Pablo le aconsejaron, según parece, que pagara los gastos involucrados en el fin del nazareato de cuatro hombres. Es así que se quería evitar cualquier motín que se pudiera provocar con su última visita a Jerusalén (Hch. 21:20-26). Las personas acomodadas subvenían en ocasiones los gastos que tenían que afrontar los nazareos pobres para la observancia de las prescripciones de la Ley.

nom, NAZARET

tip, CIUD
sit, a1, 400, 352
vet,
(sentido posible: «reverdeciente, vástago», o «protectora, guardiana», véase más abajo).
Ciudad de Galilea (Mt. 2:23) donde moraban José y María (Lc. 2:39). Allí se crió Jesús (Lc. 4:16), y allí pasó la mayor parte de Su vida (cfr. Lc. 3:23; Mr. 1:9); ésta es la razón de que reciba el nombre de «Jesús de Nazaret» (Mt. 21:11; Mr. 1:24). Sus conciudadanos lo estimaban (Lc. 2:52; 4:16), sin embargo, rechazaron dos veces su ministerio (Lc. 4:28-31; cfr. Mt. 4:13; 13:54-58; Mr. 6:1-6).
Nazaret, que se elevaba sobre una colina (Lc. 4:29) debía ser una población pequeña y de poca importancia o bien ser de origen reciente, por cuanto no es mencionada ni en el AT ni en los apócrifos, ni siquiera en Josefo. En nuestros días sigue llamándose «en-Nãsirah»; se halla en un vallecillo aislado de la Baja Galilea, ligeramente al norte de la gran llanura de Esdraelón, a unos 24 Km. al oeste-sudoeste de Tiberias y a unos 140 Km. de Jerusalén. De este a oeste, este pequeño valle mide menos de 1,5 Km.; de norte a sur sólo alrededor de una cuarta parte de esta dimensión. Al noroeste hay una colina que se eleva a alrededor de 150 m. por encima del valle, y unos barrancos cortan su ladera oriental. La actual población de Nazaret ocupa esta ladera. La piedra calcárea blanca de las colinas colindantes proveen los materiales de las casas, bien situadas entre las higueras, los olivos y algunos cipreses. Más abajo, en el valle, entre los huertos rodeados de higueras, se halla la «fuente de la virgen», que provee de agua a la población. Es indudable que la madre de Jesús acudía a esta fuente para llevar el agua necesaria para su familia.
Nazaret es, según el censo de 1973, una ciudad de 18.000 habitantes, árabes cristianos en su mayor parte. Son varios los lugares de Nazaret que se consideran santos, pero el único lugar identificado con certeza es la fuente de la virgen. El lugar de la colina desde donde los conciudadanos de Jesús intentaron despeñarlo (Lc. 4:29) se halla probablemente cerca de la iglesia maronita. Hay allí dos barrancos que caen a pico, con una altura entre los 6 y 15 metros.
En cuanto al significado del nombre Nazaret, hay muchas dudas. La raíz hebrea «nêser» y la aramea «nisrã» darían el significado de «vara, renuevo», y ello explicaría la relación entre Is. 11:1 y Mt. 2:23. Otros proponen la raíz heb. «nãsar», «guardar, proteger». Nazaret significaría entonces «protectora, guardiana», en el sentido de «torre de vigilancia».

nom, NEÁPOLIS

tip, PUEM
sit, a9, 289, 130
vet,
(gr.: «ciudad nueva»).
Puerto marítimo de la ciudad de Filipos; primer lugar de Europa al que arribó Pablo en su misión (Hch. 16:11). El nombre de Neápolis se sobrentiende en Hch. 20:6. Este puerto estaba situado sobre un golfo a 16 Km. al este-sureste de Filipos.
En la actualidad tiene el nombre de Kavala.

nom, NEBAIOT

tip, BIOG HOMB HOAT
ver, NABATEOS
vet,
Primogénito de Ismael y padre de una tribu árabe (Gn. 25:13, 16; 28:9; 36:3); esta tribu poseía numerosos rebaños de ganado menor (Is. 60:7). El clan árabe de Nebaiot era colindante con el pueblo de Cedar (Is. 60:7) y sus dos nombres figuran en las inscripciones de Assurbanipal (669-633 a.C.). Parece que fueron los antecesores de los nabateos (véase NABATEOS).

nom, NEBO

tip, DIOS CIUD
ver, MESA (Estela)
sit, a3, 541, 113
vet,
El heb. «N'bõ» proviene del ac. «Nabû» («llamar, anunciar»), nombre de un dios babilónico. El término geográfico podría indicar que este lugar fue uno de los centros del culto a Nebo; podría también provenir del ár. «naba'a» (ser elevado) que implica la altura.
(a) Divinidad babilónica (Is. 46:1) que presidía el saber y las obras literarias. La sede de su culto era Borsipa, cerca de Babilonia. En la época de Isaías se veneraban las estatuas de Nebo.
(b) Ciudad moabita, cerca de Nebo, o sobre esta montaña (Nm. 32:3). Los rubenitas la reconstruyeron (Nm. 32:37, 38; 33:47; cfr. 1 Cr. 5:8), pero los moabitas la volvieron a tomar (cfr. MESA [ESTELA DE], línea 14; Is. 15:2; Jer. 48:1, 22). Situación probable cerca de Khirbet el-Mhayiet, al sur de la montaña de Nebo-Siãghah.
(c) Ciudad mencionada inmediatamente después de Bet-el y Hai (Esd. 2:29; Neh. 7:33). Conder la identifica con Nûba, al este de Khirbet Kîla.

nom, NEBO (Mte.)

tip, MONT
ver, MESA (Estela)
sit, a3, 571, 115
vet,
El heb. «N'bõ» proviene del ac. «Nabû» («llamar, anunciar»), nombre de un dios babilónico. El término geográfico podría indicar que este lugar fue uno de los centros del culto a Nebo; podría también provenir del ár. «naba'a» (ser elevado) que implica la altura.
Uno de los picos de los montes de Abarim, frente a Jericó (Nm. 33:47; Dt. 32:49) y, aparentemente, la cumbre de la cadena del Pisga (Dt. 34:1). Localización probable: el Jebel en-Nebã, a 13 Km. al este de la desembocadura del Jordán. De hecho, especialmente desde la altura llamada Ras Siaghah, se puede ver, en días claros, la cadena del Hermón, a cuyo pie se extendía Dan. Se ven también las alturas de Neftalí, las colinas de Efraín y de Judá; más allá del Carmelo el azul del Mediterráneo; la depresión meridional, el mar Muerto, y el valle del Jordán.

nom, NECAO

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
ver, EGIPTO
vet,
Hijo de Psamético I; segundo soberano de la dinastía XXVI; reinó entre los años 609 y 593 a.C. Trató de construir un canal que conectara el mar Rojo con el Nilo y envió una flota que consiguió dar la vuelta a África (Herodoto 2:158; 4:42).
Necao dio muerte al rey Josías en Meguido (608 a.C.), porque se oponía a su expedición contra Asiria. El pueblo de Judá puso a Joacaz, hijo de Josías, como rey, pero el faraón lo destronó, deportándolo a Egipto, poniendo en su lugar a su hijo primogénito Joacim (2 R. 23:29-34; 2 Cr. 35:20-36:4). Necao parece haber dejado su ejército en Carquemis a su vuelta a Egipto. En el año 605 se reunió con su ejército a fin de proteger los intereses egipcios al este del Éufrates. Se enfrentó con Nabucodonosor, y sufrió una aplastante derrota, perdiendo todas las posesiones egipcias en Asia (2 R. 24:7). (Véase también EGIPTO a, C.)

nom, NECIO

ver, FILOSOFÍA, GRECIA, SABIDURÍA
vet,
Persona desprovista de inteligencia o de sabiduría (1 S. 21:13; Pr. 7:22; 2 Co. 11:16).
El término necio designa particularmente al pecador, implicando la falta de conocimiento de Dios que se revela ante todo en los malvados (Jb. 5:2; Pr. 14:9). Cuanto más talento se haya recibido, tanta más responsabilidad se tiene; el que usa sus dotes para fines malos es un necio (1 S. 26:21; 2 S. 3:33; Sal. 14:1; cfr. Sal. 14:2, 3, etc.; Pr. 26:10; Mt. 5:22). El que se aparta de Dios para seguir ídolos y sus maldades es un necio (Jer. 4:22; 50:38; Ro. 1:22).
Para las personas del mundo, son los creyentes los que son unos necios (Os. 9:7; Hch. 26:24; 1 Co. 4:10). Ello no ha de sorprender, por cuanto el mismo Cristo fue tratado de esta manera (Jn. 10:20; Mr. 3:21). Por ello, «si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio» (1 Co. 3:18). (Véanse FILOSOFÍA, GRECIA, SABIDURÍA.)

nom, NEFTALÍ

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «mi combate».
Sexto hijo de Jacob y segundo de Bilha, criada de Raquel. Raquel le puso Neftalí, porque había contendido en oración para que este hijo viniera al mundo (Gn. 30:8).

nom, NEFTALÍ (Tribu)

tip, TRIB TR12
sit, a6, 334, 95
vet,
= «mi combate».
La tribu procedente de Neftalí; se dividía en cuatro grandes familias surgidas de los cuatro hijos de Neftalí (Gn. 46:24; Nm. 26:48, 49). Al comienzo de las marchas por el desierto, el príncipe de Neftalí era Ahira hijo de Enán (Nm. 1:15; 2:29; 7:78, 83; 10:27); le sucedió Pedael, hijo de Amiud (Nm. 34:28); el espía enviado a Canaán por la tribu de Neftalí era Nahbi hijo de Vapsi (Nm. 13:14).
Durante el primer censo en el desierto, la tribu contaba con 53.400 hombres capaces de llevar armas (Nm. 2:29, 30). En el segundo tenía 45.400 hombres (Nm. 26:50). La tribu de Neftalí acampaba al norte del Tabernáculo, al lado de Dan y de Aser (Nm. 2:29). Neftalí era una de las seis tribus que estuvo sobre el monte Ebal para maldecir a los transgresores de la Ley (Dt. 27:13; cfr. Jos. 8:33). Le fue atribuida una región del norte de la tierra de Canaán.
Límites de Neftalí: al este, el Alto Jordán y el lago de Galilea; al sur, Isacar y Zabulón; al oeste, Zabulón y Aser (Jos. 19:34). Era una estrecha banda de territorio que medía alrededor de 80 Km. de norte a sur y su anchura de este a oeste variaba entre los 16 y los 24 Km. Era un territorio accidentado en su mayor parte (Jos. 20:7) pero muy fértil. Su limite pasaba cerca del Tabor (Jos. 19:34). Ramá, Hazor, Cedes, Irón, Bet-anat y Bet-semes se hallaban entre las ciudades fortificadas de Neftalí (Jos. 19:36-38). Los levitas de la familia de Gersón recibieron tres ciudades en Neftalí: Cedes, Hamot-dor y Cartán. La primera servía asimismo como ciudad de refugio (Jos. 20:7; 21:6, 32; 1 Cr. 6:62, 76). Hasta el mismo inicio del periodo de los Jueces, los miembros de la tribu de Neftalí no consiguieron arrojar a los cananeos de Bet-semes y de Bet-anat, pero les impusieron tributo.
Neftalí participó intensamente en la lucha que emprendieron Débora y Barac. Junto con Zabulón, afrontaron la muerte sobre las alturas del país (Jue. 4:6, 10; 5:18). Al llamamiento de Gedeón, los hombres de Neftalí empuñaron las armas (Jue. 6:35; 7:23). 1.000 jefes y 37.000 guerreros de esta tribu se unieron a David en Hebrón para ayudarle en el combate contra Is-boset (1 Cr. 12:34; cfr. v. 40). Después de esta guerra, el príncipe de ellos fue Jerimot hijo de Azriel (1 Cr. 27:19; cfr. Sal. 68:28).
Hiram, no el rey de Tiro, sino el artesano que ejecutó los trabajos en bronce para el Templo de Salomón, era hijo de una viuda de Neftalí (1 R. 7:14). Ben-adad, rey de Siria, devastó su territorio (1 R. 15:20; 2 Cr. 16:4). Tiglat-pileser, rey de Asiria, deportó a una gran cantidad de miembros de la tribu (año 732 a.C., cfr. 2 R. 15:29). Isaías hace alusión a estos hechos y consuela al pueblo abatido prediciéndoles, en nombre de Jehová, que el país devastado tendrá un especial privilegio: los que andan en tinieblas verán gran luz (Is. 8:23-9:6). Esta profecía se cumplió cuando Cristo hizo de este territorio el centro de sus actividades (Mt. 4:12-16). Corazín, Capernaum y Tiberias se hallaban dentro de la región que había pertenecido a Neftalí.

nom, NEFTOA

tip, RIOS
vet,
= «apertura».
La fuente de Neftoa se hallaba al oeste de Jerusalén, en los límites de Judá y Benjamín (Jos. 15:9; 18:15). Por lo general, se identifica como Liftã, a más de 3 Km. al noroeste de Jerusalén.

nom, NEGUEV

tip, REGI DESI
sit, a3, 118, 113
vet,
= «el seco».
La región actualmente conocida con el mismo nombre de Neguev o Negev.
Allí pastaban los rebaños, a algunos kilómetros al sur de Hebrón (cfr. Gn. 18:1 y 20:1; Nm. 13:22; Gn. 12:9). Este territorio se diferencia mucho de la parte accidentada del país, de la llanura, y del Arabá (Jos. 10:40; 12:8). La parte septentrional del Neguev fue asignada a las tribus de Judá y de Simeón (Jos. 15:21-32; 19:1-9).
Había allí las siguientes localidades importantes:
Cades-barnea (Gn. 20:1);
La hairoi (Gn. 24:62);
Beerseba (Jos. 15:28);
Siclag (Jos. 15:31);
Arad (Nm. 21:1).

nom, NEHEMÍAS

tip, BIOG HOMB HOAT
ver, CANON
vet,
= «Jehová ha consolado».
(a) Uno de los príncipes que volvieron de Babilonia con Zorobabel (Esd. 2:2; Neh. 7:7).
(b) Hijo de Azbuc y gobernador de medio distrito de Bet-sur. Colaboró en la restauración de las murallas de Jerusalén (Neh. 3:16).
(c) Judío de la cautividad, hijo de Hacalías y autor del libro de Nehemías (Neh. 1:1). Como copero de Artajerjes Longimano, rey de Persia, le ofrecía el vino. Dándose cuenta el soberano de la tristeza de Nehemías, le preguntó su causa. Respondió él que Jerusalén, la ciudad de sus antepasados, yacía en ruinas. Nehemías pidió permiso para ir a reconstruir sus murallas (445 a.C.). El rey se lo permitió, y le concedió una escolta de jinetes y cartas de recomendación para los gobernadores de los diferentes distritos que debía cruzar, nombrándolo además gobernador de Judea, como lo había sido Zorobabel (Neh. 1:1-2:9; 5:14). Nehemías llegó a Jerusalén en el año vigésimo del reinado de Artajerjes (444 a.C.). Esdras, el sacerdote que había llegado de Babilonia hacía trece años con el fin de reconstruir el Templo, se hallaba en Jerusalén a la llegada de Nehemías. Este último hizo una ronda nocturna alrededor de las destruidas fortificaciones. Después anunció al pueblo su intención de reconstruirlas, pidiendo su ayuda. Los judíos asintieron, y cada notable entre ellos se dedicó a reconstruir un sector de las murallas (Neh. 3). Las tribus paganas vecinas se enojaron y se opusieron a este esfuerzo. Tres de sus jefes, Sanbalat horonita, Tobías amonita y Gesem el árabe se esforzaron en hacer detener la reconstrucción. Pero no lograron ni detener ni intimidar a Nehemías. Para impedir cualquier ataque, los constructores se dedicaron a trabajar con una sola mano, empuñando de continuo un arma en la otra (Neh. 2:10; 4-6). Se tardaron cincuenta y dos días en reconstruir las fortificaciones (Neh. 6:15), en el año 444 a.C., unos 70 años después de la reconstrucción del Templo. Nehemías se dedicó después a enseñar la Ley al pueblo (Neh. 8). Siguió un avivamiento de la fe, y todos los jefes religiosos y civiles pusieron sus sellos, junto con Nehemías, al pacto por el cual se comprometían a adorar a Jehová (Neh. 8:9; 10). Después de haber gobernado Judá durante 12 años, Nehemías volvió a Susa, en el año 433 o 432 a.C. Pidió entonces una nueva licencia (Neh. 13:6) y volvió a Jerusalén. Este gran reformador se esforzó en llevar a todos aquellos que habían firmado el compromiso a que observaran estrictamente la Ley de Moisés (Neh. 13:8-31). Josefo afirma que llegó a una edad avanzada (Ant. 11:5, 8). Nehemías parece haber tenido hasta su muerte el cargo de gobernador de Jerusalén. Bagohi, uno de sus sucesores, era gobernador de Jerusalén en el año 411 a.C. (Papiro de Elefantina). En cuanto a la relación de Nehemías con la formación del canon de las Escrituras, véase CANON.

nom, NEHEMÍAS (Libro)

tip, LIBR CRIT LIAT
ver, CRÓNICAS, ESDRAS
vet,
En las Escrituras hebreas se encuentra en la tercera división, la de los hagiógrafos, inmediatamente después de Esdras y antes de Crónicas. En el canon judío, los libros de Esdras y de Nehemías forman una unidad.
(a) Contenido.
Nehemías, informado del estado en que se halla Jerusalén (Neh. 1), obtiene de Artajerjes, rey de Persia, permiso para irse allí por un tiempo como delegado del monarca (Neh. 2; cfr. Neh. 2:6). A su llegada pone al pueblo a reconstruir las fortificaciones (Neh. 2:17). Los nombres de los obreros voluntarios quedan registrados en el capítulo 3. El gobernador se ve obligado a armarlos, a causa de la oposición de los samaritanos (Neh. 4), y reprime la codicia de algunos judíos que oprimían a sus compatriotas pobres (Neh. 5). Acaba la restauración de las fortificaciones, a pesar de las maniobras de intimidación de Sanbalat y de Tobías y de la ayuda secreta que les prestaban los nobles de Judá (Neh. 6). A continuación, Nehemías intenta aumentar la población de Jerusalén, que puede dar cabida a muchas más personas de las que cobija (Neh. 7:4). Reúne a los nobles y a los príncipes del pueblo:
(A) para efectuar un censo y examinar sus genealogías,
(B) para designar quiénes tendrán que venir a vivir en Jerusalén.
Nehemías se sirve del registro genealógico de los que habían venido en primer lugar con Zorobabel (Neh. 7:6-73), que es la lista que figura en Esd. 2. Antes de acabar el censo, todos acuden a Jerusalén para celebrar la fiesta del séptimo mes (que se corresponde con sept./oct.) y que señala el año nuevo. Se demanda que la Ley sea leída; al saber que se debe morar durante ocho días bajo cabañas hechas de enramadas, decide que esta prescripción debe ser cumplida (Neh. 8). A continuación, los israelitas observan un día solemne, confesando sus pecados, particularmente los matrimonios mixtos (Neh. 9). Se comprometen, fijando sus sellos a un pacto, a obedecer la Ley de Dios y a no unirse con los paganos. El capítulo 10 cita los nombres de los que suscriben este pacto. Se reanuda el censo y se resuelve la cuestión de la repoblación de Jerusalén mediante el método de echar suertes: uno de cada diez de los moradores de Judea queda obligado a acudir a Jerusalén para vivir allí junto con los príncipes (Neh. 11:1, 2). La lista de las familias de Jerusalén se halla en Neh. 11:3-24. Los nombres de los sacerdotes y de los levitas que volvieron en primer lugar junto con Zorobabel figura en Neh. 12:1-9. En los versículos 10 y 11 aparecen los nombres de los sumos sacerdotes desde Jesúa (Josué, cfr. Zac. 3) y Jadúa. Los versículos 12-21 enumeran los jefes de las familias sacerdotales de la generación posterior a la del retorno del exilio. Los jefes de los levitas de la misma época y algo posterior figuran en los versículos 22-26. El versículo 27 y ss. hablan de la fiesta de la dedicación de las murallas. Durante la ausencia del reformador, vuelto a la corte de Persia, se producen abusos: no se dan a los levitas las porciones a las que tienen derecho (Neh. 13:10); se han hecho componendas, en lugar de observar los sábados de una manera estricta (Neh. 13:15); no se ha renunciado totalmente a los matrimonios mixtos (Neh. 13:23). Al volver, Nehemías rectifica todos los desórdenes.
(b) Autor del libro.
El título atribuye este escrito a Nehemías (Neh. 1:1). Además, el gobernador de Judea usa siempre la primera persona excepto cuando:
(A) cita documentos de estado y sus registros (Neh. 10:1; 12:26);
(B) cuando, exponiendo la obra religiosa de Esdras, menciona la presencia de Nehemías, gobernador civil, y de otras autoridades (Neh. 8:9);
(C) cuando habla de su época, después de haber hecho alusión a los tiempos de David, de Asaf y de Zorobabel (Neh. 12:47). En este pasaje es de más buen gusto el empleo de la tercera persona que el de la primera, porque se trata de dones hechos por Nehemías. Además, esa sección trata retrospectivamente, después del retorno de Nehemías a la corte de Persia, lo que sucedió durante los doce años de su anterior administración.
(c) Crítica.
Ciertos críticos estiman que el libro de Nehemías sería la obra de un cronista posterior que habría escrito 1 y 2 Crónicas y Esdras y Nehemías hacia el año 330 a.C., esto es, mucho tiempo después de la época de estos personajes. Sin embargo, ésta es una postura carente de base. Es una postura mucho más sólida situar la redacción de Nehemías hacia la segunda mitad del siglo V a.C. Los críticos discuten también acerca de si el libro de Esdras precedió o si fue posterior al libro de Nehemías. Por cuanto la tradición judía y el título del libro reconocen a Nehemías como autor, se puede admitir que la sección que va de Neh. 1:1 a 7:5 (escrita en primera persona) constituye un extracto de sus memorias; parece evidente que ha sido puesto en el libro sin ningún tipo de cambios. Otros fragmentos de sus mismas memorias se hallan en Neh. 11:1-2; 12:27-43; 13:4-31. La obra contiene asimismo documentos anteriores que han sido incorporados en el texto del autor (p. ej., Neh. 7:6-73 a). El resto del libro está basado en documentos y fuentes históricas.
El título de Tirshatha que se le da a Nehemías (Neh. 8:9; 10:1, cfr. V.M., margen) es el exacto término persa para «gobernador». (Véanse CRÓNICAS, ESDRAS.)

Bibliografía:
Cundall, A. E.: «Nehemías», en Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1977);
Darby, J. N.: «Nehemiah», en Synopsis of the Books of the Bible (Bibles and Publications, Montreal, reimpr. 1970);
Kelly, W.: «Ezra and Nehemiah» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois 1921/reimpr. s/f);
Whitcomb, J. C.: «Nehemías», en Comentario Moody del Antiguo Testamento (Pub. Portavoz Evangélico, Grand Rapids, 1993).

nom, NEHILOT

tip, MUSI
vet,
Indicación, en el título del Sal. 5, de los instrumentos que acompañaban el canto de este salmo. Parece que su etimología es «perforado», lo que ha hecho opinar que se trata de flautas u otros instrumentos de viento análogos.

nom, NEHUSTÁN. = «trozo de bronce» (2 R. 18:4). (Véase SERPIENTE DE BRONCE.)

nom, NER

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «lámpara».
(a) Benjamita, hijo de Abiel y padre de Abner (1 S. 14:51). Él, o Abner, era tío de Saúl (1 S. 14:50). Si Abner era tío de Saúl, Ner era abuelo de Saúl y el mismo que se menciona en el párrafo que sigue.
(b) Benjamita, hijo de Jehiel y padre, o ascendiente más alejado, de Cis, el padre de Saúl (1 Cr. 8:33; 9:35, 36).

nom, NEREO

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
(lat. derivado del gr., designando «un dios del Mediterráneo»).
Cristiano de Roma. Pablo lo hace saludar (Ro. 16:15). Es posible que fuera hijo de Filólogo (Ro. 16:15).

nom, NERGAL

tip, DIOS
ver, DIVINIDADES PAGANAS
vet,
Dios babilónico del sol, bajo el aspecto de fuego destructor (2 R. 17:30). La sede de su culto era la ciudad de Cuta. Señor de las regiones infernales y dios de la guerra y de las epidemias. (Véase DIVINIDADES PAGANAS, b.)

nom, NERGAL-SAREZER

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «que Nergal proteja al rey».
Uno de los príncipes de la corte de Nabucodonosor, jefe de los magos (Jer. 39:3, 13). Éste es el Nergal-sar-usur que los griegos conocen como Neriglisar. Se casó con una hija de Nabucodonosor, asesinó a su cuñado Evil-merodac, y usurpó el trono (Contra Apión, 1:20). Reinó entre los años 560 y 556 a.C.

nom, NERÓN

tip, BIOG REYE HOMB HONT
vet,
Quinto emperador de Roma (Hch. 25:12; 26:32; Fil. 4:22). Hijo adoptivo de Claudio, accedió al trono haciendo envenenar a su medio hermano Británico. Nerón fue un hombre que en el inicio de su reinado se presentó de una manera moderada y prudente, pero que después reveló un carácter sanguinario y cruel. En el año décimo de su reinado, el 64 d.C., estalló el gran incendio de Roma, que destruyó casi completamente tres de los catorce distritos de la ciudad; se acusó al emperador de que él había sido quien había dado la orden de provocar el incendio. Para disculparse, Nerón acusó a los cristianos, condenando a gran número de ellos a suplicios atroces. La tradición señala que Pablo y Pedro estuvieron entre los mártires. Nerón es el «león» de 2 Ti. 4:17.
Abandonado por sus tropas y sabiéndose perdido, se quiso suicidar, pero, no consiguiéndolo, pidió a uno de sus defensores que lo rematara. Nerón murió en el año 68 d.C., en el año catorce de su reinado, y a los treinta y dos años de edad.

nom, NETINEOS

tip, TRIB
vet,
= «dados, dones».
Sirvientes que David y los príncipes dieron a los levitas para los servicios humildes del templo (Esd. 8:20). Anteriormente, dicho trabajo había sido hecho por madianitas (Nm. 3:47) y por gabaonitas (Jos. 9). Después del cautiverio, un número bastante grande de ellos regresó con Esdras (Esd. 2:55-58) y con Nehemías (Neh. 7:57-60).
Los netineos parecen haber sido extranjeros nacionalizados y no judíos legítimos (1 Cr. 9:2; Esd. 2:59). Como el trabajo de los netineos tenía relación con el servicio del templo, quedaron exentos de tributo (Esd. 7:24). Hicieron pacto con Dios juntamente con el resto del pueblo (Neh. 10:28, 29).

nom, NIBHAZ

tip, DIOS
vet,
= «labrador».
Uno de los dos ídolos adorados por los aveos, pueblo llevado a Samaria, junto con otros asirios de otras ciudades, para colonizar el país después de la deportación de las diez tribus (2 R. 17:31).
Se ha propuesto la identificación de Nibhaz con Ibnahaza, divinidad elamita (Hommel).

nom, NICANOR

tip, BIOG HOMB HONT
ver, NICOLÁS
vet,
(gr.: «victorioso»).
Uno de los siete elegidos por la Iglesia de Jerusalén y encomendados por los apóstoles para cuidarse de las viudas y de los pobres judeo-cristianos de lengua griega (Hch. 6:5).

nom, NICODEMO

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
(gr. «victorioso con el pueblo»).
Fariseo, miembro del sanedrín.
Los milagros de Jesús lo convencieron de que el «nazareno» era un enviado de Dios. Nicodemo fue a encontrarse con Jesús de noche para no ser visto, o porque la hora le fuera favorable. Jesús le explicó qué es el «nuevo nacimiento»; le manifestó que Dios, en Su amor, había dado Su Hijo unigénito, con el fin de que todo aquel que crea en Él tenga la vida eterna (Jn. 3:1-21).
Cuando los miembros del sanedrín acusaron a Jesús de impostor, Nicodemo les pidió si la Ley les autorizaba a condenar a alguien antes de haberle escuchado (Jn. 7:50-52).
Finalmente, este doctor de la Ley contribuyó alrededor de cien libras romanas de una composición de mirra y de áloes para el embalsamamiento del cadáver de Jesús (Jn. 19:39).

nom, NICOLAÍTAS

tip, RELI
vet,
Adeptos de doctrinas perniciosas que se introdujeron en las iglesias de Éfeso y de Pérgamo. Siguiendo la doctrina de Balaam, enseñaban a los cristianos que a causa del principio de la libertad podían consumir carnes ofrecidas a los ídolos, y permitirse actos inmorales como los paganos (Ap. 2:6, 14, 15). Así, los nicolaítas instigaban a los cristianos a no observar las prescripciones del concilio de Jerusalén, que se había reunido el año 50 d.C. (Hch. 15:29). Se supone que se trataba de discípulos de un hereje llamado Nicolás, pero nada da base para afirmar que fuera el diácono de este nombre (Hch. 6:5). La primera alusión a esta hipótesis se halla en los escritos de Ireneo, hacia el año 175 d.C. (Contra herejías, 1:26, 3).
Entre los gnósticos del siglo III había una secta de nicolaítas que enseñaban asimismo «la libertad de la carne»; es posible que ellos fueran los herederos de la corrompida doctrina de los primeros nicolaítas.

nom, NICOLÁS

tip, BIOG HOMB HONT
ver, NICANOR
vet,
(gr.: «victorioso del pueblo»).
Prosélito de Antioquía, uno de los siete elegidos a petición de los apóstoles para cuidarse de las viudas y judeo-cristianos pobres de lengua griega (Hch. 6:5).

nom, NICÓPOLIS

tip, LUGA
vet,
(gr.: «ciudad de la victoria»).
Localidad en la que Pablo esperaba invernar junto con Tito (Tit. 3:12).
Es sumamente probable que se trate de Nicópolis en Epiro, a 6 Km. de Accio.
Augusto construyó Nicópolis en el año 30 d.C. para conmemorar su victoria; Herodes el Grande edificó allí numerosos edificios públicos (Ant. 16:5, 3).
Las ruinas de Nicópolis se hallan en Preveza.

nom, NIDO

tip, TIPO FAUN CONS
ver, MOSTAZA
vet,
Refugio que preparan las aves; en ellos protegen y abrigan a sus polluelos.
En la Biblia, este término aparece en su sentido literal (Dt. 22:6). También se usa como imagen de refugio y de la protección de Dios (Sal. 84:3); en Ez. 31:6 se usa como ilustración del refugio que buscaban los pueblos pequeños a la sombra del poderío de Egipto.
El Señor Jesús muestra el contraste entre el refugio que tienen las aves con su propia falta de un lugar en el que reclinar su cabeza (Mt. 8:20; Lc. 9:58) y también como símbolo del refugio que hallan en el seno de la cristiandad aquellos falsos profesantes que intentan destruir la obra de la siembra de la palabra de Dios (Mt. 13:32; cfr. MOSTAZA).

nom, NIEVE

tip, ELEM CALE TIPO
vet,
Cae en la zona montañosa de Palestina, sobre las colinas de Galilea, en Nazaret, Jerusalén, Hebrón (1 Mac. 13:22; Guerras 1:16, 2; 4:8, 3). Es esperada en enero o en febrero, aunque con frecuencia se dan inviernos sin nieve. Llega en ocasiones a espesores de 30 cm., pero raras veces dura más de un día. Al final del verano se puede ver aún sobre las alturas del Líbano y en los precipicios.
El Hermón está coronado de nieves eternas. Se menciona frecuentemente en las Escrituras como símbolo de pureza (Sal. 51:9; Is. 1:18; Lm. 4:7; Mt. 28:3), y la ponen entre los tesoros de Dios (Jb. 38:22), que es quien ordena su caída (Jb. 37:6); al caer, hace pensar en la lana, en las aves, en los saltamontes (Sal. 147:16; Ec. 43:18).
Se le reconoce a la nieve todo su valor como reserva de agua para el suelo (Is. 55:10).
En verano se usa la nieve, en ciertos lugares, para enfriar las bebidas (cfr. Pr. 25:13) y también para lavarse (Jb. 9:30).

nom, NILO

tip, RIOS CALE AGRI
ver, FARAÓN
sit, a4, 57, 391
vet,
Río de Egipto (Is. 23:3; Jer. 2:18). En heb. «Shîhõr» y «y'õr» (río).
El Nilo cubría grandes extensiones, sobre todo durante épocas de inundación, por lo que en ocasiones se le daba nombre de mar (Nah. 3:8). Los cursos de agua que alimentan el lago Victoria-Nyanza son las fuentes últimas del Nilo, que tiene 6.500 Km. de longitud (el río más largo del mundo, el Mississipi-Missouri, mide 6.600).
La parte más célebre del río empieza en la unión del Nilo Blanco con el Nilo Azul, en Khartum. De allí hasta el Delta el Nilo serpentea a través de más de 2.600 Km. a través del desierto. A partir de entonces no recibe más que un solo afluente por su ribera izquierda, a 225 Km. por debajo de Khartum. Los ribazos se elevan a alrededor de 100 m. de altura y rebasan en ocasiones los 300 m., bordeando el valle como muros hasta llegar a El Cairo, donde se alejan bruscamente al este y al noroeste ante el Delta.
Inmediatamente por debajo de Khartum, el Nilo penetra en la meseta de Nubia y describe una gigantesca S, que comprende seis cataratas. Algo río arriba de Asuán (la antigua Siena), un banco de granito que se extiende por casi 290 Km. de este a oeste, obstruye el lecho del río, que se abre paso y desciende por las rocas formando la última catarata. Ésta es la primera si se está remontando el río contra corriente, que allí atravesaba los confines del antiguo Egipto. La antigua Etiopía se extendía desde esta catarata hasta la sexta. El granito de las rocas transversales ha suministrado la famosa roca de marrón claro que es lustrosa al pulirla, y de la que se han hecho tantas estatuas de faraones.
Río abajo de El Cairo, a unos 160 Km. del mar, el río se divide en varios brazos, y desemboca en el Mediterráneo por los diversos canales. Esta parte de su curso recibe el nombre de Delta, por la forma triangular de la letra D en griego. Las dos principales desembocaduras se hallan por Damieta y Rosetta. En la antigüedad había siete. Las más importantes eran la Pelusíaca al este, la Canópica al oeste, y la Sebenítica en el centro (Herodoto 2:17). Mientras el río sigue su curso sinuoso a través de la sequedad del desierto, una gran cantidad de sus aguas queda perdida por evaporación, por infiltración y, sobre todo, debido al inmenso sistema de canales de irrigación, indispensable para la agricultura.
La famosa inundación anual del Nilo, que fertiliza un país privado de lluvias, resultaba un misterio para los antiguos (Herodoto 2:19-25). La región del lago Victoria-Nyanza recibe lluvias prácticamente diarias, cuya aportación regular le da al Nilo una corriente constante. El Nilo Blanco tiene sus fuentes en las montañas de Etiopía; no es nada más que un riachuelo durante la estación seca. Durante la estación de las lluvias viene a ser un torrente impetuoso, cargado de limo de Abisinia. El Atbara, formado por las lluvias, es un torrente análogo. Inmensas extensiones desérticas bordean Egipto. Sin la inundación anual, este país hubiera quedado desnudo de vegetación. Según la célebre frase de Herodoto, «Egipto es el don del Nilo». La crecida del Nilo Azul y del Atbara son la causa de la inundación; el río va creciendo lentamente al principio, a partir del inicio de junio, después con mayor rapidez, a partir del 15 o 20 de julio. Hacia el final de septiembre, las aguas dejan de crecer, y quedan durante veinte a treinta días al mismo nivel. En octubre se reanuda la inundación, y llega a su máximo (100.000 m3 por segundo). A partir de ahí baja el nivel; para fines de diciembre el río queda de nuevo dentro de su lecho. En enero, febrero y marzo los campos se van secando gradualmente. La inundación ha reblandecido y abonado el suelo. La crecida llega a 12 metros en Asuán, y llegaba a 7 u 8 m. en El Cairo. Dejaba un depósito de 10 a 12 cm. de aluviones. Bajo Sesostris I no se tuvieron productos de la tierra debido a años de hambre. Este faraón es identificado por Courville como el faraón bajo el que José sirvió como primer ministro de Egipto (véase FARAÓN, a). Es en esta época que hubo siete años sin inundaciones (Gn. 41:54). La misma calamidad de siete años sin inundaciones tuvo lugar bajo el califa el-Mustansir, que llegó a su mayor punto de gravedad en el año 1.070 d.C. Los antiguos egipcios inscribían regularmente cuál había sido el nivel de la crecida en los diferentes lugares.
En la época de los faraones, el año agrícola egipcio se dividía en tres estaciones:
el período de la inundación (del final de junio hasta el final de octubre);
el de los cultivos (del final de octubre hasta el final de febrero) y, finalmente,
la de la cosecha (desde el final de febrero hasta el final de junio).
La construcción de la presa de Asuán, acabada en 1964, ha modificado considerablemente el comportamiento del Nilo. Por una parte, ha aumentado el área de irrigación disponible para cultivos. Por otra parte, ha eliminado la descarga de sedimentos y ha regularizado el caudal del Nilo en el bajo Egipto, por lo que los efectos a largo plazo sobre el ecosistema pueden ser verdaderamente contraproducentes en relación con la agricultura. Los efectos se hacen sentir con especial gravedad en la zona del Delta.

nom, NIMROD

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
vet,
= «rebelde».
Hijo de Cus. Vigoroso cazador, monarca poderoso, que reinó en Babel, Erec, Acad y Calne, ciudades del país de Sinar (Gn. 10:8-10; Mi. 5:6). Sólo es conocido, aunque se ha intentado identificarlo con Gilgamés, héroe babilónico, de quien la leyenda y la épica han perpetuado la memoria. Pero no hay pruebas de que esta identificación sea correcta. Es posible que sea más plausible relacionar el Cus babilónico con el antiquísimo reino de la ciudad de Cis, fundado hacia el año 2.500 a.C., y de donde los reyes de Babilonia del tercer milenio tomaron su título de «reyes del mundo». La dinastía de Cis es la primera en la lista de las dinastías mesopotámicas establecidas inmediatamente después del diluvio; consta de veintitrés reyes (cfr. Jack Finegan: «Light from the Ancient Past», 1946, pág. 31; Thorkild Jacobsen, «The Sumerian King List, Assyriological Studies XI», Chicago, 1939). Por otra parte, la forma en que está asociado el nombre de Nimrod con el de otras ciudades de Mesopotamia parece dar testimonio de su antigua popularidad (p. ej.: Birs Nimrud; Tell Nimrud cerca de Bagdad; el monte Nimrud, la antigua Calah). El arte babilónico y asirio nos ha legado numerosas escenas de caza que concuerdan con la imagen que tenemos de Nimrod en Génesis como vigoroso cazador.

nom, NINFAS

tip, BIOG HOMB HONT MUJE MUNT
vet,
(gr.: «consagrado a Nymphas»).
Cristiano o cristiana de Laodicea o de Colosas, a quien Pablo manda saludos (Col. 4:15).

nom, NÍNIVE

tip, CIUD
sit, a4, 385, 52
vet,
Capital del imperio de Asiria. Los heb. daban el nombre de «Nínive, aquella gran ciudad» a la aglomeración que rodeaba la capital y ocupaba el distrito situado en la confluencia del Tigris y del Gran Zab (Gn. 10:11, 12; Jon. 1:2; 3:3; Jdt. 1:1). En un sentido más propio, Nínive era la ciudad que se elevaba sobre la ribera izquierda del Tigris, en la confluencia de este río y un pequeño afluente llamado actualmente el Khoksr, a unos 43 Km. por encima de la confluencia del Zab y del Tigris.
Los fundadores de Nínive fueron babilonios (Gn. 10:11). Manishtusu, de la dinastía semítica de Acad (hacia 2425-2245 a.C.) construyó un templo dedicado a Ishtar, divinidad tutelar de Nínive. Varios otros pueblos propagaron este culto hasta Egipto y al suroeste del Asia Menor. Assur, a unos 95 Km. al sur de Nínive sobre la ribera opuesta, fue al principio la sede del gobierno. Pero cuando Salmansar construyó un palacio en Nínive (1280-1260 a C.) esta vino a ser la capital. Assurbanipal y su sucesor Salmansar (885-825 a.C. aprox), ejercieron un gobierno bicefálico durante algún tiempo; tenían palacios residenciales en Nínive y en Calah. Sus sucesores, aunque tenían su capital en Nínive, tenían también palacios en Calah, en Dur-sharrukin y en Tarbisu.
Asiria, nación guerrera, embelleció su capital merced a los botines de sus conquistas. Nínive era asimismo un centro literario. Hacia el año 650 a.C., Assurbanipal creó una gran biblioteca de tabletas de arcilla cubiertas de inscripciones cuneiformes relativas a la historia, liturgia, encantamientos, astronomía, astrología, matemáticas. Se trata sobre todo de copias de obras antiguas que provenían de Babilonia. Nínive se merecía el calificativo de «ciudad sanguinaria» que le dio el profeta Nahum (Nah. 3:1). A través de la historia guerreó contra las naciones vecinas, y usó la más feroz crueldad contra los vencidos. Después de sus victorias, Assurbanipal se dedicaba a cortar las manos, pies, nariz y oídos de sus prisioneros; les sacaba los ojos y levantaba montes de cabezas humanas. Cuando el imperio asirio inició su decadencia (625 a.C.), Nebopolasar, gobernador de Babilonia, se proclamó independiente. En el año 612 a.C., los Uman-mandá, aliados de Nebopolasar, descendieron sobre la llanura y acometieron, en solitario, la conquista de Nínive, que destruyeron. Una repentina crecida del Tigris se abatió sobre las fortificaciones de la ciudad, y ayudó a los asaltantes.
La devastación de la ciudad fue tan grande que después de la época griega y romana llegó a considerarse la misma existencia de la ciudad como un mito. Pero yacían ruinas muy importantes, escondidas bajo las masas de escombros. En 1820 un funcionario inglés en Bagdad, llamado Rich, examinó el tell de Kouyoundjik, sobre la orilla izquierda del Tigris, y se quedó convencido de que bajo él se hallaban las ruinas de Nínive. En 1842, Botta, cónsul de Francia en Mosul en la ribera derecha del Tigris, comenzó las excavaciones. Pronto quedó atraída su atención a Korsabad, a 16 Km. de Mosul, localidad de Dur-sharrukin, donde descubrió el palacio de Sargón. Desde 1845 a 1850, el inglés Laylard exploró Nimrod, a 29 Km. al sur de Kouyoundjik, excavando a continuación este lugar, que resultó ser el lugar de Nínive, donde Senaquerib había construido un espléndido palacio con 71 salas y cámaras con muros decorados por esculturas. En este mismo lugar descubrió Rasam, en 1853, el palacio de Assurbanipal con su famosa biblioteca. Se ha podido establecer cuál era el plan de las fortificaciones (de 12 a 15 m. de altura) de la ciudad propia, y pudo deducir que tenía 5 Km. de longitud y alrededor de 2,5 de anchura. Pero ya se ha mencionado que los heb., y posiblemente otros pueblos, designaban con el nombre de Nínive una vasta aglomeración que englobaba Calah, a 29 Km. al sur; Resen, entre Calah y Nínive; Rehobot-Hir, un gran distrito de la ciudad, posiblemente el mismo que Rebit-Nina, situado al noreste de la ciudad. Gn. 10:11, 12 enumera estas cuatro localidades, cuyo conjunto formaba «la gran ciudad». Había otras ciudades de los alrededores unidas a esta área metropolitana. Yarimdja marca el emplazamiento de una de ellas, junto al río, inmediatamente al sur de Nínive. Cerca del Tigris, a más de 4,5 Km. río arriba, se hallaba Tarbisu; su palacio real marcaba el comienzo de una serie de bellas localidades y ciudades fortificadas que bordeaban el río hacia el sur en dirección a Calah. Detrás del río, al noreste de Nínive, y más allá de Rebit-Nina, se elevaba Dur-sharrukin, al pie de los montes orientales. Esta ciudad fuerte, construida hacia el año 707 a.C. por Sargón, tenía una extensión casi como la de Calah, y poseía el vasto palacio descubierto por Botta. A más de 11 Km. al sureste de Dur-sharrukin, al pie de la cadena oriental, se hallaba otra ciudad importante, cuyo nombre antiguo se desconoce; su emplazamiento está cercano a Baasheihah. Diez Km. más al sur la localidad de Birtelleh marca asimismo el emplazamiento de una localidad antigua. Keremlis, a 5 Km. más al sur, se halla sobre el emplazamiento de una población antigua. Por fin, a más de 10 Km. más hacia el sur, se halla Imgurbel, cuyo palacio y templo fueron adornados por Assurbanipal. Este lugar se halla a 14 Km. al noreste de Cala. Otras ciudades y pueblos estaban dispersas por la llanura. En el siglo I a.C. Diódoro de Sicilia, fundándose en una tradición auténtica, afirma que Nínive tenía una forma de rectángulo, con unas dimensiones de 150 por 90 estadios; por ello, su perímetro era de 480 estadios, o 90 Km. Años más tarde, Estrabón afirmaba que Nínive había sido mucho mayor que Babilonia.
Todo ello confirma plenamente la declaración de Jonás 3:3: «Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.» En cuanto a los argumentos de Voltaire ante esta afirmación, sólo demostró su ignorancia al afirmar la imposibilidad de que una metrópolis tan grande pudiera desaparecer totalmente.

nom, NISÁN

tip, CALE
ver, TIEMPO
vet,
(heb. «nîsãn», del ac. «nisannu», «comienzo»).
Nombre dado, después de la cautividad, al mes de Abib, el primero del año religioso (Neh. 2:1; Est. 3:7).
En nuestro calendario se corresponde con marzo-abril. (Véase TIEMPO.)

nom, NISROC

tip, DIOS
vet,
Dios adorado por Senaquerib, que fue asesinado en su templo (2 R. 19:37; Is. 37:38).
Este nombre no ha sido identificado aún, y se ha intentado asimilarlo a Nusku o a un nombre compuesto de Assur; pudiera ser también una alteración intencionada del nombre Marduk. Sin embargo, no puede descartarse la posibilidad de que se tratara del verdadero nombre de una divinidad de la que no se hayan descubierto aún referencias extrabíblicas.

nom, NO-AMÓN. (Véase TEBAS.)

nom, NOB

tip, CIUD
ver, DOEG
sit, a3, 384, 64
vet,
Ciudad sacerdotal (1 S. 22:19) en Benjamín (Neh. 11:32); al norte e indudablemente a la vista de Jerusalén (Is. 10:32).
Cuando los enemigos se apoderaron del arca, los israelitas levantaron el tabernáculo en Nob, donde quedó por un tiempo. El sumo sacerdote Ahimelec residía también allí. Desconocedor de que Saúl perseguía a David, permitió que éste y sus hombres comieran el pan de la proposición, y dio después a David la espada de Goliat. Un edomita informó a Saúl (véase DOEG), que convocó a los sacerdotes, ordenó su muerte, haciendo también pasar a todos los habitantes de Nob a cuchillo. Abiatar, hijo del sumo sacerdote, escapó, y se refugió poniéndose bajo la protección de David (1 S. 21:22).
Después del exilio, la ciudad volvió a ser habitada (Neh. 11:32). Se desconoce su localización exacta, aunque se ha propuesto su situación sobre el monte Scopus, en Rãs Umm et-Tala.

nom, NOCHE

tip, CALE TIPO
ver, TIEMPO
vet,
Se usa simbólicamente de:
(a) La muerte, tiempo en que «nadie puede trabajar» (Jn. 9:4).
(b) Las tinieblas morales del mundo, en las que los hombres duermen y están embriagados (1 Ts. 5:7).
(c) El período del rechazamiento de Cristo, que está ya avanzado, «y se acerca el día» (Ro. 13:12). No habrá noche de tinieblas morales o espirituales en la Jerusalén celestial (Ap. 21:25; 22:5).
(Véase también TIEMPO.)

nom, NODRIZA

vet,
(a) Heb. «meneketh», nodriza que amamanta a un recién nacido (Éx. 2:7-9; 2 R. 11:2). Débora, nodriza de Rebeca, era objeto de la gran consideración de la familia (Gn. 24:59; 35:8). Las nodrizas eran por lo general muy apreciadas (cfr. Odisea 19:15, 251).
(b) Heb. «'Õmên», servidor, y «'õmeneth», sirvienta. Doméstico, hombre o mujer, que se ocupaba de los niños pequeños. Traducido como:
«la que cría» (Nm. 11:12),
«aya» (Rt. 4:16);
«nodriza» (2 S. 4:4) en la RVR.

nom, NOÉ

tip, BIOG PATR HOMB HOAT
ver, DILUVIO, CAM, CANAÁN, SEM, JAFET
vet,
= «descanso, tranquilidad».
Hijo de Lamec, descendiente de Set (Gn. 5:28-29). En base a las palabras de Lamec, el nombre de Noé significaba para él a la vez reposo y consolación: «Éste nos aliviará (y'nahamênû) de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.» En efecto, en heb. es usual hacer juegos de palabras y de asonancias. No se nos dice nada más acerca de Noé hasta que llegó a los 500 años de edad, y que tuvo tres hijos, Sem, Cam y Jafet (Gn. 5:32).
(a) El pregonero de justicia.
Es así como Pedro designa a Noé (2 P. 2:5). Era justo, íntegro y caminaba con Dios, lo que le hacía estar en acusado contraste con su generación impía y corrompida (Gn. 6:9; cfr. 5-6, 11-13). Mientras duraba la paciencia de Dios (1 P. 3:20) Noé predicaba a sus contemporáneos de diversas maneras:
(A) Por el ejemplo de su vida limpia (cfr. Fil. 2:15);
(B) por su «predicación», por cuanto advirtió con toda claridad a los hombres de su generación,
(C) por la construcción del arca, poseído de un temor reverente creyó en la santidad ultrajada de Dios y en lo inminente del juicio que se avecinaba (He. 11:7). Tomándose seriamente la Palabra del Señor, se aferró al único medio de salvación para él y los suyos. Había en el arca lugar de sobra para muchas otras personas (si hubieran querido entrar), así como para los animales. Fue así que «por esa fe condenó al mundo» demostrando que los impíos iban a morir, no por las aguas del Diluvio, sino por su indiferencia e incredulidad. En cuanto a Noé, vino a ser «heredero de la justicia que viene por la fe». En efecto, por íntegro que fuera no era sin pecado (Ro. 3:10, 23, 24) y fue literalmente salvado por la fe.
(b) Noé en el arca.
Para los detalles y las confirmaciones del relato del diluvio véase DILUVIO. Es impresionante el comportamiento de Noé durante este período prolongado en el que su paciencia y fe son puestas a prueba. Tenía 600 años cuando entró en el arca (Gn. 7:6). Dejó abierta la puerta aún siete días y después el mismo Dios cerró la puerta tras él (Gn. 7:4, 7, 10, 16). No vemos en Noé ningún apresuramiento ni aturdimiento, él hizo «conforme a todo lo que Dios le mandó» (Gn. 6:22; 7:5, 9, 16) y su actitud expresa, lo mismo que su nombre, reposo y tranquilidad. Después de los largos meses del terrible cataclismo, Dios mostró que se acordaba de Noé (cfr. Gn. 8:1). De una manera tranquila y metódica, Noé examinó una solución, dejando salir al cuervo y hasta tres veces la paloma, para verificar de una manera factual el estado de la tierra (Gn. 8:6-12); a continuación abrió la cubierta del arca (Gn. 8:13). Sólo salió de ella, no obstante, en obediencia a una orden determinada de Dios (ocho semanas más tarde, ni antes ni después) con todos los suyos, y con los animales que se habían salvado (Gn. 8:15-19).
(c) El pacto con Noé.
De inmediato, el patriarca erigió un altar, ofreciendo a Dios sacrificios. «Sin derramamiento de sangre no se hace remisión» (He. 9:22), y es sobre la base del sacrificio que Jehová establece un pacto con Noé y sus descendientes (Gn. 8:20; 9:9). Los puntos esenciales de este pacto son:
(A) Dios promete no volver a enviar jamás un diluvio de aguas sobre toda la tierra; los días, las estaciones y las cosechas durarán tanto tiempo como la tierra (Gn. 8:21-22; 9:11, 15). Sin embargo, un día los cielos y la tierra serán destruidos por fuego (2 P. 3:6-7, 10, 12).
(B) Como con Adán en el pasado (Gn. 1:28), Noé y sus hijos recibieron la orden de ser fecundos y de multiplicarse y llenar la tierra (Gn. 9:1, 7).
(C) Dios entregó en sus manos los animales, y les concedió su carne como alimento, en tanto que Adán, antes de la caída, era vegetariano (Gn. 9:2-3; 1:29).
(D) Se da la prohibición general de comer sangre (Gn. 9:4; cfr. Lv. 17:10-11).
(E) La vida humana queda protegida contra los animales y los mismos hombres (Gn. 9:5-6). Este texto instituye la pena de muerte por primera vez en el AT (cfr. Lv. 24:17, etc.; para el NT, cfr. Ro. 13:4).
(F) Se da el arco iris como señal de este pacto perpetuo (Gn. 9:12-17).
(d) La embriaguez de Noé.
Noé labró la tierra y plantó una viña, siendo sorprendido por el efecto embriagador del vino. Sem y Jafet se comportaron hacia su padre con respeto filial. Pero Cam se comportó con una actitud indecorosa, que suscitó la cólera de Noé, y que atrajo sobre Canaán, hijo de Cam, una maldición profética (Gn. 9:20-27; cfr. Éx. 20:5-6). Para una consideración de esta maldición, y de por qué Noé maldijo a Canaán en lugar de a Cam, véanse CAM y CANAÁN. (Véanse también SEM, JAFET.)

nom, NOEMÍ

tip, BIOG TIPO MUJE MUAT
vet,
= «mi placentera».
Mujer de Elimelec, que la llevó, junto con sus dos hijos, al país de Moab, a causa de una gran hambre que reinaba en Judá. Los hijos se casaron con muchachas moabitas. Elimelec y sus hijos murieron. Noemí, acompañada de Rut, una de sus nueras, volvió a Belén de Judá (Rt. 1-4). Pidió no ser llamada más Noemí, sino Mara, «amarga», porque el Todopoderoso la había tratado, dijo ella, amargamente. Buscó el bien de Rut, la cual contrajo matrimonio con Booz; ella vino a ser aya del hijo de Rut, Obed. Tipológicamente, representa al Israel desolado, así como Rut representa al remanente despreciado pero piadoso, que es introducido a una bendición plena al final, sobre la base de una gracia soberana, como gentiles, pero confiándose a la bondad del Pariente Cercano-Redentor (cfr. Is. 63:16).

nom, NOMBRE

ver, DIOS (Nombres)
vet,
(a) Su importancia.
En la época bíblica se atribuía al nombre una considerable importancia. Hay una relación directa entre el nombre y la persona o cosa nombrada; el nombre participa de alguna manera en la esencia que tiene por objeto revelar. Expresa la personalidad hasta tal punto que el conocimiento del nombre de alguien implica conocerlo íntimamente e, incluso en cierto sentido, tener poder sobre él. Jacob pregunta el nombre al ángel de Jehová: «Declárame ahora tu nombre.» Su respuesta es: «¿Por qué me preguntas por mi nombre?» (Gn. 32:29; cfr. Jue. 13:17-18). En el momento de llevar a cabo grandes actos redentores, Dios hace comprender a Moisés que se va a revelar no sólo ya como el Todopoderoso, sino «en mi nombre JEHOVÁ» (Éx. 6:3). Así, el nombre hace también próxima la presencia de la persona: no se puede resistir al ángel de Jehová, pues el nombre de Dios está en él (Éx. 23:21). El santuario donde Dios es adorado es sagrado, pues allí hace morar Su nombre (Dt. 12:11). Jesús dice al Padre que Él había «manifestado (su) nombre a los hombres» (Jn. 17:6), es decir, toda Su naturaleza divina. Juan nos habla de Cristo, a fin de que al creer tengamos vida en Su nombre (Jn. 20:31). El nombre pronunciado actúa con el mismo poder que la persona (Hch. 3:16; 4:10, 12, etc.) y el nombre del Salvador está, por definición, por encima de todo otro nombre (Ef. 1:21). (Véase DIOS, [NOMBRES DE].)
(b) Sentido y elección del nombre.
El nombre de las personas humanas se corresponde con la misma concepción. En la Biblia no se da como en la actualidad, casi al azar (en el caso del nombre propio) o por el solo hecho de la filiación (apellido/s). En lo que sea posible, el nombre debe expresar la naturaleza del que lo lleva, y su elección queda influenciada por circunstancias del nacimiento o por un voto de los padres con respecto al hijo. Se dejaban también guiar por la asonancia general o la consonancia de las sílabas, lo que permite un acercamiento en el sentido, o una etimología popular consustancial al genio hebreo, aunque algunas veces nos sea sorprendente a nosotros. Veamos algunos nombres:
Eva (vida, Gn. 3:20),
Noé (reposo, Gn. 5:29),
Isaac (risa, Gn. 17:19),
Esaú (velloso, Gn. 25:25),
Edom (rojo, Gn. 25:30),
Jacob (suplantador, Gn. 25:26);
los nombres de los hijos de Jacob comportan siempre una significación (Gn. 30);
se puede ver también Fares (brecha, Gn. 38:29),
Manasés (olvido, Gn. 41:51),
Efraín (fértil, Gn. 41:52), etc.
El nombre debía ser, si era posible, de buen augurio. Raquel, moribunda debido al parto, llama a su último hijo Ben-Oni (hijo de mi dolor), pero de inmediato Jacob se lo cambia, poniéndole Benjamín (hijo de mi diestra, Gn. 35:18).
Frecuentemente, los nombres comportan un significado religioso y una mención del mismo Señor («El» para Dios, o «Jah» para Jehová o Yahveh). De esta manera tenemos una serie de nombres compuestos, e incluso de nombres que son una corta frase:
Natanael (Dios ha dado),
Jonatán (Jehová ha dado),
Elimelec (Dios es mi rey),
Ezequiel (Dios es fuerte),
Adonías (Jehová es señor) y muchos más.
Hay otros nombres que son sencillamente sacados de la naturaleza, o inspirados en imágenes de la vida corriente:
Labán (blanco),
Lea (vaca salvaje),
Raquel (oveja),
Tamar (palmera),
Débora (abeja),
Jonás (paloma),
Tabita (gacela),
Peninna (perla),
Susana (lirio).
Hay nombres surgidos de circunstancias históricas:
Icabod (sin gloria, 1 S. 4:21),
Zorobabel (nacido en Babilonia).
Es a causa de este constante deseo de dar un sentido real y personal a los nombres que se trata de dar, en los artículos de este diccionario, una traducción, etimología o explicación de los nombres, debido a que ello tiene una mayor importancia de lo que pueda parecer a simple vista.
El nombre parece que era impuesto al recién nacido por lo general en el octavo día de su vida, al ser circuncidado (cfr. Gn. 17:12; 21:3-4; Lc. 1:59; 2:21).

(c) El cambio del nombre.
A causa del sentido sumamente personal unido al nombre, se daba en ocasiones un nombre nuevo a alguien con el fin de señalar la transformación de su carácter, cfr. p. ej.:
Abram a Abraham,
Sarai a Sara (Gn. 17:5-15),
Jacob a Israel (Gn. 32:27, 28),
Noemí a Mara (Rt. 1:20).
En ocasiones el segundo nombre es una traducción del primero:
Cefas (aram.) Pedro (gr.),
Tomás (aram.) Dídimo («gemelo» en gr.),
Mesías (heb,) Cristo (gr.).
Un día todos los creyentes recibiremos un nombre nuevo adecuado a los redimidos del Señor (Ap. 3:12).
(d) Apellidos.
Los apellidos no eran usuales entre los hebreos pero se añadía una indicación de su origen:
Jesús de Nazaret,
José de Arimatea,
María de Magdala,
Nahum de EIcos.
Podía ser también un patronímico:
Simón hijo de Jonás (Bar-Jonás),
Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo.
También se podía hacer referencia a la profesión:
Natán el profeta,
José el carpintero,
Simón el zelota,
Mateo el publicano,
Dionisio el areopagita.

(e) Nombres romanos.
Todo romano tenía tres nombres:
(A) El «praenomen» o nombre propio, designación personal;
(b) el «nomen», indicación de la línea o casa;
(c) el «cognomen», nombre de familia, o apellido, que figuraba en último lugar.
Por ejemplo:
el procurador Félix (Hch. 23:24) se llamaba en realidad:
Marcus (nombre propio)
Antonius (de la gens Antonia)
Félix (de la familia llamada Félix, «feliz»).
Frecuentemente se omitía el nombre propio, y se hablaba de Julio César en lugar de Cayo Julio César, etc.

nom, NOMBRES DE DIOS. Véase DIOS (Nombres).

nom, NOMBRES GEOGRÁFICOS

vet,
Los nombres geográficos, de ciudades, ríos, montes y valles se derivan de varias fuentes:
(a) El nombre conmemora un incidente histórico:
Bet-el, «casa de Dios», por la aparición de Dios a Jacob en sueños; o
Peniel, «el rostro de Dios», por su encuentro con el ángel de Jehová, Gn. 32:30;
(b) reciben el nombre de una divinidad asociada con el lugar:
BaaI-meón, Nm. 32:38;
Baal-perazim, 2 S. 5:20;
Bet-dagón, Jos. 15:41;
(c) hace mención de su situación:
compuestos con Abel (curso de agua),
Beer (pozo),
Hor (monte),
Carmel (huerto), etc.
(d) denotaba los productos del lugar:
Betfagé, «casa de brevas»,
Bet-tapúa, «casa de manzanas», etc.;
(e) se daba el nombre del lugar en honor de una personalidad, fundador, etc.:
Siquem,
Filadelfia,
Antípatris,
Cesarea,
Filipos.
Hay nombres antiguos que han permanecido como más arraigados que los nombres impuestos por la administración romana posterior. Por ejemplo, la antigua Rabá-amón de los amonitas, posteriormente llamada Filadelfia, es la capital del reino hachemita de Jordania con el nombre de Ammán. Lo mismo se puede decir de la ciudad de Akkõ. Llamada Tolemaida durante el período helénico y romano (en honor de Ptolomeo), cambió a San Juan de Acre bajo los cruzados. En la actualidad vuelve a llamarse Akkõ.

nom, NORTE

vet,
(a) Heb. «mezarim», lit.: «el esparcimiento».
El viento del norte esparce las nubes y trae un frío severo. Eliú observa que el frío proviene del norte. Este término aparece solamente en Jb. 37:9.
(b) Heb. «tsaphõn», «escondido, oscuro».
Los antiguos consideraban el norte como una región de lobreguez y de tinieblas. Éste es el término comúnmente traducido como norte en el AT (Gn. 13:14, etc.).
(c) Gr. «borras», norte (Lc. 13:29; Ap. 21:13).

nom, NOVILUNIO. (Véase LUNA.)

nom, NUBE

tip, ELEM
ver, LLUVIA
vet,
Las nubes, portadoras de la humedad (2 S. 22:12; Jb. 26:8; 37:11; Ec. 11:3), vacían su lluvia sobre la tierra (Jue. 5:4; Sal. 77:17).
Una nube que apareciera por occidente era un anuncio de lluvia (1 R. 18:44; Lc. 12:54).
Véase LLUVIA.

nom, NUBE (COLUMNA DE)

vet,
Se trataba de una nube sobrenatural en forma de columna; iba delante de los israelitas en el desierto, para mostrarles el camino por el que Dios les ordenaba marchar (Éx. 13:21, 22; Neh. 9:19). Cuando la noche hubiera impedido distinguirla, resplandecía como columna de fuego. Si Dios se quería manifestar a los israelitas, lo hacía desde la columna de nube (Nm. 12:5; Dt. 31:15). Cuando quiso desbaratar el ejército egipcio, fue desde la nube que los miró, y que hizo cundir el desorden en su campamento (Éx. 14:24). La presencia gloriosa del Señor se manifestaba frecuentemente en la nube (la «Shekiná»). «La gloria de Jehová apareció en la nube» (Éx. 16:10). «Una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo» (Éx. 40:34). «Yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio» (Lv. 16:2). De esta nube podía surgir fuego que destruía a los rebeldes (Lv. 10:2; Nm. 16:35; cfr. Éx. 19:16, 18). El soberano Dios, que se viste de nubes, es asimismo fuego consumidor (Sal. 18:9-15; Dt. 4:24; He. 12:29). Después de mucho tiempo que la nube hubiera dejado de marchar delante del pueblo, ya establecido en la tierra de Canaán, se ve a la nube de gloria hacer su morada en el Templo acabado de construir (1 R. 8:10-11). Si Israel era tan diferente de los otros pueblos, ello se debía a que el mismo Dios residía en medio de él. Desafortunadamente, los pecados de la nación llegaron a tal punto que les fue retirada la gloria divina (Ez. 9:3; 10:18-19; 11:22-23), siendo el Templo destruido junto con la ciudad de Jerusalén (Ez. 9:1-7). Sin embargo, el mismo profeta anuncia que el Señor devolverá para siempre Su gloria y Su presencia a Su pueblo, convertido y restaurado (Ez. 37:24-28; 43:1-9).
En el NT vuelve a aparecer la «Shekiná», en el monte de la Transfiguración, donde una nube luminosa lo envolvió, y en el seno de la cual dejó oír Su voz (Mt. 17:5). Cuando el Señor abandonó esta tierra, una nube celestial lo recibió (Hch. 1:9). Y cuando vuelva, «verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria» (Lc. 21:27).

nom, NÚMERO

tip, TIPO
ver, ALFABETO
vet,
No hay evidencia que los antiguos hebreos hayan empleado signos especiales para representar las cifras, porque se hallan escritos en letras en el texto heb. de las Escrituras, en la inscripción de Siloé y en la Estela de Mesa. Por ello, ya en la época de los Macabeos, los israelitas empezaron a utilizar las letras del alfabeto para designar números: «alef» para 1, «bet» para 2, etc. En los papiros de Elefantina se dan las cifras con signos (datando especialmente del siglo V a.C.). Las inscripciones nabateas del siglo I dan por lo general los números en palabras enteras, pero en ocasiones van representados en trazos verticales (para las unidades inferiores). El 5 es semejante a la cifra árabe actual, aunque sin la barra horizontal. Las inscripciones arameas de Palmira, de la misma época, presentan también signos. En Nínive, en el siglo VIII a.C., los mercaderes arameos se servían de pesos en forma de león en los que unos trazos verticales indicaban las unidades, y un trazo horizontal la decena. En épocas aún más remotas, los asirios y babilonios indicaban los números mediante signos cuneiformes.
(a) Números simbólicos.
Está claro que se usan números en las Escrituras en sentido simbólico. Al comparar los casos en los que se emplea un número, puede deducirse la idea escondida tras el número. El significado de algunos de los números es demasiado evidente para que haya error; en otros no hay tanta certeza. Se dan sólo unas pocas referencias para cada número.
UNO Supremacía, exclusividad:
Un Jehová (Dt. 6:4; Is. 42:8; Zac. 14:9).
Un Dios y Padre (1 Co. 8:6; Gá. 3:20; Mr. 12:29; Ef. 4:6; 1 Ti. 2:5).
No hay más que un Dios, y un Señor, Jesucristo (1 Co. 8:4, 6; Ef. 4:5).
Un Espíritu Santo (1 Co. 12:11, 13).
Un mediador (1 Ti. 2:5).
Un cuerpo (1 Co. 12:12, 13; Ef. 4:4).
Una esperanza, una fe, un bautismo (Ef. 4:4, 5).
Una ofrenda que ha perfeccionado para siempre a los santificados (He. 10:14).

DOS Distintividad, y por ello un testimonio adecuado, y comunión en caso de acuerdo. Para testimonio se precisa de dos testigos (Dt. 19:15; 2 Co. 13:1).
Caleb y Josué dieron testimonio de la tierra (Nm. 14:6-9).
Fueron dos los espías enviados al otro lado del Jordán (Jos. 2:1).
Dos olivos tipifican los dos testigos (Zac. 4:3; Ap. 11:3, 4).
La palabra de Dios y Su juramento muestran la inmutabilidad de Su consejo (He. 6:17, 18).
Dos tienen que estar de acuerdo al pedir (Mt. 18:19).
Dos o tres pueden reunirse al nombre de Cristo (Mt. 18:20).

TRES Plenitud divina y, por ende, perfección en testimonio.
Dios: Padre, Hijo y Espíritu. Esta plenitud se plació en morar en el Hijo de Su amor (Col. 1:19).
Tres veces vino la voz del cielo con respecto al Señor Jesús (Mt. 3:17; 17:5; Jn. 12:28).
El Señor Jesús es Profeta, Sacerdote y Rey.
Tres son los que dan testimonio, el Espíritu, el agua y la sangre (1 Jn. 5:7, 8).
Las Escrituras, compuestas por la Ley, los Profetas y los Salmos, dan testimonio de Cristo (Lc. 24:44).
Los elementos de la vida cristiana en esta escena son la fe, la esperanza y el amor.
Un cordón de tres dobleces no se rompe pronto (Ec. 4:12), y se corresponde con la perfección en el testimonio;
tres es también expresión de una experiencia llevada a la perfección (Lc. 13:32; Gn. 22:4; Hch. 9:9).

CUATRO La integridad de aquello que ha sido creado o establecido por Dios.
Cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo (Jer. 49:36).
Los cuatro ángulos de la tierra (Ap. 20:8).
En el ordenamiento del campamento de Israel había cuatro banderas (Nm. 10:14-25).
Ezequiel vio cuatro seres vivientes, y cada uno de ellos tenía cuatro caras, cuatro alas y cuatro manos (Ez. 1:5-8; cfr. los cuatro seres vivientes en Ap. 4:6).

CINCO La debilidad humana en su reconocimiento de obligación.
En la dedicación del tabernáculo, cada príncipe ofreció como ofrenda de paces dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos (Nm. 7:17-83).
Debilidad en contraste con el poder del enemigo: cinco perseguirían a cien (Lv. 26:8).
Los discípulos sólo pudieron presentar cinco panes de cebada y dos peces pequeños cuando había cinco mil para alimentar (Jn. 6:9).
Pablo dijo que preferiría hablar cinco palabras para enseñar a otros que diez mil palabras en una lengua desconocida (1 Co. 14:19).
En la parábola de las vírgenes había cinco sabias y cinco necias (Mt. 25:2).

SEIS Falta, imperfección (una unidad menor que el número perfecto de siete).
Salomón tenía seis gradas que ascendían a su gran trono (1 R. 10:19); no fue lo suficientemente elevado para preservarlo de idolatría. Seiscientos sesenta y seis talentos de oro era lo que recibía cada año (1 R. 10:14), y sin embargo tuvo que confesar que todo era vanidad y aflicción de espíritu.
Los judíos en Caná tenían seis tinajas de agua para la purificación (Jn. 2:6), pero expresaban lo insuficiente de las ordenanzas para suplir las necesidades del hombre.
El número de la bestia imperial será seiscientos sesenta y seis (Ap. 13:18), imperfección en todos los aspectos.

SIETE Integridad espiritual, generalmente en lo bueno, pero ocasionalmente en sentido negativo. Es la suma de tres y cuatro, y el número indivisible más alto dentro de la decena.
Siete días en una semana, siendo cada día séptimo para descanso, cada año séptimo era para reposo de la tierra, y cada siete veces siete años introducía el jubileo.
La creación quedó finalizada para el séptimo día, introduciendo el reposo de Dios.
Había siete lámparas en el candelero de oro (Nm. 8:2; cfr. Zac. 4:2).
La sangre era rociada delante del Señor siete veces (Lv. 4:6, 17; 8:11).
El cristiano es exhortado a guardar la fiesta de siete días después de la pascua, lo que hace que sea para él una fiesta perpetua (1 Co. 5:7, 8).
Juan habla de los siete Espíritus delante del trono de Dios (Ap. 1:4).
Hay siete abominaciones en el corazón del hombre (Pr. 26:25).
La primera bestia tiene siete cabezas y diez cuernos (Ap. 13:1).
En Apocalipsis el número «siete» aparece con frecuencia; se encuentra allí más de siete veces siete.
El perdón tiene que ser otorgado «setenta veces siete» (Mt. 18:22).


OCHO Un nuevo comienzo traerá del orden de la creación, aunque relacionado con él, en resurrección.
La circuncisión era al octavo día, cuando se entraba en una nueva comunión.
Fueron ocho las almas salvadas en el arca, para dar comienzo a un nuevo mundo (1 P. 3:20; 2 P. 2:5).
La nueva forma del futuro imperio romano será la octava (Ap. 17:11).
El día de la resurrección puede ser llamado el octavo, el que sigue al séptimo, el sábado judío.

DIEZ Base completa de responsabilidad humana.
Faraón fue visitado por diez plagas (Éx. 7-12).
Los Diez Mandamientos (Éx. 34:28).
Abraham dio el diezmo del botín a Melquisedec (Gn. 14:20).
Los israelitas daban una décima parte a los levitas, y ellos daban una décima a los sacerdotes (Nm. 18:21, 26).
Diez vírgenes fueron a encontrar al esposo (Mt. 25).
Eran diez los siervos a los que se les confió las minas (Lc. 19:13).
En la última fase del imperio romano habrá diez reyes (Ap. 17:12, 16).

DOCE Integridad administrativa, esto es, en lo que se establece o exhibe para el hombre. (El más divisible de los primeros números.).
Hubo doce patriarcas,
antecesores de las doce tribus,
que eran conmemorados en los doce panes de la proposición,
en las doce piedras en el pectoral y
en los doce nombres en los hombros del sumo sacerdote;
en las doce piedras sacadas del Jordán, y
en las otras doce puestas en el lecho del río;
también en la mujer con la corona con las doce estrellas (Ap. 12:1).
Mediante los doce apóstoles, el Señor alimentó a multitudes hambrientas.
Los doce apóstoles se sentarán sobre doce tronos juzgando a las doce tribus (Mt. 19:28).
La nueva Jerusalén tendrá doce fundamentos para sus muros con los nombres de los doce apóstoles;
tendrá doce puertas hechas de doce perlas, con los nombres de las doce tribus inscritas en ellas, siendo las doce puertas guardadas por doce ángeles (Ap. 21:12-21).
El día tiene doce horas, en las que los hijos de luz pueden caminar (Jn. 11:9). La flexibilidad de la perfección administrativa se puede ver en:
Seis-dos: Dos apóstoles en cada una de las seis compañías enviadas a predicar.
Dos-seis: Seis panes en cada una de las dos hileras de panes de la proposición.
Tres-cuatros: Cuatro hileras de tres nombres en el pectoral.
Cuatro-tres: Tres puertas en cada uno de los cuatro lados de la nueva Jerusalén.

CUARENTA (10 x 4). Prueba completa sacando a la luz el bien o el mal.
Moisés estuvo cuarenta años en el desierto, siendo probado él mismo;
estuvo en el monte durante dos períodos de cuarenta días, que fueron tiempos de prueba para los israelitas (Éx. 24:18; 34:28).
Los espías estuvieron cuarenta días explorando la tierra (Nm. 13:25).
Las tribus fueron probadas cuarenta años en el desierto (Hch. 13:18).
Goliat desafió a Israel durante cuarenta días (1 S. 17:16).
Saúl, David, Salomón y Joás fueron probados en sendos reinados de cuarenta años.
El tiempo de prueba de Elías en Horeb fue de cuarenta días.
Nínive recibió cuarenta días de plazo para que se arrepintiera (Jon. 3:4).
El Señor Jesús fue tentado cuarenta días (Mr. 1:13).
Se apareció a sus discípulos durante cuarenta días después de su resurrección (Hch. 1:3).

SETENTA (7 x 10) Plenitud y totalidad.
Se mencionan setenta miembros de la familia de Jacob (Gn. 46:27).
Setenta ancianos de Israel (Éx. 24:1).
Exilio de setenta años (Jer. 25:11).
El envío de los setenta discípulos (Lc. 10:1).
El perdón dado setenta veces siete (Mt. 18:21).

Se podrían dar otros ejemplos análogos. Si bien los números tienen valor espiritual, es necesario tener equilibrio para no caer en exageraciones acerca de su simbolismo. Hay quien se ha dedicado a hacer extraños cálculos acerca de los 318 siervos de Abraham (Gn. 14:14) y sobre los 153 peces de la última pesca milagrosa (Jn. 21:11), por no citar más que estos dos casos.

(b) El número de la Bestia: Seiscientos sesenta y seis.
Los griegos y romanos, lo mismo que los hebreos de la época tardía, empleaban las letras del alfabeto como signos numéricos (véase ALFABETO). La adición de estos signos puede dar un cierto total, y se ha hallado, como ejemplo, una inscripción que dice: «La que yo amo tiene el número 545». Este método, aplicado a 666, ha permitido presentar nombres como Nerón, Mahoma, el Papa, Lutero, Napoleón, Hitler, etc. Ello demuestra que este tipo de cálculos no es válido.
Hay, sin embargo, una siniestra premonición con el advenimiento del ordenador y de la transferencia electrónica de dinero. Hay un código ideado para su aplicación universal, y que puede ser tatuado, que consta de tres grupos de seis dígitos. Un dictador mundial que pudiera conseguir el control de este sistema tendría a su merced a todos, mediante la manipulación de la posibilidad de acceso al sistema informatizado (cfr. Ap. 13:16-18). Parece que el futuro ya empieza a perfilarse ante nuestros ojos.

Bibliografía:
Bullinguer, E. W.: «Cómo entender y explicar los números en la Biblia», (Clíe, Terrassa, 1990).

nom, NÚMEROS (Libro)

tip, LIBR TIPO CRIT LIAT
ver, LEVITAS, PENTATEUCO, PEREGRINAClÓN POR EL DESIERTO
vet,
Cuarto libro del Pentateuco. Su designación heb. es: «En el desierto» (cfr. Nm. 1:1). El título moderno proviene de la trad. gr., que dio este título a causa de los dos censos:
(a) en el Sinaí, en el año segundo después del éxodo;
(b) ante el Jordán, en el año cuarenta.
(a) División.
El libro se puede dividir en tres secciones esenciales:
(A) En el desierto del Sinaí (Nm. 1:1-10:11).
Censo del pueblo, a excepción de los levitas.
Orden del campamento de las tribus (Nm. 1; 2).
Censo particular de los levitas; su lugar en el campamento; su servicio particular (Nm. 3; 4).
Exclusión de los impuros (Nm. 5:1-4).
Ley de la restitución (Nm. 5:5-10).
Leyes acerca de los celos, del nazareato; fórmula de bendición sacerdotal (Nm. 5:11-6:27).
Ofrendas de los príncipes durante la dedicación del Tabernáculo (Nm. 7).
Ordenanza tocante a la disposición de las siete lámparas del candelero (Nm. 8:1-4).
Consagración de los levitas (Nm. 8:5-22),
edad de su entrada en funciones (Nm. 8:23-26; (véase LEVITAS).
Ley acerca de la celebración de la Pascua y de la Pascua suplementaria del segundo mes (Nm. 9:1-14).
La dirección dada por la columna de nube (Nm. 9:15, 23);
empleo de las trompetas de plata (Nm. 10:1-10).
(B) El itinerario del Sinaí al Jordán (Nm. 10:11-21:35).
Orden de marcha (Nm. 10:11-28).
Moisés invita a Hobab a que acompañe a los israelitas (Nm. 10:29-32).
Una etapa de viaje (Nm. 10:33, 34).
Palabras de Moisés a Jehová cuando partía el arca, y cuando se detenía (Nm. 10:35, 36).
Murmuraciones del pueblo contra el maná;
setenta ancianos ayudan a Moisés;
Jehová envía las codornices (Nm. 11).
María (Miriam) contrae lepra por hablar contra su hermano Moisés, y es sanada (Nm. 12).
Llegada a Cades, localidad del desierto de Parán.
Los espías y su retorno de Canaán.
Incredulidad del pueblo;
castigo: la muerte en el desierto (Nm. 13; 14).
Ordenanzas legales suplementarias (Nm. 15).
Revuelta de Coré, Datán y Abiram; acontecimientos consecutivos (Nm. 16; 17).
Los deberes de sostenimiento de los sacerdotes y de los levitas (Nm. 18).
Ritual de purificación de la contaminación contraída al tocar un muerto (Nm. 19).
Vuelta a Cades:
muerte de María;
pecado de Moisés y Aarón sobre el monte Hor.
Israel rodea el país de Edom;
episodio de las serpientes ardientes.
Llegada a los campos de Moab;
conquista del país situado al este del Jordán (Nm. 20:22-21:35).
(C) Campamento en Sitim (Abel-sitim),
frente a Jericó (Nm. 22:1-36:13).
Balaam (Nm. 22-24).
Israel, cayendo en la idolatría, rinde culto a Baal-peor (Nm. 25).
Censo de la nueva generación (Nm. 26).
Leyes concernientes a los derechos de sucesión de las hijas (Nm. 27:1-11).
Josué es proclamado caudillo del pueblo por Moisés (Nm. 27:12-23).
Normas acerca de los sacrificios cotidianos y de los votos (Nm. 28-30).
Guerra contra Madián (Nm. 31).
Las regiones conquistadas al este del Jordán son atribuidas a los rubenitas, gaditas y a la media tribu de Manasés (Nm. 32).
Enumeración de los campamentos de los israelitas, desde Egipto hasta Abel-sitim. Es difícil precisar este itinerario, por cuanto doce de los veintidós nombres de las etapas no han podido ser identificados (Nm. 33).
Límites del país de Canaán;
príncipes designados para llevar a cabo el reparto de la tierra (Nm. 34).
Leyes de las ciudades de refugio (Nm. 35).
Leyes suplementarias acerca de las herederas (Nm. 36).

(b) Autor, fecha y composición.
Para la mosaicidad del Pentateuco, y por consecuencia del libro de los Números, véase PENTATEUCO. Al igual que el Éxodo y el Levítico, este libro incorpora a la vez relatos y leyes. Esta combinación es un argumento adicional en favor de la unidad del Pentateuco y de la contemporaneidad de sus partes. La historia relatada por Números va desde el año segundo después del éxodo hasta el cuadragésimo, sin precisar las fechas intermedias. Se hace mención de personas y nombres olvidados con posterioridad; aparece un fragmento de cántico indudablemente antiguo (Nm. 21:17-18), así como leyes que concuerdan totalmente con una situación que se modificó después de Moisés. El texto contiene frecuentes alusiones a Egipto y a sus ventajas materiales recientemente perdidas por el pueblo; no disimula la dificultad de encontrar los materiales precisos para el Tabernáculo, y explica bien la necesidad de los dos censos antes y después de los cuarenta años en el desierto. Todo ello indica que el libro se remonta verdaderamente a la época de la que habla.
Se ha querido ver un problema en la cantidad de israelitas de más de veinte años que salieron de Egipto: 603.550 (Nm. 1:46; Éx. 12:37-38), que se correspondería con una población total de alrededor de dos millones. Se plantea la dificultad de la supervivencia de una gran masa de gente en el desierto. Sin embargo, no se debe pensar que esta expresión denota una extensión grande de arena. La península del Sinaí preserva en la actualidad oasis y ríos. Se sabe, por estudios arqueológicos y registros históricos, que en el pasado estaba provista de una vegetación más abundante que en la actualidad (cfr.. los recientes descubrimientos del Sahara). El orden indicado para el campamento (Nm. 2) no impedía que grupos más o menos numerosos se separaran temporalmente en busca de pastos. (Véase PEREGRINAClÓN POR EL DESIERTO.). Las cifras que se indican de 22.000 levitas (Nm. 3:39) y de 22.273 (Nm. 3:43) han sido acusadas de insostenibles. El profesor Flinders Petrie emitió la teoría de que el término mil o millar puede ser tomado en el sentido de familias o grupos (cfr. Jos. 22:14; Jue. 6:15; Mi. 5:1). Sin embargo, esta suposición suscita más dificultades de las que resuelve. Otros han propuesto que se pudiera tratar de un error de copista. Sea como sea, estas cifras no han sido inventadas, y es muy posible que haya elementos que se nos escapan. Tiene que quedar muy claro que a lo largo de todo este episodio la actividad sobrenatural y especial de Dios juega un papel determinante. Sea cual fuere la interpretación de los detalles, el milagro de la subsistencia del pueblo en el desierto sigue estando ahí, y se debe tener presente que la Palabra de Dios lo afirma sin ambages (cfr. Dt. 8:2-5).

(c) Mensaje espiritual.
Se deben destacar dos elementos esenciales:
(A) Números es por excelencia el libro de las murmuraciones.
(I) El pueblo se rebela y se lamenta pidiendo carne para comer (Nm. 11).
(II) María habla en contra de Moisés, y es castigada (Nm. 12).
(III) Todo el pueblo se subleva al oír el mensaje de los diez espías cobardes (Nm. 13; 14).
(IV) La revuelta de Coré contra Aarón y su sacerdocio (Nm. 16; 17).
(V) Vuelve a haber murmuraciones en Meriba, y Moisés se deja llevar por su cólera (Nm. 20).
(VI) El pueblo se impacienta contra Dios, que les envía serpientes ardientes (Nm. 21).
(VII) Idolatría y desenfreno en los campos de Moab (Nm. 25). Se evidencia en todo ello la paciencia de Dios ante el carácter del pueblo, tan rebelde y desagradecido (y tan parecido en todo a nosotros como pueblo de Dios en la actualidad).
(B) Tipos y profecías acerca de Jesucristo.
Pablo, aludiendo a varios acontecimientos de Éxodo y de Números afirma que aquellas cosas sucedieron para que nos sirvieran de ejemplos y ve en la roca golpeada un tipo de Cristo (1 Co. 10:1-12; cfr. v. 4). De hecho aquí se puede constatar:
(I) La nube (Nm. 9:15-23) imagen de Aquel que nos conduce mediante Su presencia y por Su espíritu (Jn. 10:4; 16:13).
(II) El maná, figura del verdadero pan de vida (Nm. 11:4-9; Jn. 6:31 ss).
(III) Moisés, que salva al pueblo por su intercesión, tipo de nuestro verdadero Mediador (Nm. 14:13-19; He. 3:1-6).
(IV) La vara de Aarón que floreció, símbolo de la resurrección de Cristo probando Su divinidad y mesianismo (Nm. 17:1-11; Ro. 1:4).
(V) La vaca alazana inmolada para hacer el agua de la purificación, imagen del sacrificio de expiación que nos limpia de pecado (Nm. 19:1-10; He. 9:13, 14).
(VI) La serpiente de bronce que el mismo Señor Jesús toma como tipo de Sí mismo en Su muerte en la cruz hecho pecado por nosotros (Nm. 21:4-9; Jn. 3:14-16; cfr. 2 Co. 5:21; Gá. 3:13).
(VII) La estrella y el soberano que surgirán de Israel, según la profecía de Balaam (Nm. 24:17-19; Gn. 49:10; Is. 9:5).
(VIII) La ciudad de refugio donde el homicida involuntario halla seguridad, así como nosotros hallamos nuestro único refugio en la salvación ofrecida por Cristo, nuestro sumo sacerdote (Nm. 35:9-28; He. 6:18).

Bibliografía:
Darby, J. N.: «Numbers», en Synopsis of the Books of the Bible (Bible and Publications, Montreal, reimpr. 1970, págs. 228-285);
Jensen, I. L.: «Números, viaje a la tierra de reposo» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1980);
Keil, C. F. y Delitzsch, F.: «Numbers», en Commentary on the Old Testament, vol I (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, reimpr. 1981);
Mackintosh, C. H.: «Números» (Editorial «Las Buenas Nuevas», Montebello, Calif. 1953);
Smick, E.: «Números», en Comentario Moody del Antiguo Testamento (Ed. Portavoz, Grand Rapids, 1993);
Thompson, J. A.: «Números», en Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1977);
Young, E. J.: «Números», en Una introducción al Antiguo Testamento (T.E.L.L., Grand Rapids, 1977).

nom, NUZU (o NUZI)

tip, ARQU
ver, TELL, HAMMURABI, HOREOS, HURRITAS, MARDIKH, MARI, UGARIT
vet,
Tell (véase TELL) en Yorghan Tepe, de 200 m. de longitud y 5 de altura, situado a 16 Km. al suroeste de Kirkuk, a 220 Km. al norte de Bagdad, en la Alta Mesopotamia. Descubierta gracias al seguimiento de una pista: unas tablillas que se vendían en bazares de Kirkuk a los turistas. El seguimiento de la pista condujo a este tell, que fue metódicamente excavado, entre 1925 y 1931, por varias agencias, entre las que tuvieron un papel importante la American Schools of Oriental Research y el Irak Museum. El tell está constituido por doce estratos de ocupación, desde los tiempos prehistóricos, pasando por diversos estadios históricos, hasta los dos estratos superiores, que se corresponden con la ciudad de Nuzu («Nuzi» es la forma genitiva de Nuzu). Los dos niveles superiores, I y II, son los de más importancia en relación con el mundo de la Biblia. En ellos se han descubierto cuatro mil tablillas escritas en caracteres cuneiformes, que han sido asignadas al siglo XV a.C. en base a la cronología convencional. Los textos de estas tablillas constituyen una valiosa colección de archivos privados y públicos de cuatro generaciones, y suministran una buena información sobre la vida política y económica y sobre los usos sociales del mundo antiguo, apareciendo contratos, informes, fallos judiciales y diversos otros tipos de escritos.
Un aspecto sumamente interesante de estas tabletas es que, pertenecientes a un marco cronológico aproximadamente del tiempo de los patriarcas, proveen un marco histórico social que armoniza de manera ajustada con detalles de las narraciones del Génesis acerca de Abraham, Isaac, Jacob y Esaú, Sara y Agar. De ello se pueden hacer varias menciones:
(a) La alusión de Abraham a Eliezer, su mayordomo, como posible heredero (Gn. 15:2, 3) queda iluminada por las tablillas de Nuzi. En ellas aparece la ley de que si no se tenían hijos, se podía adoptar uno, que en vida del padre adoptivo era su siervo, y a su muerte heredaba los bienes. Sin embargo, si nacía un hijo propio, éste recibía la herencia.
(b) El caso de Agar, que fue dada a Abraham como concubina por la misma Sara (Gn. 16:2), queda asimismo ilustrado en las tablillas de Nuzi. Era la costumbre allí que si la propia esposa daba hijos a su marido, no podía tener otra esposa; en caso contrario, podía tomar otra esposa entre las esclavas, hasta tener descendencia. En todo caso, si la primera esposa llegaba después a tener un hijo, era el de la libre el que debía heredar. Sin embargo, la esclava y su prole no debían ser despedidas. Esta ley puede explicar la resistencia de Abraham a acceder a la petición de Sara, además de su afecto natural hacia Ismael (Gn. 21:10, 11).
(c) La venta que hizo Esaú de su primogenitura a Jacob queda también ilustrada en las tablillas. Hay en ellas el registro de la venta que hizo Tupkitilla a su hermano Kurpazah de sus derechos de herencia de una arboleda por tres ovejas. De manera que esta práctica se desarrolló en un contexto donde no era desconocida (cfr. Gn. 25:27-34).
(d) La bendición de Isaac y Jacob fue firme (cfr. Gn. 27:35-37), y el mismo Isaac la mantuvo una vez dada. En las tablillas de Nuzu aparece el registro de un pleito, en el que Tarmiya ganó frente a dos hermanos suyos, que querían impedirle que tomara como esposa a una mujer llamada Zululishtar. Los jueces fallaron a su favor al establecer que su padre Huya se la había otorgado formalmente en una declaración oral solemne. De manera que los testamentos orales eran tenidos por válidos y vinculantes.
(e) Las gestiones del mayordomo de Abraham para conseguir una esposa para Isaac (cfr. Gn. 24) quedan también ilustradas en Nuzu. Se debía tratar con el guardián legal de la doncella, que era frecuentemente el hermano, a quien se le pagaba la dote. Otra manera de conseguir esposa era ser adoptado por el suegro y trabajar para él (cfr. Gn. 29:14-l9 ss.).
(f) El caso del robo de los terafines de Labán por parte de Raquel y de la minuciosa búsqueda de ellos por Labán, después de haberlos perseguido durante siete días, registrando todo el equipaje de Jacob y su familia (cfr. Gn. 31:19-35), recibe su explicación por la ley de Nuzu según la que la posesión de los ídolos domésticos por parte del yerno conllevaba que éste debía ser el heredero de las posesiones del suegro. Así, mediante estas tablillas y muchas otras se puede ver hasta qué punto las narraciones de los patriarcas en Génesis se ajustan en estos detalles culturales y sociales al marco general de la época en la que vivieron, y cómo estos registros tuvieron que ser redactados por alguien verdaderamente conocedor de los hechos, en lugar de constituir, según el liberalismo teológico, una especie de saga escrita mucho tiempo después de los hechos.
Se debe señalar que la cronología revisada sitúa estos registros, de una época contemporánea e inmediatamente posterior a la de Hammurabi, en una fecha alrededor del siglo XV-XIV a.C. (Véase HAMMURABI.)
Nuzu estaba situada a aprox. 550 Km. al este-sureste de Harán. La población de los estratos correspondientes a Nuzu ha sido identificada con hurritas. (Sin embargo, véanse HOREOS, HURRITAS; véanse también MARDIKH, MARI, UGARIT, etc.)
Bibliografía:
Free, J. P.: «Archaelogy and Bible History» (Van Kampen Press, Wheaton, 1950);
Free, J. P.: «Commentary from the Clay Tablets: The Nuzu Tablets», en Sunday School Times, 24 marzo 1945;
Gordon, C.: «Biblical Customs and the Nuzu Tablets», en Biblical Archaeologist, vol. III, n. 1, p. 5.

***

O

nom, OBAL o EBAL.

tip, TRIB
vet,
Pueblo descendiente de Joctán (Gn. 10:28). Una de las más antiguas tribus de Arabia se llama «'Abil» (Delitzsch) y es también el nombre de un distrito del Yemen (Helevy). Según Bochart se trata de los Avalitae, de la costa africana adyacente al estrecho de Bab el-Mandeb.
En 1 Cr. 1:22 aparece con la forma Ebal.

nom, OBED

tip, BIOG PROF HOMB HOAT
vet,
= «siervo».
(a) Abuelo de David y antepasado de Jesús (Rt. 4:17; Lc. 3:32).
(b) Un profeta de Israel quien reconvino a Peka, rey de Israel, porque en una guerra contra Judá no sólo había hecho una gran matanza sino que había traído consigo un número incontable de prisioneros a Samaria (2 Cr. 28:6-15).
(c) Otro profeta que logró una gran reforma en tiempo del rey Asa (2 Cr. 15:1-9).
(d) Cuatro personas más mencionadas en 1 Cr. 2:37; 11:47; 23:1; 26:7.

nom, OBED-EDOM

tip, BIOG SACE HOMB HOAT
vet,
= «siervo de Edom».
(a) Persona de origen discutido. Si provenía de la ciudad filistea de Gat, es probable que perteneciera a la guardia personal de David; pero si era originario de Gat-rimón, ciudad levítica de la tribu de Dan, entonces Obed-edom era levita. Vivía entre Quiriat-jearim y Jerusalén, cerca del lugar donde murió Uza por haber tocado el arca. David ordenó que el arca fuera depositada en la casa de Obed-edom, donde estuvo durante tres meses. Jehová bendijo a Obed-edom y a su familia (2 S. 6:10-12; 1 Cr. 13:13, 14; 15:25). Si Obed-edom era levita, se debe asimilar con Obed-edom coreíta (el apartado c, más abajo). Los coreítas pertenecían a la familia de los coatitas, a la que se había asignado la ciudad de Gat-rimón. La mención de la bendición de Dios (1 Cr. 26:5) parece relacionarse con 1 Cr. 13:14 y 2 S. 6:11.
(b) Levita de rango secundario; era uno de los guardianes del arca, y tocó el arpa durante su transporte a Jerusalén. Fue acto seguido designado, junto con otros, para el servicio musical del Tabernáculo dispuesto para el arca (1 Cr. 15:18, 21; 16:5).
(c) Levita; como portero del Tabernáculo, fue delante del arca cuando ésta fue llevada a Jerusalén (1 Cr. 15:24). Se trata probablemente de la misma persona que el Obed-edom hijo de Jedutún y portero del Tabernáculo de Jerusalén (1 Cr. 16:38). Aunque no se puede demostrar de una manera rigurosa, se identifica, por lo general, a este Obed-edom del final del versículo 38 con el Obed-edom que figura al comienzo del mismo versículo. Parece también que se trata de la misma persona que Obed-edom el descendiente de Coré (1 Cr. 26:1-4) (véase apartada (a) de este mismo artículo y cfr. 1 Cr. 26:10; 16:38). Obed-edom, el hijo de Coré, tuvo sesenta y dos hijos y nietos. Eran parte de los encargados de vigilar las puertas del Tabernáculo, y fueron distribuidos en distintos órdenes bajo el reinado de David (1 Cr. 26:8-12). Echaron suertes para cada puerta; la familia de Obed-edom recibió el lado del sur (1 Cr. 26:13, 15), y seguía ocupando esta posición bajo el reinado de Amasías (2 Cr. 25:24).

nom, OBEDIENCIA

vet,
La obediencia a Dios es uno de los deberes supremos de los hombres (Hch. 4:17), porque Él es el Hacedor (Hch. 5:29; Sal. 95:6), y los hombres dependen de su bondad (Sal. 145; Hch. 14:17) y están sujetos a Su ley (Sal. 119). La obediencia a Dios-Cristo es debida también porque Él nos ha redimido con Su sangre (1 Co. 6:20).
La obediencia a Dios debe hacerse de corazón (1 Jn. 5:2-7), en todas las cosas y en todo lugar (Ro. 2:7; Gá. 6:9). La obediencia también se debe a los padres, y en este sentido se llama obediencia filial (Éx. 20:12; Ef. 6:1; Col. 3:20).
Los cristianos prestan obediencia a los mandatarios y a las leyes (Ro. 13:1-5; Ti. 3:1) por causa de la conciencia.

nom, OBISPO

tip, CARG
ver, ANCIANO, ÁNGEL, DIÁCONOS, IGLESIA
vet,
(gr. «episkopos», «supervisor»).
En la LXX este término designa a un supervisor oficial, civil o religioso, como el sacerdote Eleazar (Nm. 4:16) y los oficiales del ejército (Nm. 31:14).
En el NT, este término aparece por primera vez en la exhortación de Pablo a los ancianos o presbíteros de la iglesia en Éfeso: «Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos» (o supervisores; Hch. 20:17, 28). En este pasaje y en otros, Pablo emplea estas palabras «anciano» y «obispo» para designar a las mismas personas (cfr. Tit. 1:5-7). El primer término designa la dignidad de la edad, en tanto que el segundo denota la dignidad de la función ejercida. En cambio, se hace una clara distinción entre el obispo y el diácono (Fil. 1:1; 1 Ti. 3:1-8). Empleando el término «episkopeõ», Pedro exhorta de la siguiente manera a los ancianos: «Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella...» (1 P. 5:2). (Véase ANCIANO.)
A Cristo se le aplica el nombre de obispo: «Habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas» (1 P. 2:25).
Ya en vida de los apóstoles había numerosas tendencias, en el seno de la cristiandad, que se apartaban de la obediencia a las instrucciones dadas por el Señor por medio de ellos, tanto en doctrinas como en práctica (cfr. Gálatas, 1 Corintios, Colosenses, etc.). Lo mismo sucedió después de la muerte de los apóstoles. Ya pronto se empezó a hacer una distinción, inexistente en las Escrituras, entre los ancianos o presbíteros y los obispos. En el siglo II se menciona esta diferencia en las epístolas de Ignacio, que murió en el año 107 (o 116). Jerónimo nos ha dejado un elocuente testimonio del estado de cosas que condujo a la ascensión del régimen episcopal: «En los antiguos, obispos y presbíteros es lo mismo, porque lo primero es el nombre de la dignidad, y lo último de la edad» (Epístola a Oceano, Vall. 69, 416). Y en su epístola a Evangelo cita Fil. 1:1; Hch. 20; Tit. 1:5, etc.; 1 Ti. 4:14; 1 P. 5; 2 Juan y 3 Juan, usando un lenguaje muy enérgico, y dice textualmente: «que después se eligiera uno que estuviera por encima (lat.: «praeponeretur») de los demás, se hizo como remedio para los cismas, no fuera que al ir cada uno a atraer hacia sí la iglesia de Cristo la fuera a dividir». Jerónimo amplifica en este y otros escritos el testimonio de que la elección de un obispo presidente entre los ancianos fue una disposición no sacada de las Escrituras, sino hecha por conveniencia, debido al clericalismo en que se había caído ya en aquel entonces, y que iría creciendo en el posterior desarrollo de la historia de la Iglesia, hasta culminar en el papado católico. En el Concilio de Trento, en el siglo XVI, la iglesia romana proclamó que «los obispos, sucesores de los apóstoles, son establecidos por el Espíritu Santo para gobernar la Iglesia de Dios, y son superiores a sus presbíteros o sacerdotes». La postura de la iglesia de Roma es que los ancianos, que habían sido establecidos en el ministerio, dirigían las asambleas regionales. También supone la iglesia de Roma que, al haber aumentado el número de comunidades, los apóstoles, necesitados de ayudantes, nombraron a supervisores de distritos, que quedaron designados como sus sucesores. Éste, según Roma, hubiera sido el caso de los ángeles de las siete iglesias (Ap. 1:20; véase ÁNGEL).
Según la Iglesia Anglicana, Jacobo el hermano de Jesús, en Jerusalén, los ángeles de las siete iglesias, Timoteo y Tito, eran los que ejercían estas funciones. Sin embargo, se tiene que señalar que, cierto como es que los apóstoles enviaban a delegados personales con su autoridad, no hay indicación alguna en las Escrituras de que esta autoridad pudiera ser dada a sucesores. El motivo alegado del oficio episcopal es mantener el cuidado de la iglesia. No obstante, se tienen que hacer las siguientes observaciones:
(a) Los apóstoles establecían los ancianos y diáconos con su propia autoridad, bien directamente ejercida, bien delegada en personas que tenían este encargo de manera formal (véanse ANCIANOS, DIÁCONOS). Es evidente que las iglesias no tenían facultad para efectuar tales nombramientos, por el hecho mismo que Timoteo y Tito fueron encargados de tal misión en las iglesias a las que fueron enviados (1 Ti. 1:2; 3:1-15; Tit. 1:5 ss.). Es evidente que la desaparición de los apóstoles en su singular carácter dio también la desaparición de los ancianos y diáconos como cargos que habían sido establecidos en la naciente iglesia por la insustituible autoridad apostólica.
(b) La disposición del régimen episcopal no tuvo su origen en la obediencia de las Escrituras, sino en un intento humano de atajar tendencias cismáticas; surgió, por tanto, como consecuencia de las fuertes tendencias al clericalismo. En último término, y visto desde una perspectiva histórica, resultó peor el remedio que la enfermedad.
(c) Las Escrituras no encomiendan la iglesia a los obispos o ancianos como remedio para los males que habrían de sobrevenir, sino que los señala como futuras causas de aquellos males. En efecto, Pablo, en su conmovedora despedida de los ancianos de Éfeso, les dice: «Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos... Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados» (Hch. 20:29-30, 32, etc.). Este es el recurso que Dios ha dado a los suyos, un recurso pleno y eficaz. Él mismo, y la Palabra de Su gracia. Los apóstoles, y todo lo que ellos comportaban, cumplieron su cometido histórico, estableciendo los cimientos de la Iglesia, y dando a los creyentes la Palabra de Dios y la esperanza viva del retorno de Jesucristo.

Bibliografía:
Darby, J. N.: «Remarks on The Church and the World», en The Collected Writings of J. N. Darby, vol. 15, págs. 298-379 (Stow-Hill Bible and Tract Depot, Kingston-on-Thames, reimpr. 1964);
Darby, J. N.: «Episcopacy», en Collected Writings, págs. 307-317;
Darby, J. N.: «Apostolicity and Succesion», en Collected Writings, vol. 22, págs. 219-334;
Kelly, W.: «Bearing of the failure of the Church on the institution of Elders», en Bible Treasury, oct. 1871, págs. 111-346;
Gonzaga, J.: «Concilios» (International Publications, Grand Rapids, 1966);
Grau, J.: «El fundamento apostólico» (Ediciones Evangélicas Europeas, Barcelona, 1973);
Lacueva, F.: «La Iglesia, cuerpo de Cristo» (Clíe, Terrassa, 1973).
(Véase también bibliografía al final del artículo IGLESIA.)

nom, OBLACIÓN

tip, LEYE TIPO
ver, SACRIFICIO, PRIMICIAS, PRIMOGÉNITO, DIEZMO, OFRENDAS MECIDAS
vet,
Para todo lo concerniente a las ofrendas y sacrificios en general, véase SACRIFICIO. El término «sacrificio» designa particularmente la inmolación de animales, en tanto que el término «oblación» comporta más bien la idea de un don hecho a Jehová, y de ahí se aplica técnicamente a las ofrendas incruentas (Lv. 2:1). Entre las instituidas en la Ley de Moisés se pueden mencionar:
(a) La ofrenda de flor de harina (Lv. 2; 6:7-16). Se trataba de flor de harina sin levadura, imagen de pureza y santidad (cfr. 1 Co. 5:6-8).
Los sacerdotes debían comer de ello (Lv. 2:10; 6:9). En esta ofrenda se puede ver un símbolo de la ofrenda perfecta de Cristo a Dios en Su vida (cfr. Ef. 5:2), en tanto que el holocausto lo presenta en Su muerte (Lv. 2). A la ofrenda de harina se debía añadir aceite, incienso y sal. Los cristianos, miembros del nuevo sacerdocio (1 P. 2:9) deben alimentarse de la perfección de Cristo consagrándose a Dios como ofrenda pura.
(b) La libación de vino, que era derramada sobre la ofrenda de harina (Lv. 23:13; Nm. 15:4, 5) Es notable ver reunidos estos símbolos:
El pan, principal alimento de los hombres,
el vino, que los reconforta y alegra su corazón (cfr. Sal. 104:15),
el aceite, imagen de riqueza y símbolo constante del Espíritu (cfr. otras alusiones al pan y al vino: Gn. 14:18; Mt. 26:26-28)
(c) Las primicias de las cosechas y de los ganados en prenda de reconocimiento y de consagración a Dios (Éx. 22:29, 30; 23:19; Lv. 23:10). Las primicias se daban «de aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido» (Nm. 18:12, 13) y los primogénitos de los animales limpios. Los de los hombres y los de los animales impuros debían ser objeto de rescate (Nm. 18:15-17) (Véanse PRIMICIAS, PRIMOGÉNITO)
(d) Los diezmos de las cosechas y de los ganados eran también dados en ofrenda a Jehová (Lv. 27:30-33). Servían para el mantenimiento de los levitas (Nm. 18:21) y cada tres años se daba una parte al extranjero, al huérfano y a la viuda (Dt. 26:12-13). (Véase DIEZMO.)
Ofrendas presentadas por elevación.
En el artículo OFRENDAS MECIDAS se habla del rito consistente en dar una vuelta de la ofrenda bajo la mirada del Señor, para presentarle todo sus aspectos. Con frecuencia se efectuaba también la «elevación» de la ofrenda (Éx. 29:27, 28; Lv. 7:14, 32, 34; Nm. 15:19-20; 18:8, 11, etc.). La oblación era así elevada y dirigida a Dios, a quien era solemnemente ofrendada.
Al ver las ofrendas, diezmos, primicias y sacrificios que los israelitas consagraban a Dios, cada creyente debería plantearse su propia devoción al Señor y su actitud en cuanto a dar. Es un hecho que el Señor derrama Sus bendiciones en respuesta a la consagración (Mal. 3:7-10). Las ofrendas y sacrificios que Israel debía ofrecer señalaban el hecho de que pertenecían a Dios. El creyente hoy debe recordar este hecho, y reconocer que todo lo que es y todo lo que tiene le ha sido dado por Dios. Así, tendrá un poderoso motivo para honrar a Dios con todos sus bienes (Pr. 3:9-10). (Véanse OFRENDAS, SACRIFICIOS.)

nom, OBOT

tip, LUGA
vet,
«pieles de agua» o «desfiladeros».
La estación 43ª de los israelitas, cerca de Moab, al sudeste del mar Muerto (Nm. 21:10, 11, 33:43, 44).

nom, OBRAS

tip, DOCT
ver, FE, JUSTIFICACIÓN, SANTIAGO (Libro)
vet,
Se trata de actividades, divinas o humanas, que pueden ser consecuencia del bien o del mal. Se mencionan las «obras muertas», actos de mera ceremonia, y de los esfuerzos religiosos de la carne (la carne para nada aprovecha) (He. 6:1; 9:14). Éstas están en acusado contraste con las «obras de la fe», que constituyen la expresión de la vida por la operación del Espíritu Santo (He. 11). Las obras de la carne son detalladas en Gá. 5:19-21.
El hombre es justificado por la fe aparte de las «obras de la ley» (Ro. 3:20; Gá. 2:16), pero la fe verdadera producirá «buenas obras», y éstas serán vistas por los hombres, aunque la fe misma sea invisible (Stg. 2:14-26).
Cuando el Señor Jesús estuvo en la tierra afirmó que Sus obras daban evidencia de que Él era el Hijo de Dios, y de que había sido enviado por el Padre, y de que el Padre estaba en Él y Él en el Padre (Jn. 9:4; 10:37, 38; 14:11).
Cuando los judíos perseguían a Cristo por haber curado a un hombre en sábado, Él dijo: «Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo» (Jn. 5:17). Dios había descansado de Sus obras de creación en el día séptimo, pero el pecado se introdujo, y en el AT se hallan frecuentes alusiones a la actividad de Jehová para lograr la bendición espiritual del hombre.
El apóstol Pablo, escribiendo a Tito, insiste enérgicamente en las buenas obras, para que el cristiano no sea sin frutos.
Cada uno tendrá que dar cuenta de sí a Dios (Ro. 14:12); y los muertos impíos serán levantados y juzgados según sus obras (Ap. 20:12, 13). (Véanse FE, JUSTIFICACIÓN, SANTIAGO [LIBRO DE].)

nom, OCOZÍAS

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
vet,
= «Jehová ha sostenido».
(a) Rey de Israel, sustituyó en el trono a su padre Acab cuando este último marchó contra Salmansar con sus aliados. A la muerte de Acab empezó a reinar en solitario. Su reinado no duró más que dos años (1 R. 22:40, 52). Se unió a Josafat para equipar los navíos de Tarsis, con el fin de ir a buscar oro a Ofir. Sin embargo, no pudieron emprender la travesía, al naufragar en Ezión-geber. Ocozías propuso una segunda tentativa. Josafat, advertido por un profeta, no aceptó la propuesta (1 R. 22:48, 49; 2 Cr. 20:35-37). Después de la muerte de Acab, Moab se rebeló, pero Ocozías no hizo nada para volverlo a someter (2 R. 1:1; 3:5). Ocozías cayó por una ventana de una sala de su palacio, sufriendo heridas de consideración. Mandó a que se consultara a Baal-zebub, dios de Ecrón, para saber si sanaría. Elías detuvo a los mensajeros, enviándolos de vuelta con la predicción de que la herida sería mortal (2 R. 1:2-17). Como Ocozías no había tenido hijos, su trono pasó a su hermano Joram (2 R.1:17).
(b) Rey de Judá. Comenzó a reinar el año 843 a.C. (2 R. 9:29), evidentemente durante la enfermedad de su padre Joram (2 Cr. 21:18, 19), al que sucedió al año siguiente (2 R. 8:25). Tenía entonces 22 años, y reinó sólo un año. Su madre, Atalía, fue su genio malo (2 Cr. 22:3). Fue con Joram, rey de Israel, para combatir contra los sirios en Ramot de Galaad. Joram, herido, se volvió a Jezreel. Ocozías fue a visitarlo, encontrándose con él cuando Jehú se rebeló; fue muerto por este implacable guerrero al mismo tiempo que Joram (2 R. 8:25-29; 9:16-29; 2 Cr. 22:1-10). Por inversión de los elementos constitutivos de su nombre, se le llama Joacaz en 2 Cr. 21:17. En 2 Cr. 22:6 aparece Azarías en el original heb., una modificación de Ocozías.

nom, ODIO. Véanse ABORRECER, ABORRECIMIENTO.

nom, ODRE

tip, UTEN
vet,
Recipiente hondo, de cuero o piel de un animal, cosida en forma de saco, para recibir líquidos:
agua (Gn. 21:14),
vino (Jos. 9:4),
aceite y, especialmente,
leche (Jue. 4:19; cfr. Jb. 32:19; Mt. 9:17).
En el Sal. 119:83 se menciona «odre al humo», que se refiere probablemente al deterioro de un odre expuesto al humo de una chimenea.
El vino nuevo, que está pasando aún por un proceso de fermentación, debe ponerse en odres nuevos, que podrán resistir este proceso, en tanto que los cueros viejos reventarían (Mt. 9:17; Mr. 2:22; Lc. 5:37, 38).

nom, OFEL

tip, LUGA MONT
ver, JERUSALÉN
vet,
= «prominencia» o «torre».
Nombre de la zona meridional de la colina situada al este de Jerusalén, en el interior de la fortificación. Es posible que al principio se tratara de una gran torre circular, o la prolongación, en este lugar, de la obra fortificada. Los textos indican que Ofel se encontraba no lejos:
del estanque de Shelakh (Siloé),
del patio de la cárcel,
de la puerta de las aguas,
de la puerta de los caballos (Neh. 3:15-27). (Véase JERUSALÉN, b, C).
Josefo menciona, cerca de Ofel, el estanque de Siloé, el patio oriental del Templo, el valle del Cedrón (Guerras 5:4, 1 y 2; 6:1). Jotam erigió grandes construcciones sobre las murallas de esta colina; Manasés aumentó su altura (2 Cr. 27:3; 33:14). Después del exilio, si no antes, los netineos residían en este barrio adyacente al Templo (Neh. 3:26; 11:21).

nom, OFENSA

tip, LEYE
vet,
(a) Esta palabra se usa en el sentido ordinario de pecado, falta o disgusto (Ro. 4:25; 5:15-20; 2 Co. 11:7; Stg. 2:10; 3:2); en el sentido de tropiezo, escándalo o causa de pecado para otros (2 Co. 6:3). Se exige a los cristianos que no den ocasión o motivo para el tropiezo de otros (Ro. 14:13-21; 1 Co. 8:9-13; 10:32; 2 Co. 6:3).
(b) Perjuicio causado o injuria a alguna persona. La ley mosaica exigía de los culpables no solamente que resarciesen a la persona agraviada o le diesen satisfacción, sino también que presentasen una ofrenda en el altar para reconciliarse con Aquel que gobierna todas las cosas (Lv. 5; 6:1-7; Sal. 51:4). Cristo demanda que nos perdonemos mutuamente (Mt. 6:14, 15; 5:23, 24).
nom, OFIR
tip, TRIB PAIS
vet,
Tribu surgida de Joctán (Gn. 10:29; 1 Cr. 1:23) y el país ocupado por ella; era una región famosa por su oro (1 Cr. 29:4; Jb. 22:24; 28:16; Sal. 45:10; Is. 13:12). Hiram y Salomón enviaron una flota de Ezión-geber a Ofir (1 R. 9:26-28); de allí también se trajeron maderas perfumadas (posiblemente sándalo), además del oro (1 R. 10:11). También es probable que fuera de Ofir que viniera la plata, el marfil, los monos y los pavos reales de 1 R. 10:22 (cfr. 1 R. 22:49). Josafat intentó imitar esta empresa, pero sus naves naufragaron en Ezión-geber (1 R. 22:49) en el golfo de Ákaba. Por ello, es evidente que la ruta de Ofir pasaba por el mar Rojo, no por el Mediterráneo. Ofir no ha sido identificado de una manera cierta. Josefo asimila la tierra del oro con la India (Ant. 8:6, 4), afirmando que se trataba posiblemente de la cuenca del río Cofenes (Ant. 1:6, 4). Por ello, los hay que han pensado en la desembocadura del Indo, en la región de Abhira. También se ha sugerido la Arabia meridional, el golfo Pérsico, en la Arabia oriental, y África, quizá la zona de Somalia. La localización de la India es bastante plausible, teniendo en cuenta que la travesía duraba tres años, aunque también se ha señalado, recientemente, la región del Transvaal, en Suráfrica.

nom, OFNI

tip, CIUD SACE BIOG HOMB HOAT
sit, a2, 307, 325
vet,
= «hambre».
(a) Ciudad de Benjamín (Jos. 18:24). Robinson sugiere su identificación con Gofna, en el camino de Samaria a Jerusalén, a un día de camino al norte de Gabaa (Guerras 5:2, 1); se trata de la Jifnã moderna, a 5 Km. al oeste-noroeste de Bet-el, identificación que implica que la frontera de Benjamín giraba al norte, cerca de Bet-el, que estaba sobre el límite septentrional.
(b) Uno de los hijos de Elí (1 S. 2:22-4:22). Él y Finees, su hermano, ejercían el oficio del sumo sacerdocio, siendo que su padre se había hecho muy viejo. Su conducta escandalosa evidenciaba que eran indignos de este sagrado cargo, y, lo que es peor, que no conocían al Señor (1 S. 2:12). Cuando se le pidió a Elí que interviniera, los reprendió blanda e indulgentemente. Por esta razón, Dios pronunció sentencia sobre Elí y su casa. En la guerra contra los filisteos, se decidió llevar el arca de Dios al campo de batalla. Ofni y Finees, que ejercían las funciones del sumo sacerdote, eran guardianes del arca y la acompañaron. Los dos fueron muertos en esta batalla, siendo el arca capturada por los filisteos.

nom, OFRENDA DE LIBACIÓN

tip, LEYE TIPO
ver, TIPO, TIPOLOGÍA, PASCUA, EXPIACIÓN (Día de la), ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO
vet,
Por lo general no se ofrecía sola (pero cfr. Gn. 35:14). Se ofrecía con el sacrificio de la mañana y de la tarde, que era un holocausto, e iba acompañada de una oblación de ofrenda vegetal. Consistía de vino, y la cantidad era variable, en relación con el animal ofrendado (Nm. 28:14). «Derramarás libación de vino superior ante Jehová en el santuario» (Nm. 28:7). En la tierra de Canaán se debería ofrecer una libación a las oblaciones de olor grato. La cantidad de vino y aceite debían ser iguales, y en proporción a la importancia de la víctima (Nm. 15:1-11). La libación puede ser un tipo del gozo en el Espíritu en la consciencia del valor de la obra de Cristo hecha a la gloria de Dios (cfr. Fil. 2:17, que puede ser una alusión a la ofrenda de libación).
Véase SACRIFICIO.

nom, OFRENDAS MECIDAS

tip, LEYE TIPO
ver, AGUAS AMARGAS, OBLACIÓN, SACRIFICIO
vet,
El rito de mecer las ofrendas se daba en:
(a) Los sacrificios de acción de gracias.
La espaldilla derecha de la víctima era elevada delante del Señor, y el pecho se mecía. El sacerdote podía acto seguido comer esta carne consagrada.
(b) La primera gavilla de la siega, mecida y ofrecida a Dios el segundo día de la Pascua. Esta gavilla simbolizaba la resurrección y también la consagración de la siega entera (Lv. 23:10, 11).
(c) Los dos panes hechos con la nueva harina, y los dos corderos del sacrificio de acción de gracias eran mecidos y ofrecidos durante Pentecostés, cincuenta días después de la gavilla de las primicias (Lv. 23:15, 20).
(d) El sacrificio por la culpa, mecido, ofrecido por el israelita sanado de la lepra (Lv. 14:12, 21): rito simbólico de purificación y de nueva consagración a Dios.
(e) La ofrenda de celos (harina de cebada, Nm. 5:15, 25). (Véase AGUAS AMARGAS.)
En los sacrificios de acción de gracias de carácter privado, el pecho mecido y la espaldilla ofrecida por elevación revertían al sacerdote. El ofrendante y los suyos comían el resto del animal (Lv. 7:30-34; 10:14, 15; Nm. 18:18).
En el sacrificio de acción de gracias del nazareo, el sacerdote recibía, además de la retribución ordinaria, la espaldilla cocida del carnero (Nm. 6:17-20).
En Pentecostés, los dos corderos y los panes de las primicias quedaban en poder del sacerdote (Lv. 23:20). El rito efectuado por el sacerdote consistía en poner las manos bajo las manos del que presentaba la ofrenda, y mecer la ofrenda (Éx. 29:24, 25; Nm. 6:19, 20). El Talmud y la tradición rabínica indican que se trataba de cuatro movimientos sucesivos: de adelante a atrás, de atrás a adelante, mecido de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo (elevación). (Véanse también OBLACIÓN, SACRIFICIO.)

nom, OFRENDAS MECIDAS Y ELEVADAS

tip, LEYE TIPO
ver, TIPO, TIPOLOGÍA, PASCUA, EXPIACIÓN (Día de la), ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO
vet,
No eran ofrendas separadas, sino que en ocasiones ciertas porciones de una ofrenda eran mecidas o elevadas ante el Señor. Así, en la consagración de Aarón y de sus hijos, la grosura, el rabo con su grasa, el sebo, los riñones con su grosura, y la espaldilla derecha del carnero, junto con una torta de pan y otra de pan amasado en aceite y un hojaldre, todo ello fue mecido por Aarón y sus hijos delante del Señor, y fue después quemado en holocausto en el altar (Lv. 8). El pecho del carnero fue también mecido como ofrenda mecida delante del Señor, y la espaldilla fue levantada como ofrenda elevada; todo ello fue comido por Aarón y sus hijos (Éx. 29:23-28). De las ofrendas de paces, el pecho era siempre una ofrenda mecida, y el hombro derecho una ofrenda elevada, y eran para los sacerdotes (Lv. 7:30-34).
Los rabís explican que la espaldilla elevada era movida hacia arriba y hacia abajo, y el pecho mecido lo era de lado a lado. Estas acciones eran hechas «delante de Jehová», y parecen simbolizar que aquellos que movían las ofrendas estaban realmente en Su presencia, con las manos llenas de Cristo.
Cristo es así el Antitipo de todos los sacrificios: en ellos se prefigura Su consagración hasta la muerte; la perfección y pureza de Su vida de consagración a Dios; la base y el sujeto de comunión de Su pueblo y, por último, la eliminación del pecado por el sacrificio. En la Epístola a los Hebreos se expone en detalle el contraste entre la posición del judío, para el que todos los sacrificios tenían que ser repetidos (existiendo el sistema tipológico mediante la repetición), y la posición del cristiano, que mediante el único sacrificio de Cristo (que no admite repetición) quedan perfectos para siempre, y tienen asimismo acceso al Lugar Santísimo, porque el gran Sumo Sacerdote ha entrado en él. Así, habiendo aparecido Cristo «en la consumación de los siglos» para «por el sacrificio de sí mismo quitar de en medio el pecado», no queda ya más sacrificio por los pecados (Ef. 5:2; He. 9:26; 10:4, 12, 26). Sin fe en la muerte sacrificial de Cristo no hay salvación, como queda claro en Ro. 3:25; 4:24, 25; 1 Co. 15:1-4.
El cristiano es exhortado a presentar su cuerpo como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, lo cual constituye su culto racional (Ro. 12:1; cfr. 2 Co. 8:5; Fil. 4:18). Con ello ofrece a Cristo el sacrificio de alabanzas a Dios, y los actos de bondad y de comunicar de lo propio a los demás son sacrificios agradables a Dios (He. 13:15, 16; cfr. 1 P. 2:5).
Véase SACRIFICIO.

nom, OFRENDA DE PAZ

tip, LEYE TIPO
ver, TIPO, TIPOLOGÍA, PASCUA, EXPIACIÓN (Día de la), ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO
vet,
Las ofrendas de paz son distintas tanto del holocausto como de la oblación de ofrenda vegetal, aunque está basada en ambas. Su objeto no era enseñar cómo un pecador podía conseguir la paz ni tampoco hacer expiación: se trata más bien del resultado de haber recibido bendición, de la respuesta del corazón a esta bendición. El alma entra en la consagración de Cristo a Dios, el amor y poder de Cristo como bendición de la familia sacerdotal, y su propio sustento en la vida allí donde la muerte se ha introducido. La ofrenda de paces podía ser de las manadas o de los rebaños, macho o hembra. El ofrendante imponía las manos sobre la cabeza de la ofrenda, y le daba muerte. La sangre era rociada alrededor del altar. Toda la grasa, los dos riñones y la grasa de encima del hígado se debían quemar sobre el altar, como ofrenda de olor grato a Jehová. Esto era la parte de Dios, lit. Su pan. El pecho de la ofrenda era mecido como ofrenda mecida y a continuación era usado como alimento para Aarón, y sus hijos e hijas. La espaldilla derecha era una ofrenda elevada, y quedaba para el sacerdote que la ofrecía. Por su parte, el ofrendante y sus amigos comían también de la ofrenda aquel mismo día; si era un voto o una ofrenda voluntaria, podía ser comida al día siguiente. Lo que quedara de ella tenía que ser quemado con fuego: ello indica que para que la comunión sea real tiene que ser directa, no demasiado separada de la obra del altar.
La ofrenda de paz iba acompañada de una oblación de ofrenda vegetal, constituida por tortas sin levadura y hojaldres sin levadura untados con aceite; junto a ello se añadían tortas de pan leudado. Esto último reconocía la existencia de pecado en el adorador (cfr. 1 Jn. 1:8) que, si era mantenido inactivo, no lo descalificaba como adorador. Todo lo que tipifica a Cristo era sin levadura. Que la ofrenda de paz tipifica comunión queda patente de las instrucciones acerca de su uso: parte de ello era aceptado sobre el altar, recibiendo el nombre de «el alimento de la ofrenda»; otra parte era alimento para el sacerdote (tipo de Cristo) y de los hijos del sacerdote (los cristianos); y otra parte era comida por el ofrendante y sus amigos (el pueblo, y quizá también los gentiles, que en el Reino «se gozarán con su pueblo»). Este pensamiento de la comunión halla su expresión en la mesa del Señor, en la comunión de la sangre y del cuerpo del Señor (1 Co. 10:16). Se dice que la ofrenda de paz «pertenece a Jehová»; del mismo modo toda la adoración pertenece a Dios: es el fruto y expresión de Cristo en los creyentes (Lv. 3; 7:11-21, 28-34).
Véase SACRIFICIO.

nom, OFRENDA POR EL PECADO

tip, LEYE TIPO
ver, TIPO, TIPOLOGÍA, PASCUA, EXPIACIÓN (Día de la), ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO
vet,
Ésta y la ofrenda por yerro forman un caso aparte de las ofrendas. En la ofrenda del holocausto y la de paz el ofrendante viene como adorador, y por la imposición de manos se identifica con la aceptabilidad y aceptación de la víctima; en cambio, en la ofrenda por el pecado la víctima se identificaba con el pecado del ofrendante.
La ofrenda por el pecado era la provisión para cuando algún miembro del pueblo redimido hubiera pecado, a fin de evitar que el juicio cayera sobre el ofrendante. Esta característica general es siempre constante, aunque los detalles difieran.
El Día de la Expiación se mantiene aparte: la sangre de la ofrenda por el pecado era llevada al Lugar Santísimo, y rociada sobre y delante del Propiciatorio. Se tenía que hacer la expiación conforme a las demandas de la naturaleza y majestad del trono de Dios. Este tipo era repetido cada año para mantener la relación del pueblo con Dios, debido a que el Tabernáculo de Jehová permanecía entre ellos en medio de las impurezas del pueblo. También se hacía expiación por el lugar santo y el altar; todo ello era reconciliado mediante la sangre de la ofrenda por el pecado, y sobre la base de la misma sangre, los pecados del pueblo eran administrativamente llevados lejos, a una tierra desierta (Lv. 16).
En caso de pecado por parte del sacerdote o de toda la congregación, la comunión quedaba interrumpida: por ello, la sangre tenía que ser llevada al lugar santo, rociada allí siete veces, y puesta sobre los cuernos del altar del incienso (el lugar de allegamiento sacerdotal) para el restablecimiento de la comunión. (Véase EXPIACIÓN [DÍA DE LA].) En caso de que se tratara del pecado de un jefe del pueblo o de alguno de los miembros del pueblo, la sangre era untada sobre el altar de bronce, el lugar donde el pueblo se allegaba. Con ello se restauraba también la comunión de los individuos del pueblo.
De la ofrenda por el pecado no se dice que sea, como un todo, olor grato: el pecado es el concepto dominante en esta ofrenda, pero la grosura sí se quemaba sobre el altar como olor grato (Lv. 4:31). Cristo fue, en todo momento (tanto en la cruz como en vida), un deleite para Dios. La ofrenda por el pecado que era consumida por el sacerdote es declarada «cosa santísima» (Lv. 6:29). Todo ello es tipo de Cristo, sacerdote y víctima, con nuestra causa en Su corazón.
En los casos que se prevén en el cap. 5, vv. 1 - 13, donde se trata específicamente de infracciones de normas u ordenanzas, se considera la capacidad económica del ofrendante. Si alguien no podía llevar una cordera o una cabra, se le permitía que llevara dos tórtolas; y si incluso no podía costear éstas, ni dos palominos, podía entonces llevar la décima parte de un efa de flor de harina. Esto no parece concordar con la necesidad de derramamiento de sangre para remisión, pero el memorial quemado sobre el altar tipificaba el juicio de Dios sobre el pecado. Hacía que la ofrenda pudiera estar al alcance de todos, de manera que la más pobre de las almas tuviera manera de encontrarse con Dios con respecto a su pecado. La pobreza representa poca luz o ignorancia, no rechazo ni indiferencia hacia Cristo. Y al llegar la harina al fuego del juicio del altar, la muerte de Cristo por el pecado no quedaba fuera en esta forma de ofrenda por el pecado, la más sencilla de todas.
Véase SACRIFICIO.

nom, OFRENDA POR LA CULPA

tip, LEYE TIPO
ver, TIPO, TIPOLOGÍA, PASCUA, EXPIACIÓN (Día de la), ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO
vet,
Ésta se diferencia de la ofrenda por el pecado en que tiene a la vista el gobierno de Dios, en tanto que la ofrenda por el pecado tiene a la vista la naturaleza santa de Dios, y por ello su necesaria acción contra el pecado en juicio. El Señor es también la verdadera ofrenda por la culpa, como se ve en Is. 53:10-12 y Sal. 69. Él restaura más a Dios que el daño hecho a Él por el pecado del hombre, y los efectos de la ofrenda por la culpa se manifestarán en el Reino (véanse ESCATOLOGÍA, MILENIO, REINO).
La ofrenda por la culpa se halla por primera vez en Lv. 5-6, y tiene que ver con faltas cometidas contra el Señor o contra el prójimo. En estos casos, se tenía que ofrecer una ofrenda expiatoria por la culpa, porque una falta cometida contra un semejante violaba los derechos de Dios, y se debía hacer restitución también, con la adición de un quinto del perjuicio. En Lv. 5:6-9 la misma ofrenda recibe el nombre de «expiación por su pecado»; en Lv. 14, para la purificación del leproso se establece el ofrecimiento de un sacrificio por el pecado, y otro por la culpa; las mismas que tenían que ser hechas cuando un nazareo quedaba contaminado (Nm. 6:10-12). Así, es evidente que la ofrenda por la culpa es una variedad de la ofrenda por el pecado.
Véase SACRIFICIO.

nom, OG

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
vet,
= «largo de cuello».
Rey de Basán, el territorio allende el Jordán y del río Jarmut. Su derrota por los israelitas se hizo célebre en los anales de la conquista de la Tierra Santa, siendo tema de discursos y poemas en tiempos posteriores (Dt. 31:4; Jos. 2:10; Neh. 9:22; Sal. 135:11). Basán contenía 60 ciudades fortificadas y un gran número de poblaciones sin muros (Dt. 3:1-4; Jos. 13:11, 31). Og fue el último representante de una raza de gigantes, los refaím. Su cama (traducida también sarcófago) medía 4,5 m. de largo y 2 m. de ancho; su fama duró por muchos siglos (Sal. 135:11; 136:20).

nom, OÍDO

tip, TIPO
vet,
El órgano del oído se usa frecuentemente en sentido simbólico en las Escrituras.
Cuando un siervo, cuyo tiempo de servicio había expirado, prefería quedarse con su señor, diciendo: «Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre», su oído era horadado con una lezna junto a la puerta, y su oído pertenecía a perpetuidad a su dueño: debía dar oído sólo a él como señor: tipo de Cristo y Su amor hacia la Iglesia (Éx. 21:5, 6; Dt. 15:17).
De Cristo se dice también: «Has abierto mis oídos» (Sal. 40:6), citado en He. 10:5 de la LXX: «Me preparaste cuerpo», significando ambas citas que Él fue el siervo obediente.
El Señor dijo a Sus seguidores y a cada una de las iglesias de Asia: «El que tenga oídos para oír, oiga.».
También se dice cuando se da adoración a la bestia, que representa el futuro poder romano, lo que significa que se precisa de un discernimiento espiritual para comprender el significado de lo que se decía (Mt. 13:9, 43; Ap. 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22; 13:9).

nom, OJO

tip, TIPO
ver,
sit,
vet,
Se usa simbólicamente de la omnipresencia de Dios: «Los ojos de Jehová están en todo lugar» (Pr. 15:3). «Los ojos de Jehová están sobre los justos» (Sal. 34:15; 1 P. 3:12; cfr. 2 Cr. 16:9; Zac. 4:10). Sus ojos están sobre los malvados, y Su ojo no perdonará, ni tendrá compasión en el día del juicio (Ez. 5:11).
También se usa el ojo simbólicamente del órgano que transmite la luz al alma. Si el ojo es sencillo (lo que significa que sólo hay un objeto, la gloria de Dios, ante el alma), todo el cuerpo está lleno de luz; pero si el ojo es malo, teniendo una dispersión de objetos (como cuando el ojo ve doble), todo el cuerpo estará lleno de tinieblas. Y si la luz (aunque sea luz verdadera) llega a ser tinieblas, estas tinieblas son realmente negras (cfr. Mt. 6:22, 23). Un cristiano en este estado puede estar haciendo aquellas mismas cosas que condena en otros. El cristiano es exhortado a no servir al ojo (Ef. 6:6), lo que significa que se debe actuar con diligencia y buen ánimo en el cumplimiento de las obligaciones, y no porque se tema la vigilancia.

nom, ÓLEO. Véanse ACEITE, UNCIÓN, UNGÜENTO.

nom, OLIMPIAS

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
Cristiano de Roma a quien Pablo manda saludar (Ro. 16:15).

nom, OLIVO

tip, FLOR ALIM ARBO AGRI
ver, ACEITE
vet,
(del lat. «oleum», «aceite»).
En Palestina había una gran cantidad de olivos (Éx. 23:11; Jos. 24:13; Jue. 15:5; 1 S. 8:14); también los había en Asiria (2 R. 18:32). Se halla entre los árboles de Armenia mencionados por Estrabón; se supone que es originario de la India septentrional y de las regiones templadas de Asia. Su madera se empleaba en construcción (1 R. 6:23, 31, 32, 33). Los frutos daban un aceite valioso, de uso cotidiano (véase ACEITE).
Las plantas, nacidas de una aceituna, o de un tallo tomado por debajo del injerto, así como los vástagos que suben de abajo del tronco, dan una variedad silvestre que es preciso injertar. Los mejores olivos retornan al estado silvestre si no reciben cuidados. El olivo silvestre es un arbusto con unos frutos minúsculos y sin valor. El vástago, sacado del olivo silvestre e injertado en una variedad cultivada, es la imagen que emplea Pablo en Ro. 11:17 para representar el injerto en el tronco del pueblo de Dios de los cristianos salidos del paganismo.
En horticultura, el proceso era distinto. Se injertaba una rama sacada de un olivo cultivado en el olivo silvestre, con el fin de cambiar su naturaleza.
Cuando se retiraron las aguas del diluvio, la paloma volvió llevando en su pico una hoja de olivo (Gn. 8:11). Este árbol ha venido a ser el símbolo de la paz. Su fruto era el emblema de la prosperidad, de la bendición divina, de la belleza, de la fuerza (Sal. 52:10; Jer. 11:16; Os. 14:6). El tronco de un olivo viejo está frecuentemente rodeado de vigorosos retoños (Sal. 128:3).
En ocasiones, durante las fiestas, las mujeres se adornaban con guirnaldas de olivo (Jdt. 15:13). En Grecia, los vencedores de los Juego Olímpicos recibían una corona de hojas de olivo.
El olivo de Israel es la especie común, «Olea europea», de hojas lanceoladas enteras, de un verde pálido por arriba y blanquecino por la parte inferior. Las flores son pequeñas y blancas, gamopétalas, agrupadas en panículos. El olivo se cultiva hoy en casi todas las regiones de Israel.

nom, OLIVOS (Monte)

tip, MONT
vet,
Elevación al este de Jerusalén, frente a la ciudad (Zac. 15:4), y separado de ella por el valle del Cedrón (2 S. 15:14, 23, 30). Su cumbre y la ladera más alejada se hallaban a un camino de sábado (alrededor de 900 m.) de la ciudad (Hch. 1:12); Josefo habla de 5 a 6 estadios (Ant. 20:8, 6; Guerras 5:2, 3).
David, en su huida de Absalón, anduvo por esta colina, con los pies descalzos y la cabeza velada. En su cumbre había un santuario a Jehová (2 S. 15:32).
Ezequiel vio la gloria de Jehová resplandeciendo sobre este monte al abandonar Jerusalén y el Templo (Ez. 11:23); según la tradición judía, permaneció tres años y medio allí.
Zacarías tuvo una visión profética del retorno del Señor con todos Sus santos, posando sus pies sobre el monte de los Olivos, y liberando a Su pueblo (Zac. 14:4-5; cfr. Hch. 1:11-12).
Jesús visitó frecuentemente este monte (Lc. 21:37; 22:39; Jn. 8:1). De allí descendió para recibir las aclamaciones de la muchedumbre (Lc. 19:37, 38).
Contemplando la ciudad, y sabiendo la suerte que iba a sufrir, Jesús lloró sobre ella (Lc. 19:41-44).
Sentados en este monte, frente a Jerusalén, el Señor anunció a sus discípulos la destrucción del magnífico Templo y de la ciudad (Mt. 24:3; Mr. 13:3).
Después de haber celebrado Su última Pascua, Jesús se retiró al monte de los Olivos (Mt. 26:30; Mr. 14:26).
El huerto de Getsemaní se extendía al oeste, al pie de esta colina, o ligeramente sobre su falda. Betania y Betfagé se hallaban sobre su flanco oriental (Mt. 21:1; Mr. 11:1; Lc. 19:29).
La ascensión de nuestro Señor se produjo cerca de Betania (Lc. 24:50).
El monte de los Olivos es indiscutiblemente la elevación que en árabe recibe el nombre de Jebel et-Tûr, al este de Jerusalén. Este «monte» es, en realidad, una elevación que tiene tres o cuatro cumbres, con dos contrafuertes laterales. Uno de estos contrafuertes se dirige hacia el oeste, y comienza en el recodo del Cedrón, a alrededor de 1,5 Km. al norte de Jerusalén, llegando a los 812 m. por encima del nivel del Mediterráneo. Por lo general, se identifica este contrafuerte septentrional con el Scopus (el centinela), colina de la que habla Josefo (Guerras 2:19, 4), y donde en la actualidad se halla la Universidad Hebrea de Jerusalén. El otro contrafuerte, que también se dirige hacia el oeste, está separado del ángulo principal por el Cedrón, y al sur se halla frente a la ciudad. Este contrafuerte recibe el nombre de «Colina del Mal Consejo», a causa de una tradición tardía y carente de valor que afirma que Caifás tenía aquí una residencia de campo, y que en ella se habrían reunido los principales sacerdotes para tramar la muerte de Jesús (cfr. Jn. 11:47-53). Esta altura llega a los 777 m.
De las cuatro cumbres de la cadena de los Olivos, el más septentrional, el Karem es-Sayyãd es el más elevado (830 m.). Tenía el nombre de «Galilea» en recuerdo de los galileos que acampaban allí al dirigirse a Jerusalén para las fiestas, o, según una opinión emitida en el siglo XIV, porque éste hubiera sido el lugar donde los ángeles hablaron a los hombres de Galilea, después de la Ascensión. La segunda cumbre recibe el nombre de Ascensión. Ya en el año 315 d.C. era considerada como el lugar desde el que Jesús subió al cielo. Constantino hizo construir allí una basílica, cuyo lugar ha sido ocupado a lo largo de las edades por otras iglesias conmemorativas de la Ascensión. Esta segunda cumbre es el monte de los Olivos propiamente dicho. Situado enfrente de la puerta Oriental de Jerusalén, alcanza los 805 m. de altura, elevándose a 113 m. por encima del lecho del Cedrón, y domina la explanada del Templo desde 63 m. de altura. La tercera cumbre recibe el nombre de colina de los profetas, por hallarse allí una cueva llamada «tumba de los Profetas». Los epítetos de «monte de Perdición», «monte de Corrupción», «monte del Escándalo», son aplicados a la cuarta colina en base a que es allí que Salomón erigió los altares para el culto idólatra de sus mujeres. Los declives que separan la colina de la Ascensión de la de los Profetas son tan pequeños que se podría hablar de tres cumbres en lugar de cuatro.
Al pie del monte de la Ascensión, en el lugar tradicionalmente identificado como Getsemaní, se bifurca el camino, quedando el huerto dentro de la bifurcación. Un ramal se dirige hacia el sur, ascendiendo gradualmente, rodea el contrafuerte meridional, y se dirige hacia Betania y Jericó. El ramal septentrional se dirige hacia el este y después, a unos 45 m., se divide en tres. El camino de en medio sube cerca de la cumbre, pasando cerca de la llamada piedra de Betfagé, y se dirige hacia Betania. Los dos ramales que flanquean este abrupto camino de en medio llegan también a la cumbre, pero más progresivamente. Detrás del Cedrón, sobre la eminencia, un camino romano que se dirigía a Jericó subía por la ladera occidental de la cadena cerca de Aïn es-Suwan, ganando la cresta a menos de 1 Km. al norte del punto culminante del monte de los Olivos, en la declividad al norte de Karem es-Syyãd, descendiendo hasta el wadi, que cruzaba cerca de las ruinas de «Bukei'dan»; después, dejando cerca al norte el wadi Rawãbeh, la calzada romana se dirigía hacia el Jordán.

nom, OLMO

tip, FLOR ARBO
vet,
Así traduce la versión Reina-Valera la palabra hebrea «ela» en algunos pasajes como Os. 4:13; en otros traduce «alcornoque» (Jue. 6:11; 1 R. 13:14); en realidad es el terebinto oriental, cuyo fruto es el pistacho. También es explotado por su resina líquida.
Es árbol sumamente robusto y de aspecto majestuoso. Jueces y reyes solían reunir a sus jefes militares y civiles bajo su sombra. Allí también se celebraban ritos paganos condenados a menudo por los profetas (Gn. 35:4; 2 R. 16:4; Is. 57:5).

nom, OLLA. Véase VASIJAS.

nom, OMBLIGO

tip, TIPO
vet,
El Cantar de los Cantares compara el ombligo de la amada a una taza llena de licor embriagante (Cnt. 7:2).
Desde el punto de vista usado generalmente, se menciona en Pr. 3:8 y Ez. 16:4, donde se habla de la misericordia de Dios con Israel y se describen los cuidados que se hacían al recién nacido, y asimismo cuida Él de Su pueblo.
En Jue. 9:37 se llama «ombligo de la tierra» a una localidad cerca de Siquem, para indicar el «centro de la tierra».

nom, OMEGA

tip, ABEC
vet,
Última letra del alfabeto griego (Ap. 1:8), cuyo nombre aparece tres veces en el libro del Apocalipsis y constituye, unida a la primera, Alfa, una definición de Dios y de Cristo, que es el principio y fin de todo lo creado y soberano de la Historia.

nom, OMRI

tip, BIOG REYE HOMB HOAT
ver, MESA
vet,
= «Jah reparte».
(a) Benjamita de la familia de Bequer (1 Cr. 7:8).
(b) Hombre de Judá, de la familia de Fares (1 Cr. 9:4).
(c) Hijo de Micael y príncipe de la tribu de Isacar durante el reinado de David (1 Cr. 27:18).
(d) Rey de Israel. Antes de llegar al trono fue general de los ejércitos de Israel durante el reinado de Ela y, probablemente, bajo el anterior reinado de Baasa. Es posible que fuera entonces que Moab fue vencido. (Véase MESA (ESTELA DE], 7, 8). Omri dirigía el asedio de Gibetón, que los filisteos habían tomado, cuando supo que Zimri había dado muerte a Ela y usurpado el trono. El ejército proclamó a Omri rey de Israel. Marchó contra Tirsa, la capital entonces del reino de Israel, ocupada por Zimri, que se suicidó (1 R. 16:15-20). El pueblo se dividió entonces: una mitad apoyaba a Omri, en tanto que la otra mitad quería dar la corona a Tibni. Omri no llegó a ser el soberano indiscutido sobre todo Israel hasta la muerte de Tibni, después de cinco años de luchas (1 R. 16:21-23). La declaración del versículo 23: «En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel», no se relaciona con la fecha de su proclamación por la soldadesca que le otorgó el trono (aunque sus doce años de reinado sí se cuentan a partir de aquel acontecimiento); esta declaración establece la fecha a partir de la que empezó Omri a reinar solo (cfr. 1 R. 16:15, 29). Cambió la capitalidad de Tirsa a Samaria, que construyó con este mismo objeto (1 R. 16:24). Omri se entregó a la idolatría, como Jeroboam, y actuó aún peor, en ciertos respectos, que todos los reyes que le habían precedido sobre el trono de Israel (1 R. 16:26; Mi. 6:16). Murió hacia el año 874 a.C.
Fue sepultado en Samaria. Acab, su hijo, le sucedió en el trono (1 R. 16:28). Omri es mencionado en las historias de los pueblos vecinos. Los moabitas se acordaban de él. Un siglo después de su muerte y tras la aniquilación de su familia, los asirios seguían asociando su nombre, que escribían Humri (con h aspirada), con el del país de Israel y con el soberano reinante.
Así, aparece en las inscripciones de Salmansar III y de Sargón II en la expresión «país de la casa de Omri», y llamando a Jehú «mar Humri», esto es, hijo o sucesor de Omri. Los fragmentos de cerámica (óstraca) hallados en Samaria mencionan el nombre de Jehová y el de Baal, confirmando ello la apostasía de Omri (2 R. 16:25 ss.).

nom, ON

tip, BIOG CIUD HOMB HOAT
ver, HELIÓPOLIS
sit, a4, 69, 304
vet,
(heb. «'on» del egip. «iwnw»; cfr. el copto «on», «luz»).
(a) Príncipe rubenita que tomó parte en la rebelión de Coré (Nm. 16:1).
(b) En la antigüedad, ciudad célebre del Bajo Egipto, a pocos Km. al este del Nilo, en el Delta, y a unos 30 Km. de Menfis. On era la sede principal del culto solar, y los griegos le dieron el nombre de Heliópolis. (Véase HELIÓPOLIS.)

nom, ONÁN

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «vigoroso».
Hijo de Judá y de una mujer cananea. Por no querer suscitar posteridad a su hermano pecó, y el Señor lo hizo morir. Onán no dejó hijos (Gn. 38:4-10; 46:12).

nom, ONESÍFORO

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
= «que trae provecho».
Cristiano probablemente residente en Éfeso (2 Ti. 1:18). Visitando Roma, se esforzó en localizar a Pablo, que estaba entonces encarcelado, y le mostró gran afecto (2 Ti. 1:16). Pablo encargó a Timoteo que diera saludos a la familia de Onesíforo (2 Ti. 4:19).

nom, ONÉSIMO

tip, BIOG HOMB HONT
vet,
= «útil».
Esclavo de Filemón; convertido por el ministerio de Pablo en Roma. El apóstol lo volvió a enviar a su dueño cristiano, pidiéndole que lo acogiera no como esclavo, sino como hermano querido (Flm. 10-19). Acompañado por Tíquico, Onésimo llevó de Roma a Colosas, de donde procedía, la epístola a los Colosenses y a Filemón (Col. 4:7-9).
nom, ÓNICE
tip, PIED
ver, PIEDRAS PRECIOSAS
vet,
= «uña».
Piedra preciosa en cada hombrera del efod y en el pectoral del sumo sacerdote.
El término hebreo es «shosham», que recibe cinco traducciones diferentes en la LXX.
Su identidad es incierta (Gn. 2:12; Éx. 25:7; 28:9, 20; 35:9, 27; 39:6, 13; 1 Cr. 29:2; Jb. 28:16; Ez. 28:13). (Véase PIEDRAS PRECIOSAS.)

nom, ONO

tip, CIUD
sit, a2, 214, 313
vet,
= «fuerte».
Ciudad de Benjamín (Neh. 11:35), situada en una gran llanura (Neh. 6:2). Un benjamita llamado Semed edificó o reedificó esta ciudad (1 Cr. 8:12); algunos de sus habitantes volvieron de la deportación en Babilonia (Esd. 2:33; Neh. 7:37). Identificada con Kefr 'Ana, a alrededor de 11 Km. hacia el interior, al este-sureste de Jope.

nom, ONOMASTIKÓN

tip, LIBR
vet,
Índice ordenado alfabéticamente, preparado por Eusebio de Cesarea en el que se da una explicación geográfica del país de Israel, de sus montes, ríos, valles, ciudades y pueblos. Jerónimo de Estridón lo tradujo al latín, siguiendo el mismo orden que el dado por Eusebio en gr. Esta obra recibe en castellano el título de «De los lugares hebreos».

nom, ÓPALO (Véase PIEDRAS PRECIOSAS)

nom, ORACIÓN

tip, DOCT
ver, FILACTERIAS
vet,
La oración es la comunicación con Dios. Siendo el Creador del mundo, y reinando sobre él, no es un ser impersonal, sino un Dios dispuesto a escuchar a los hombres. Sus leyes no lo limitan; son la expresión de Su propia operación, generalmente uniforme, en providencia y preservación. Puede, sin embargo, actuar de una manera libre, conforme al consejo de Su voluntad, modificando Su forma de actuar, e influenciando los sentimientos, la voluntad y la inteligencia de los hombres.
Las oraciones y las respuestas dadas por Dios a ellas se hallan incluidas en Su plan, desde el comienzo de la creación, que Él sostiene con Su constante presencia.
La oración surge del corazón humano: en la angustia, clama a Dios, que demanda la oración de todos, pero que sólo admite las peticiones hechas de manera íntegra.
La oración del impío es abominación ante Jehová (Pr. 15:29; 28:9). Sólo aquellos que no practican el pecado pueden allegarse a Dios por medio de la oración. La actitud de rebelión contra la autoridad divina debe ser depuesta; se debe implorar el perdón. La oración, comunión del hijo de Dios con su Padre, incluye la adoración, la acción de gracias, la confesión, la petición (Neh. 1:4-11; Dn. 9:3-19; Fil. 4:6). Así es como el pueblo de Dios ha orado a través de las eras. La oración es, así, el derramamiento del corazón ante el Creador. Él responde mediante bendiciones (1 R. 9:3; Ez. 36:37; Mt. 7:7). Jehová escucha toda oración sincera; tiene compasión por todas Sus criaturas (Sal. 65:3; 147:9). Santiago, citando un ejemplo histórico, afirma: «La oración eficaz del justo puede mucho» (Stg. 5:16). Y Cristo declara a Sus discípulos: «Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré» (Jn. 14:13). Convencido de que sólo Dios sabe cuáles podrán ser las consecuencias últimas, buenas o malas, de una respuesta a la oración, el creyente acepta ya de entrada la respuesta afirmativa o negativa del Señor. El apóstol Juan, dirigiéndose a los cristianos, formula así la doctrina de la oración: «Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye» (1 Jn. 5:14). La respuesta será la que nosotros mismos desearíamos si pudiéramos tener el conocimiento que nos falta. En ciertos casos, la no concesión de nuestras peticiones es con frecuencia la mayor de las bendiciones. El que ora con una actitud recta se confía enteramente a la sabiduría de su Señor.
La oración debe ser pronunciada en el nombre de Cristo, sin el que ningún pecador puede tener acceso ante el Señor. El creyente debe tener presente que se está allegando a un Dios tres veces santo, y que se debe basar no en mérito alguno de su parte, que no tiene valor alguno, sino en los méritos de Cristo: Él es quien nos ha purificado de nuestros pecados con Su sangre y ha hecho de nosotros reyes y sacerdotes. La oración se dirige al Dios trino y uno: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada una de las tres Personas de la Trinidad es invocada en la bendición apostólica: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros» (2 Co. 13:14). La oración se dirige asimismo al Cristo resucitado, como lo hacían los primeros cristianos (1 Co. 1:2). Esteban, sufriendo el martirio, ora a Cristo; Pablo le suplica a Él y le da las gracias. Los rescatados proclaman Su gloria y soberanía (Hch. 7:59, 60; 2 Co. 12:8, 9; 1 Ts. 3:11; 1 Ti. 1:12; Ap. 1:5, 6).
La oración es ofrecida a Dios por el Espíritu (Ef. 6:17). Sólo Él sabe lo que nos es preciso pedir, para permanecer dentro de la línea de la voluntad divina. La oración que Él forme en nosotros será ciertamente otorgada, siempre y cuando nada en nuestros pensamientos y conducta venga a obstaculizar nuestras oraciones (1 Ti. 2:8; 1 P. 3:7).
Actitud durante la oración.
Los israelitas, por lo general, oraban de pie (1 S. 1:26; Dn. 9:20; Mt. 6:5, etc.). Sin embargo, la postura de rodillas podía señalar una mayor devoción (2 Cr. 6:13; Esd. 9:5; Dn. 6:10; Lc. 22:41, etc.). En ambos casos, las manos eran extendidas hacia Dios (1 R. 8:22; Neh. 8:6; Lm. 2:19; 3:41), o hacia Su santuario (Sal. 28:2; 2 Cr. 6:29). Esta postura era sumamente fatigosa cuando se prolongaba; Moisés se sentó en una piedra, en tanto que Aarón y Hur sostenían sus brazos (Éx. 17:11-12). Como señal de humillación se oraba en ocasiones prosternándose con el rostro vuelto hacia el suelo (Neh. 8:6; 1 R. 18:42; 2 Cr. 20:18; Jos. 7:6). Daniel se dio a la oración y a la súplica en ayuno y vistiéndose de saco y ceniza (Dn. 9:3; cfr. Sal. 35:13). El hombre arrepentido se golpeaba el pecho acusándose ante Dios (Lc. 18:13).
Al dejar de existir el Templo, la plegaria vino a tomar en el judaísmo el lugar de los sacrificios. El Talmud reglamenta de manera minuciosa los diversos tipos de oraciones, su orden y la actitud que demandaban. Los antiguos rabinos estimaban cosa esencial llevar filacterias durante la oración (véase FILACTERIAS).
Los cristianos son llamados a una vida de dependencia de Dios en oración, mientras se enfrentan en este mundo contra el Enemigo y sus ardides en una tremenda lucha espiritual. El apóstol Pablo exhorta así: «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos...» (Ef. 6:18).

Bibliografía:
Bounds, E. M.: «La oración, frente de poder» (Ediciones Evangélicas Europeas, Barcelona, 1972).
Bounds, E. M.: «La oración y los hombres de oración» (Clíe Terrassa 1981).
Bunyan, J. y Goodwin, T.: «La oración» (The Banner of Truth Trust, Londres ,1967).
Evans, D.: «En diálogo con Dios» (Certeza, Buenos Aires, 1976),
Nee, T. S.: «Oremos» (Vida, Miami 1980).

nom, ORADOR

tip, OFIC
vet,
(gr. «rheteur»).
Título que se da a Tértulo, que actuaba como abogado de los judíos en acusación particular contra Pablo ante Félix (Hch. 24:1).
Se trataba de un orador público, admitido ante los tribunales; era una profesión muy extendida en Roma.

nom, ORDENACIÓN. Véanse ANCIANO, APÓSTOL, MINISTERIO, OBISPO, TIMOTEO, VOCACIÓN.

nom, OREB

tip, BIOG HOMB HOAT
ver, ZEEB
vet,
= «cuervo».
Uno de los dos príncipes madianitas a los que Gedeón hizo prisioneros; fue muerto contra una peña, llamada desde entonces «peña de Oreb» (Jue. 7:25; 8:3; Sal. 83:12; Is. 10:26).
Este lugar se hallaba indudablemente al oeste del Jordán, cerca del ribazo (Jue. 7:25; 8:4). (Véase ZEEB.)

nom, ORFA

tip, BIOG MUJE MUAT
ver, NOEMÍ, RUT
vet,
= «joven lozanía».
Esposa de Quelión, hijo de Elimelec y Noemí, y cuñada de Rut. Enviudadas las tres mujeres, Orfa se quedó en el país de Moab, en tanto que Rut, apegada a su suegra Noemí, la acompañó a la tierra de Israel (Rt. 1:4, 14, 15; cfr. 4:10). (Véanse NOEMÍ, RUT.)

nom, ORFEBRE

tip, OFIC META
ver, METAL, MINERÍA
vet,
Artesano que trabajaba el oro y la plata (cfr. Is. 40:19; Jer. 10:9, RVR-77; la RVR traduce «artífice»).
El trabajo de estos artesanos era la fabricación de vasijas, ornamentos y joyas de oro. Ya en la antigua Sumeria se hallan exquisitas muestras de esta actividad. El mayordomo de Abraham obsequió a Rebeca con joyas de oro (Gn. 24:22). El antiguo Egipto ha dado también numerosas muestras de un gran refinamiento en el arte de trabajar el oro, incluso en el período predinástico.
Los procesos de los orfebres en el trabajo del oro eran:
(a) el refino del oro impuro (Jb. 28:1; Pr. 17:3; 25:4; 27:21; Is. 1:25; Mal. 3:3);
(b) la confirmación deseada de los objetos. En ello se usa la fundición, el cincelado, el laminado, etc. Con el oro se hacían y hacen efectos de granulación, dorado y, en forma de delgados hilos, se usa en tejidos.
Durante la peregrinación en el desierto, Bezaleel y Aholiab fueron los que se dedicaron a trabajar en la fabricación de todos los objetos de oro para el culto del tabernáculo (Éx. 31:1-6). (Véanse METAL, MINERÍA)

nom, ORGULLO. Véase SOBERBIA.

nom, ORIENTE

vet,
La dirección del sol naciente, como lo atestiguan los términos heb. y gr. empleados en Jos. 11:3; 12:3; Mt. 2:1. Los heb. se ponían de cara al sol naciente para «orientarse» y determinar los otros puntos cardinales (cfr. Gn. 2:8). La oración de la puerta situada al este del Templo de Jerusalén tenía importancia. Durante los equinoccios de primavera y de otoño, los primeros rayos del sol nacientes, heraldos de la gloria de Dios, podían entrar hasta el lugar santísimo. En relación con la orientación de esta puerta oriental, se hallan datos significativos en la obra de Velikovsky, I.: «Worlds in Collision» (Abacus, Londres, 1980).

nom, ORIÓN

vet,
Constelación conocida desde muy antiguo, citada por Job como prueba del infinito poder creador de Dios (Jb. 9:9; 38:31; Am. 5:8). Su nombre en hebreo es «K'sel», «insensato»; en cambio, los Targumes y la versión Siríaca dan «gigante»; la LXX y la Vulgata rinden «Orión».
La mitología clásica representa a Orión como un atleta que sabía trabajar el metal y como un gran cazador. La diosa Diana (Artemisa) le dio muerte y lo ató al firmamento.
Esta constelación, de una belleza que rivaliza con la Osa Mayor, se puede ver desde todas las latitudes. Dos de sus estrellas son de primera magnitud: Betelgeuse en el hombro derecho, y Rigel en su pie izquierdo. Con el ojo desnudo se pueden llegar a divisar alrededor de 200 estrellas de Orión; con telescopio se han contado más de 2.000.

nom, ORNAMENTOS. Véase ADORNOS.

nom, ORO

tip, META TIPO
ver, ARCA
vet,
Metal precioso; en la antigüedad se extraía:
del país de Havila (Gn. 2:11, 12),
de Sabá (1 R. 10:2; Sal. 72:15),
de Ofir (1 R. 22:49; 2 Cr. 8:18).
Se empleó en profusión para recubrir los accesorios del Tabernáculo, así como para el mobiliario y la decoración del Templo (Éx. 25:18; 38:24; 1 R. 6:22, 28).
Se hacían de este metal:
ídolos (Éx. 20:23; 32:31; Is. 40:19; Hch. 17:29),
coronas (Sal. 21:4),
collares (Gn. 41:42),
anillos (Cnt. 5:14),
pendientes (Jue. 8:26).
Después se empezaron a acuñar monedas de oro (Esd. 2:69; cfr. Hch. 3:6; 20:33). A causa de su brillo, de su maleabilidad, ductilidad e inalterabilidad, el oro ha sido extremadamente apreciado desde el comienzo de la Historia.
Según los relatos que nos han venido de la antigüedad, y de los recientes descubrimientos, es evidente que ha sido empleado en el pasado en cantidades desconocidas en nuestra época. Una gran parte de nuestras reservas de este metal se conservan en forma de moneda o de lingotes, por lo que escapan a su utilización en las artes aplicadas. Por otra parte, el oro no se usaba en demasía como medio de intercambio, y el patrón oro para el dinero es una institución relativamente reciente.
Desde el Génesis se hacen alusiones a grandes riquezas consistentes en objetos o joyas de oro, como las:
de Abraham (Gn. 13:2; 24:22),
de los egipcios (Éx. 12:35),
de los israelitas (Éx. 32:3-4; 35:22),
de los madianitas (Nm. 31:50);
más tarde, de David (1 Cr. 22:14-16),
de Salomón (2 Cr. 1:15),
de la reina de Sabá (2 Cr. 9:1),
sin hablar de las grandes cantidades que se emplearon para el Tabernáculo y para el Templo (cfr. más arriba).
Estas descripciones bíblicas están en total acuerdo con diversas fuentes de la antigüedad, en particular con los antiguos relatos de historiadores profanos, y con la profusión asombrosa de oro en la decoración de ciertos templos, palacios y sepulcros (como el del faraón Tutankhamon). El historiador Atenea relata que la pira funeraria de Sardanapalo estuvo ardiendo durante quince días, consumiendo montones de madera de sándalo y oro en enormes cantidades. Si las excavaciones arqueológicas permiten el constante hallazgo de tesoros de este precioso metal, se tienen que tener en cuenta todas las cantidades que han sido anteriormente saqueadas por los ladrones de tumbas, y destruido o vuelto a fundir a lo largo de los siglos.
El oro es un símbolo de integridad (Lm. 4:2) y de gran valor (Ap. 3:18). El refino del oro en el crisol sirve de imagen para la purificación del pueblo de Dios en el horno de la prueba (Zac. 13:9; Mal. 3:3; 1 P. 1:7). En la tipología del Tabernáculo (cfr. He. 8:5), así como la plata representa el rescate de cada israelita (Éx. 38:25-28), el oro parece simbolizar lo divino e inalterable en el santuario. El arca, que es el tipo más completo de Cristo (véase ARCA), estaba hecha de madera de acacia recubierta de oro, lo mismo que la mesa de los panes de la proposición y el altar de incienso, mientras que el candelero de siete brazos era de oro puro (Éx. 37:1-2, 10-11, 25-26; v. 27).

nom, ORONTES

tip, RIOS
sit, a4, 206, 90
vet,
Uno de los principales ríos de Siria, es llamado también Draco, Tyfón y Axius, nombre del que deriva la palabra árabe «Al-Asi» con la cual se le designa.
Nace cerca de Baalbek, en el Líbano, y al entrar sus aguas en Siria forma el lago de Homs; después de atravesar la zona del Gab, desemboca en el Mediterráneo en la actual Turquía.
Durante los tres primeros meses del año, que es el invierno sirio, sufre grandes aumentos de caudal. Contiene agua durante todo el año, al contrario de lo que ocurre con el resto de los ríos sirios. Se utiliza para el riego por medio de grandes norias.
En sus orillas se levanta la ciudad de Homs, llamada por el profeta Amós (Am. 6:2) «ciudad grande», en el extremo norte de la tierra de Israel (Nm. 13:21).
El valle del Orontes ha servido desde siempre de ruta comercial entre Palestina y el Asia Menor, y en sus orillas los hititas derrotaron a los ejércitos de Ramsés II en la batalla de Cades.
En el año 587 a.C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, degolló a los hijos de Sedequías (Jer. 39:5-7; 52:9-11; cfr. 2 R. 25:6-7), rey de Judá, en la ciudad de Ribla, a las orillas del río Orontes.

nom, ORTIGA

tip, FLOR
vet,
El hebreo emplea tres palabras que se traducen por «ortiga» (Jb. 30:7; Pr. 24:31; Is. 34:13) que probablemente significan especies de la misma planta.

nom, ORUGA

tip, FAUN INSE
ver, LANGOSTA
vet,
En algunas versiones se usa esta palabra para traducir varias expresiones hebreas (Jl. 1:4; Am. 4:9), y en el original denota un insecto devorador. (Véase LANGOSTA.)

nom, OSAÍA

tip, BIOG HOMB HOAT
vet,
= «Jehová salva».
(a) Padre de Jezanías y de Azarías (Jer. 42:1, 43:2).
(b) Probablemente un príncipe de Judá que tomó parte en la dedicación del muro de Jerusalén (Neh. 12:32).

nom, OSEAS

tip, BIOG REYE PROF HOMB HOAT
ver, SAMARIA, SARGÓN, ISRAEL
vet,
(Del heb. «Hoshea»: «salvado, salvación»).
(a) Primer nombre de Josué, hijo de Num, cambiado por Moisés (Nm. 13:8, 16; 1 Cr. 27:20).
(b) Hijo de Azarías, uno de los príncipes de Efraín durante el reinado de David (1 Cr. 27:20).
(c) Uno de los que sellaron el pacto de Nehemías (Neh. 10:23).
(d) Último rey de Israel, hijo de Ela. En conspiración junto con Tiglat-pileser rey de Asiria, Oseas dio muerte a Peka, rey de Israel, y usurpó el trono (2 R. 15:30). Reinó durante nueve años, entre 730 y 722 a.C. Oseas, como rey de Israel, hizo lo malo a los ojos de Jehová, aunque no en la magnitud de los que habían sido reyes antes que él. Salmansar, rey de Asiria, subió contra él. Oseas, no pudiendo defenderse, se sometió como tributario (2 R. 17:3); después solicitó auxilio a Faraón, creyendo que Egipto le ayudaría con el fin también de mantener a los asirios alejados de sus propias fronteras. Así, rehusó seguir pagando el tributo anual a Asiria (2 R. 17:4). Salmansar volvió a invadir los territorios de Israel, haciendo encarcelar a Oseas, y asedió Samaria (véase SALMANSAR, c). La ciudad de Samaria se vio sometida a una gran estrechez, pero resistió tres años, al final de los cuales murió Salmansar. Le sucedió Sargón, quien tuvo la gloria de tomar Samaria. Deportó a los nobles a Asiria, y los hizo residir en Cala y en Habor, junto al río Gozán, y en ciudades de Media (2 R. 17:5, 6). Este hecho recibe el nombre del Cautiverio de las Diez Tribus. Oseas no fue más responsable que los otros reyes del hundimiento del reino del norte; simplemente, con él rebosó la copa de las iniquidades que Israel habla ido llenando en el curso de los siglos (2 R. 17:7-23). (Véanse SAMARIA, a, SARGÓN, ISRAEL.)
(e) El profeta Oseas, hijo de Beeri; habló durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y bajo Jeroboam II, rey de Israel (Os. 1:1). La fecha se puede establecer gracias a la mención de Jeroboam (Os. 1:1); esta fecha queda corroborada por la evidencia interna de Os. 1:4, donde se afirma que la casa de Jehú, de la que formaba parte Jeroboam II, seguía ocupando el trono. Los pasajes de Os. 7:3, 16; 8:4 hacen alusión a los desórdenes y asesinatos que tuvieron lugar en el reino del norte después de la muerte de Jeroboam. Las condiciones descritas entre Os. 5:8 y 6:6 pueden relacionarse con la guerra entre Siria e Israel (734-733 a.C.; cfr. 2 R. 15:29-16:9; 1 Cr. 5:26; 2 Cr. 28; Is. 7:1-9). Ha habido críticos que han pretendido que la indicación cronológica de los reyes de Judá (Os. 1:1) se dio para presentar a Oseas como contemporáneo de Isaías (Is. 1:1). El ministerio profético de Oseas empezó bajo Jeroboam II en una época en la que Uzías vivía aún, por lo que tuvo que ser antes del año 746, o 750 a.C. Ésta era también la época en que Amós, originario de Judá, fue enviado al reino del norte, mientras que Miqueas profetizaba en el reino de Judá.

nom, OSEAS (Libro)

tip, LIBR LIAT
vet,
Es el primero de los «Profetas Menores», y se divide en dos secciones: (Os. 1-3, y Os. 4-14):
(a) La primera sección se relaciona con el inicio del ministerio del profeta.
(A) El capítulo 1 data al menos del reinado de Jeroboam II, y abarca quizá seis meses más hasta el final de este reinado; se trata así del período inmediatamente anterior a la aniquilación de la casa de Jehú (Os. 1:2-4). Estos tres primeros capítulos dan la clave del libro entero, que, dirigido a la conciencia, se refuerza en buscar el arrepentimiento de Israel, infiel a Jehová a todo lo largo de su historia (Os. 4:1-5:7; 6:4-7:16; 8-11). Oseas muestra la necesidad del castigo y el inmutable amor de Dios por su extraviado pueblo (Os. 6:1-3; Os. 12-14). Los capítulos 1 a 3 ponen en evidencia, con su símil de la mujer adúltera, la infidelidad de Israel y la dilatada paciencia del Señor.
El extraño matrimonio del profeta ha suscitado a lo largo de la historia diversas interpretaciones:
(I) Se argumenta, por un lado, que se trata de un mensaje recibido en visión, pero no de un hecho real.
(II) Otra postura muy parecida a la precedente es que se le da a esta unión el sentido de una parábola, por las siguientes razones:
(1) Es imposible que Dios haya ordenado al profeta que se casara con una prostituta, un matrimonio odioso que hubiera debilitado su autoridad sobre los mejores elementos de la población.
(2) La Ley de Moisés prohibía que un sacerdote se casara con una mujer deshonrada; aunque los profetas no eran sacerdotes, Dios no incitaría a un profeta a que se casara con una mujer deshonesta.
(3) Los acontecimientos del capítulo 1, si eran reales, abarcarían años, teniendo en cuenta el nacimiento de varios hijos; en este caso, la enseñanza de la acción alegórica desaparecería. Esta tercera objeción, sin embargo, no es válida: Una vocación profética se presenta en ocasiones por etapas; la experiencia adquirida en el curso de los años puede afirmar aún más las convicciones. El largo sufrimiento de Oseas le habría permitido comparar mejor la infidelidad de Gomer hacia él y la de Israel hacia Dios.
Se pueden así refutar las opiniones anteriores (I y II):
(1) Lo que sea reprensible en el mundo real desde el punto de vista moral y religioso no lo será menos cuando se presente bajo forma de visión o de parábola.
(2) Este episodio ficticio, esta parábola de Oseas, hubiera arrojado una mancha sobre la reputación de sus hijos, constituido una calumnia contra Gomer, que no hubiera sido culpable de adulterio, ridiculizado en vano al profeta, y provocado tensiones sin causa en la familia.
(3) Oseas no da ni la más mínima indicación de que todo ello sea una mera alegoría o parábola.
(4) El nombre de Gomer, hija de Diblaim, no indica ningún simbolismo.
(5) El hecho de que el segundo hijo fuera niña no constituye ningún simbolismo.
(6) Otros profetas anteriores, como Ahías (1 R. 11:29-31) y Sedequías (1 R. 22:11), habían usado gestos realistas.
(7) Los profetas tenían la costumbre de dar a sus hijos nombres simbólicos (cfr. los nombres de los hijos de Isaías [ Is. 7:3; 8:3 ]).
(8) En Os. 1:2-4, 6 el profeta figura en tercera persona, y en primera en 3:1-3. Se puede hacer este cambio en el curso de un relato real, pero una alegoría o una parábola no lo tolerarían.
(9) La experiencia de Oseas da la mejor explicación de este mensaje, que brota del sufrimiento del profeta.
(III) La posición coherente es aceptar que hubo matrimonio; pero es plausible admitir que o bien Gomer era una mujer ligera arrepentida, o bien que sus tendencias a la infidelidad no se manifestaron más que después de su matrimonio. Las palabras de Os. 1:2 pueden ser comprendidas como una anticipación, un presagio. En todo caso, al casarse con Gomer, de quien estaba enamorado, el profeta vivió una amarga experiencia; pero comprendió que, en el plan de Dios, su mismo sufrimiento lo prepararía para proclamar su mensaje. Los comentaristas piensan que en los dos relatos de Os. 1:2-3 y de 3:1-3 se trata de la misma mujer, Gomer. La narración se da en el primer caso en tercera persona, y en el segundo en primera persona.
Los nombres de los hijos están cargados de significado:
Jezreel significa «Él (Dios) siembra». En Os. 1:4, 5 el nombre de Jezreel, que implica «sembrar destrucción», recuerda hechos históricos. Sísara fue derrotado en la llanura de este nombre (Jue. 4:13 ss.); Gedeón combatió contra los madianitas y los amalecitas (Jue. 6:33; 7:1), y se dieron batallas entre filisteos e israelitas (1 S. 29:1). El recuerdo más siniestro que evocaba este lugar era el de la matanza de la casa de Acab llevada a cabo por Jehú. Fue también en Jezreel que los hombres de Jehú hirieron de muerte a Ocozías, rey de Judá (2 R. 9:10). En Os. 1:4, 5 se anuncia el castigo de la casa de Jehú.
Lo-ruhama (Os. 1:6) significa literalmente «no compadecida».
Lo-ammi (Os. 1:9) significa «no mi pueblo» (lo que ya no es más mi pueblo). Como Gomer, infiel a Oseas, Israel también había perdido todo derecho al pacto de Dios con la nación. Se podría decir desde el punto de vista espiritual que Israel era culpable de adulterio. El amor de Oseas por Gomer simboliza el inmutable amor de Dios hacia Su pueblo. De la misma manera que Gomer estuvo bajo disciplina cuando Oseas la volvió a tomar, de la misma manera el infiel Israel deberá someterse al castigo (Os. 3:3-5). Pero este período de prueba es un medio para el cambio (Os. 2:14-23). Israel volverá a saber quién es su Dios y se volverá a Él. El término de Jezreel tendrá entonces el sentido favorable de «sembrar el pueblo en la tierra» (Os. 2:24). Los otros dos nombres pierden entonces su prefijo negativo (Os. 2:1, 25), viniendo así a significar «compadecida» y «pueblo mío». A partir de este momento quedará restablecida la armonía entre Dios e Israel, y reinará incluso en la naturaleza (Os. 2:21-23).

(b) Segunda parte.
Los capítulos 4 a 14 no son una sucesión de discursos ni una larga predicación, sino un resumen de la enseñanza profética de Oseas, elaborado por él mismo hacia el final de su ministerio, o quizá por alguno de sus discípulos después de la muerte del profeta. Este resumen contiene lo esencial de sus mensajes públicos. La mayor parte de las profecías fueron dadas en un tiempo en que Asiria llenaba a Israel de terror. En ocasiones dan indicaciones cronológicas: es posible, p. ej., que Os. 10:14 tenga que ver con Salmansar V, rey de Asiria (728-722 a.C.). El profeta habla con frecuencia de los contactos que el gobierno israelita hacía en ocasiones con Asiria y en ocasiones con Egipto, siguiendo la política de los dos últimos reyes de Israel (Os. 5:13; 7:11; 8:9; 14:3; cfr. Os. 12:1; 2 R. 17:3, 4). Así, parece que los reproches lanzados a Israel por esta política hayan sido emitidos bajo los reinos de Peka y de Oseas. En todo caso, no se puede pasar por alto la indicación cronológica de Os. 1:1.
Las secciones de los capítulos 4 a 14 forman entre si un conjunto lógico:
(A) Capítulos 4:1 a 6:3: denuncia del pecado y llamamiento al arrepentimiento. El pueblo es acusado de pecados manifiestos y grandes (Os. 4). Los sacerdotes y los príncipes son los primeros en cometerlos (Os. 5). Esta denuncia va seguida de una magnífica exhortación al arrepentimiento y de la promesa de que Dios volverá a darles su favor (Os. 6:1-3).
(B) Capítulos 6:4 a 10:15: La persistencia en el pecado entraña un duro castigo. Dios rechaza el arrepentimiento superficial (Os. 6:4-11). La inmoralidad, los excesos procaces de los grandes, no escapan de la mirada de Dios (Os. 7:1-7), que castigará la insensatez de Israel y su absurda política exterior, siempre en búsqueda de alianzas con los poderosos del momento (Os. 7:8-16). A causa de su idolatría y de su separación de Judá, Israel será invadida (Os. 8:1-7). Los compromisos con Asiria, el envilecimiento espiritual, la confianza en los métodos humanos, todo ello atrae el juicio sobre Israel (Os. 8:8-14). El pasaje de Os. 9:1-9 habla de infidelidad de Israel y del castigo que resultará de ella (Os. 9:10-17). Israel, floreciente como una viña frondosa, se entrega totalmente a la idolatría; el juicio decretado sobrevendrá sobre ellos, tan abrumador y destructor como hierbas venenosas (Os. 10:1-8). El pecado de Israel se compara con el de Gabaa (Os. 10:9-11). Se cosecha lo que se ha sembrado (Os. 10:12-15).
(C) Capítulos 11 a 13: Compasión y reprensiones. El amor de Jehová hacia Israel es semejante al inextinguible amor de un padre hacia su hijo, incluso cuando éste se extravía (Os. 11:1-11). El profeta lleva a la mente el recuerdo de Jacob, que confió al principio en sus propias fuerzas y su sagacidad; pero luchó con Dios y prevaleció. Por ello, Oseas exhorta a Israel a que se aparte de las alianzas terrenas y que se vuelva a su Dios (Os. 12:1-7). Efraín es un comerciante deshonesto; sus riquezas le sirven de excusa, y peca. Jehová, que había liberado a Israel del yugo de Egipto, va ahora a echar a Efraín de su hogar y a ejecutar sus juicios (Os. 12:8-15). El capitulo de Os. 13:1-8 revela cuál será el castigo de la idolatría de Efraín; las consecuencias de tal pecado quedan expuestas en los versículos de Os. 13:9-16.
(D) Capítulo 14: Llamamiento al arrepentimiento, a la confesión de los pecados y a la oración en humildad; promesa de que Jehová accederá a perdonar a los que se arrepientan, y que concederá a Israel las más grandes bendiciones materiales.
(c) Autenticidad.
Se ha preguntado por qué Judá es mencionada en una profecía dirigida a Israel (en particular de Os. 5:8 a 6:11). Está claro en primer lugar que el Señor jamás admitió el cisma nacional como principio; fue una consecuencia del pecado. Por otra parte, Oseas podía muy fácilmente hablar a Judá, que estaba estrechamente relacionada con Israel, y que se le iba asemejando más y más en el plano moral y espiritual. La supresión de las alusiones a Judá haría ininteligible este pasaje. Tampoco es de sorprender que el profeta anuncie la restauración de Israel después del juicio, y su retomo a Palestina (Os. 2:1-2, 16-25; 3:5; 14:4-9). Las profecías no se limitan nunca a proclamar solamente el castigo, desalentando al pueblo, sino que concluyen siempre con una nota de gracia y de victoria; la luz de la esperanza atraviesa los sombríos nubarrones e ilumina la inmensidad del porvenir. Hay críticos que quisieran asignar esta nota a una época muy tardía, pero los textos no les favorecen. Finalmente, se ha planteado la cuestión de cómo Oseas, hablando desde Israel, podía anunciar con tanta claridad la unión final de todo el pueblo con la legítima dinastía surgida de David (Os. 3:5).
(A) El rechazo de la autenticidad de esta alusión implicaría arrojar dudas sobre el valor de la profecía referente al reinado universal de un rey de la estirpe de David. Además, esta misma predicación fue proclamada en el reino de Judá (Am. 9:11).
(B) Las decadencias y eliminaciones de sucesivas dinastías en el reino del norte durante los dos siglos anteriores eran, para los israelitas piadosos, prueba evidente de que Dios rechazaba aquellos reyes. La persistencia del linaje davídico confirmaba las profecías proclamadas en el reino del sur con respecto a esta dinastía, y constituía una prueba intrínseca de que Dios había elegido la casa de David.
(d) La queja de Oseas acerca de la ignorancia de su pueblo suena a moderna en nuestros oídos: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré... .» (Os. 4:6; cfr. 4:1; 5:4; 6:3, 6; 11:3). Por «conocimiento de Dios» Oseas significa un contacto personal que produce profundas consecuencias, y que implica una transformación del carácter y de la conducta. El arrepentimiento significa, para Oseas, dar la vuelta, retornar a Dios. Este retomo se produce por el conocimiento que se tiene de Dios, que no consiste en asirse a hechos nuevos, sino a hechos que han sido evidentes por mucho tiempo, y de los que se hubiera debido ser ya conscientes mucho antes. La doctrina de Oseas acerca del arrepentimiento, tan completa y excelente, deriva de su conocimiento del tierno, profundo y magnífico amor de Dios. El pecado se evidencia tanto más odioso cuanto que Oseas lo presenta como un crimen contra el amor de Dios.
Oseas destaca la santidad de Dios y Su horror hacia el pecado (Os. 2:4-5; 6:5; 9:9; 12:15, etc.), así como Su amor hacia Israel (Os. 2:16-18, 22-25; 3:1; 11:1-4, 8-9; 14:4, 8, etc.). «El pecado, en último análisis, es, en su forma más terrible, una infidelidad al amor. Ataca directamente al corazón de Dios. Destruye al pecador. Dios no puede jamás consentir el pecado, pero puede rescatar al pecador, y esto es lo que hace» (Campbell Morgan, «Voices of Twelve Hebrew Prophets»).
Amós proclama la justicia de Dios, y reivindica la justicia social; proclama asimismo el amor de Dios. Los dos mensajes no son incompatibles, sino que se complementan y, en el plano de la revelación, nos son necesarios. Pero el maravilloso cantor del amor de Dios (Os. 14:4-8) describe igualmente Su ira y profiere terribles amenazas (cfr. Os. 5:10, 14; 7:12-16; 8:5, 13; 9:7-17; 11:5, 6; 13:7, 8). En el pasaje de Os. 11:8, 9 se presenta la infinita misericordia de Dios, que ningún pecado humano puede apagar ni debilitar. El pensamiento esencial del mensaje de Oseas es como sigue: el poderoso e inalterable amor de Dios hacia Israel no quedará satisfecho hasta que haya restablecido una armonía perfecta entre este pueblo y Él mismo.

Bibliografía:
Hindley, J. B.: «Oseas», en Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1977);
Kelly, W.: «The Minor Prophets» (C. A. Hammond, Londres, s/f);
Pffeifer, C. F.: «Oseas», en Comentario Moody del Antiguo Testamento (Ed. Portavoz, Gran Rapids, 1993);
Rossier, H.: «El profeta Oseas» (Ed. «Las Buenas Nuevas», Montebello, Calif., 1971);
Young, E. J.: «Una introducción al Antiguo Testamento» (T.E.L.L., Grand Rapids, 1977).

nom, OSO

tip, FAUN CUAD
vet,
El oso sirio, «Ursus syriacus», es de un marrón amarillento; excepto en caso de perentoria necesidad, tiene una dieta básicamente vegetariana; todos los osos se vuelven peligrosos si son tocados (Is. 11:7; Am. 5:19), y particularmente si se les quitan sus cachorros (2 S. 17:8; Pr. 17:12; Os. 13:8). Aunque el oso se halla en la actualidad sólo en el Líbano, en el Hermón, y en zonas retiradas de Galaad, Basán y Moab, al este del Jordán, en el pasado merodeaba por toda la tierra de Canaán (cfr. Pr. 28:15).
David dio muerte a uno cerca de Belén (1 S. 17:34).
En los parajes de Bet-el, dos osos, que salieron del bosque, despedazaron a cuarenta y dos muchachos que se burlaban de Eliseo (2 R. 2:24).
En Dn. 7:5 el oso que recibe la orden de devorar mucha carne representa el imperio de Media y de Persia, uno de los cuatro imperios que, en sucesión, iban a regir el mundo.
Los cuatro animales de Daniel se funden en Ap. 13:2 en una sola bestia, que simboliza el poderío del sistema imperial mundial en su integridad; sus pies son pies de oso.

nom, ÓSTRACA

tip, ARQU
ver, EGIPTO, HICSOS, JEREMÍAS, LAQUIS
vet,
Pl. de «ostrakón» (gr.; originalmente significa «concha de ostra»; más tarde pasó a designar «fragmento de tiesto»).
Fragmentos de vasos cerámicos rotos que se aprovechaban para varios fines, entre ellos el de escribir con tinta sobre ellos notas de diversos caracteres. Tienen la particularidad de que se conservan muy bien en condiciones que no pueden ser resistidas por los papiros. En Grecia se usaban en votaciones para decidir si una persona debía ser proscrita o no de la sociedad; de ahí surgió el término ostracismo. En Egipto se usaban para todo tipo de anotaciones de la vida diaria, negocios, recibos, cartas, etc. El término «ostrakón» aparece en Jb. 2:8 en la versión LXX: «Kai elaben ostrakon» («Y tomaba... un tiesto»).
Entre los diversos hallazgos de óstraca en las excavaciones arqueológicas del Oriente Medio se pueden mencionar:
(a) Egipto.
Se han hallado óstraca de todas las épocas, pero la mayoría pertenecen a la época del Nuevo Imperio y proceden de Tebas y del valle de los Reyes (Deir el-Medineh). Escritos en su mayor parte en hierático cursivo, se han hallado también unos pocos inscritos con jeroglíficos y también con dibujos artísticos. Los óstraca encontrados se pueden clasificar en dos categorías:
(A) literarios:
Óstraca en los que aparecen selecciones de historias, poemas, obras sapienciales, himnos, etc. Parecen proceder de ejercicios escolares o quizá también como ejercicios memorísticos o familiares.
(B) no literarios:
En la categoría de óstraca no literarios se hallan listados de trabajadores, con marcas de ausencias, informes laborales, distribución de raciones, facturas, pleitos, correspondencia, contratos matrimoniales, etc. Gracias a ello se ha podido conseguir una información mucho mayor del Egipto correspondiente a la época del Nuevo Imperio. Cronológicamente, este Imperio se sitúa convencionalmente entre 1570 y 1085 a.C. Sin embargo, Velikovsky y Courville, entre otros exponentes de la cronología revisada, documentan convincentemente la expulsión de los hicsos y el inicio del Nuevo Imperio durante el reinado del rey Saúl. Así, estos óstraca arrojan luz en realidad sobre las condiciones del Egipto contemporáneo y posterior a la época del rey David. (Véanse EGIPTO, HICSOS, etc.)
(b) Samaria.
En las excavaciones efectuadas en 1910 se hallaron setenta y cinco óstraca en lengua hebrea, escrita en caracteres fenicios, en las ruinas del palacio real. Se trata de textos privados y comerciales. Han sido asignados variamente al reinado de Acab y de Jeroboam II. Aunque no aportan nada de importancia al conocimiento de la historia, sí que tienen valor en el estudio de la escritura hebrea antigua y de su vocabulario y giros.
(c) Laquis.
En las excavaciones entre 1935 y 1938 en Tell ed-Duweir, donde se hallan las ruinas de la Laquis bíblica, se descubrieron veintiún óstraca, en su mayor parte cartas militares escritas en paleohebreo. Por el estudio de su evidencia interna se les ha asignado la fecha de 588 a.C. Iban dirigidos al gobernador de la ciudad durante los últimos años del reino de Judá, en la época en que los ejércitos de Babilonia iban reduciendo las ciudades amuralladas una tras otra. Hay una estrecha relación entre las condiciones reveladas por estos documentos y el libro de Jeremías. El Ostracón III, dirigido desde Jerusalén a Laquis, como los demás, dice: «Las palabras del profeta no son buenas... puede debilitar las manos de ...(cfr. Jer. 38:4). Estas palabras pueden referirse al mismo Jeremías. Otro dato de interés es que en estos óstraca se halla el repetido uso de YHWH, que más tarde el rabinismo restringirá grandemente en su utilización. (Véanse JEREMÍAS, LAQUIS.)
(d) Jerusalén.
En unas excavaciones efectuadas entre 1923 y 1925 se halló el llamado ostracón «Ofel», que da una lista de nombres difícilmente legible, y que ha sido datado en el siglo VII a.C.
(e) Óstraca del Nuevo Testamento.
Entre la gran cantidad de óstraca hallados en Egipto se han descubierto veinte de ellos con cortos pasajes del NT, procedentes del siglo VII d.C., y escritos en griego. De los veinte, diez de ellos dan un pasaje largo ininterrumpido (Lc. 22:40-71). Los otros diez óstraca muestran pasajes de los cuatro evangelios oscilando entre dos y nueve versículos cada uno. Constituyen un testimonio del interés de las personas pobres por el Evangelio en el Egipto de la época de la invasión árabe.
Hay mucha mayor variedad de óstraca, como los coptos de la época de Bizancio, de interés para la historia de la Iglesia. Así como otros de mucha mayor antigüedad en Gezer, con escritura protoalfabética. Para éstos y mucha información adicional, se recomienda el estudio de las obras especializadas.

Bibliografía:
Bruce, F. F.: «The Books and the Parchements» (Pickering and Inglis, Londres, 1950);
Deissmann, G. A.: «Light from the Ancient East», 1910;
Hayes, W. C.: «The Scepter of Egypt», II, 1959;
Kenyon, F. G.: «Our Bible and the Ancient Manuscripts», 1958;
Lefevre, G.: «Fragments grecs des Évangiles sur ostraca», 1905;
Robert, B. J.: «The Old Testament text and versions», 1951;
Sauneron, S.: «Catalogue des Ostraca Hieratiques Non Littéraires de Deir el Medineh», 1959;
Wilcken, U.: «Griechische ostraca», 2 vols. 1899.

nom, OTONIEL

tip, BIOG JUEZ HOMB HOAT
ver, CALEB
vet,
= «Dios es poderoso».
Hijo de Cenaz y hermano, o medio hermano, de Caleb el hijo de Jefone cenezeo (Jos. 15:17; 1 Cr. 4:13). (Véase CALEB). Caleb prometió dar su hija Acsa en casamiento a quien se apoderara de Debir (Quiriat-sefer). Otoniel llevó a cabo esta empresa y se casó con Acsa (Jos. 15:15-17; Jue. 1:11-13). Más tarde, este guerrero liberó a Israel de la tiranía de Cusan-risataim rey de Mesopotamia, y vino a ser juez. Israel tuvo, bajo su gobierno, cuarenta años de paz (Jue. 3:8-11).

nom, OVEJA

tip, FAUN LEYE ALIM CUAD
ver, CORDERO, CARNERO
vet,
La oveja fue domesticada desde el principio (Gn. 4:2). Los patriarcas hebreos tenían rebaños de ellas (Gn. 12:16). Sus descendientes, primero en Egipto y después en Canaán, siguieron ocupándose de su cría (Éx. 10:9; 12:32, 38; 1 Cr. 27:31), hasta el tiempo de Cristo (Lc. 2:8). El desierto de Judea, la región meridional y los campos de Moab ofrecían tierras de pastos (Nm. 32:1; Jue. 5:16; 1 S. 16:11; 25:2), lo mismo que los alrededores de Harán (Gn. 29:2), el país de Madián (Éx. 2:16), el país de Uz y de los agarenos (Jb. 1:1-3; 1 Cr. 5:20, 21), y los países frecuentados por las tribus de Cedar y de Nebaiot (Is. 60:7; Ez. 27:21; cfr. 1 S. 15:7, 9).
A causa del calor y de lo seco del clima de estas regiones, las ovejas tenían que ser abrevadas cada día (Gn. 29:7-10; Éx. 2:16-19). La carne de estos animales, ceremonialmente puros, era consumida (1 S. 14:32; 25:18; 2 S. 17:29; 1 R. 4:23), como también su excelente leche (Dt. 32:14; Is. 7:21, 22; 1 Co. 9:7). Con sus pieles se hacían vestidos burdos (He. 11:37; cfr. Zac. 13:4; Mt. 7:15) y se usaban en ocasiones para cubrir las tiendas (Éx. 26:14). La lana de la oveja, tejida, daba telas muy apreciadas (Lv. 13:47, 48; Jb. 31:20; Pr. 27:26; Ez. 34:3). Los vencedores exigían como tributo cantidades de lana (2 R. 3:4; Is. 16:1). El esquileo daba lugar a festejos (Gn. 38:12; 1 S. 25:4, 11, 36; 2 S. 13:23). Los cuernos de los cameros servían como trompas y recipientes (Jos. 6:4; 1 5. 16:1).
La oveja, animal puro, era ofrecida en sacrificio por los hebreos y por otros pueblos (Éx. 20:24; Nm. 22:40; Jn. 2:14). Los israelitas la inmolaban en holocausto (Lv. 1:10). El común del pueblo ofrecía una cordera como sacrificio de expiación (Lv. 4:32), y un carnero por el sacrificio de culpa (Lv. 5:15, 25) y por el sacrificio de acción de gracias (Lv. 22:21). (Véanse CORDERO, CARNERO.).
La oveja es:
afectuosa (2 S. 12:3),
dócil (Jn. 10:3, 4),
mansa (Is. 53:7; Jer. 11:19),
incapaz cuando es dejada a sí misma (Mi. 5:7; Mt. 10:16);
no puede ir sin ser conducida (Nm. 27:17; Ez. 34:5; Mt. 9:36; 26:31).
Las ovejas de Palestina y de las regiones vecinas son por lo general blancas (Sal. 147:16; Is. 1:18; Ez. 27:18); ocasionalmente pueden ser de color negro, pardo o blanco con manchas (Gn. 30:32).
Hay dos razas de ovejas en la tierra de Israel: al norte, los carneros y las ovejas tienen cuernos. Pero la especie de cola larga («Ovis laticaudata») es más común. Ya en la antigüedad se criaba esta especie en Arabia y en tierra de Canaán (Herodoto 3:113; cfr. Éx. 29:22; Lv. 3:9; 7:3; 8:25). El peso de estas colas que se venden en los mercados, varia entre los 4,5 kg. y casi los 7 kg. Si la oveja ha sido bien cebada, la cola se vuelve enorme; cortada en piezas y frita constituye un delicado manjar de la cocina del Medio Oriente.